Colombia clasificó para el Mundial de Rusia 2018, en un última jornada única y emocionante, donde hasta el último minuto pudo cambiar la suerte de varias selecciones. El partido contra Perú fue dominado por Colombia con un juego inteligente, ordenado y comprometido en todas las líneas. El empate a 1 no hizo justicia al fútbol visto pero la injusticia forma parte de la belleza del deporte.
Estaba mucho en juego y este nuevo éxito de la Selección merecía un celebración por todo lo alto. Los colombianos invadieron calles y plazas para expresar la felicidad que supone estar de nuevo en un Mundial. Este éxito tiene un valor añadido y es, a mi juicio, la nivelación del fútbol sudamericano. Nunca antes tantas selecciones tenían un nivel tan similar y, por tanto, se puede decir que la competencia y la dificultad es mayor hoy que en el pasado.
Por eso sorprende que, con este éxito de la Selección colombiana, no cesen las voces «autorizadas» que pidan la cabeza del D.T., el cese de José Néstor Pékerman. El argumento principal es aún más asombroso: «Con él no vamos a llegar muy lejos en el Mundial, no hay juego, no hay identidad, no hay creación de juego». Hay críticas que dejan de ser opiniones respetables para pasar a ser flagrantes difamaciones.
A esos expertos y visionarios que han criticado duramente a Pékerman en esta última semana, se les podría hacer una pregunta sencilla: ¿Con qué entrenador Colombia podría llegar lejos en un Mundial? A ellos me gustaría poder decirles a la cara, personalmente, esta pregunta: ¿Dónde está escrito que el camino al éxito tiene que ser fácil y claro? Es cierto que la clasificación de la Selección Colombia ha sido sufrida y con momentos de dudas y baches en el juego, ¿y? De verdad, ¿dónde está escrito que la realidad debe ser de manera diferente?
Gracias, Pékerman, por creer en ti y mostrar que el éxito es un proceso, con altos y bajos, que nada nos regalan, que los demás también tienen derecho (y la capacidad) de ganar y que el error humano forma parte de él. Los resultados han demostrado que eras la solución a los tradicionales problemas de la Selección y si, además, lo jugadores están contigo estamos ante un gran líder.
@pabloalamo
PS.- No dejen de leer a Gabriel Meluk su artículo «¡Sirva ese vodka… carajo!«. No puede estar más de acuerdo con él.
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