Entrevista a Aitor Ascaso, autor del éxito editorial «Los ladrones buenos nunca roban».

PREGUNTA.- ¿Abogado, consultor y también escritor de libros?

RESPUESTA.- Nunca el de escritor fue un oficio de jornada completa, es una labor que debe complementarse. Nada nuevo, siempre fue así e incluso es hasta sano.

P.- Escribir un libro de éxito sin respaldo editorial, ¿Cómo se hace?

R.- Llegar tan alto en España en descargas en Amazon autopublicando mi propio libro (nº1 en policiaca, negra, suspense) fue una esas sorpresas que se convierten en satisfacciones.

P.- ¿Y como se asimila llegar al éxito?

R.- No se asimila, se disfruta aunque sea pura vanidad. Yo ese día estaba en casa y no me lo podía creer. Tuve ganas de salir al balcón a gritárselo a los vecinos. Pero fui a la habitación donde mi mujer dormía. ¡Hasta la desperté! Ella me escuchó y  se volvió a dormir no sin antes decir, “muy bien, me alegro mucho”. Nada más. La gente que te quiere es la que te mantiene con los pies en el suelo.

P.- Y el título del libro, ¿»Ladrones buenos nunca roban»?…

R.- Es que a los ladrones de verdad no les hace falta robar, lo consiguen de cualquier otro modo, amañando concursos, información privilegiada, enchufismo, el gran problema es la tolerancia social que se mantiene. Siempre pensamos que nuestros dirigentes son corruptos pero nosotros no lo somos. En realidad, es un espejo en el que la sociedad se refleja. Si la sociedad civil no es corrupta exigirá que su clase dirigente no lo sea. Parece simple, es complicadísimo.

P.- El libro tiene hasta relación con Colombia

R.- Sí es una gran casualidad,  uno de los personajes resulta que es de Bucaramanga. Me enamoré de ese nombre. A partir de este libro siempre llevaré esa ciudad conmigo.

P.- Además de escritor, eres consultor relacionado con el futbol profesional en España.

R.- En el fútbol profesional, llegué por casualidad, como se llega casi siempre a todos los sitios. Yo soy abogado especializado en seguridad privada y siendo gerente de una empresa de servicios conseguimos el contrato con el Real Zaragoza. Mi intención era la de organizar solo el primer partido. Lo debimos hacer tan bien que me llamó por teléfono el director general. “Quiero que a partir de ahora estés tú presente todos los partidos”.

P.- Y entonces, allí estuviste al partido siguiente…

R.- De estar sentado en mi localidad y ser un aficionado más, pasaba a ser responsable de que todos los seguidores disfrutaran del evento. Para ello, el trabajo que se realiza horas antes es tremendo e invisible. Los hinchas llegan al estadio esperando que se suba el telón y para ello hay cientos y cientos de personas trabajando.

P.- ¿Cómo es la gestión de un gran estadio de fútbol en España?

R.- Lo primordial es la seguridad del espectador, pero cada vez tiene menos preponderancia esa seguridad física, al estar muy erradicada la violencia en los estadios y cada vez haya un ambiente más familiar. La máxima prioridad es que el aficionado disponga de todas las comodidades posibles. La gente paga por un espectáculo; cuando mejor se le trata, mejor se comporta. Es curioso los hinchas europeos viven en una nostalgia perpetua, soñando con el regreso de un fútbol que no volverá (el del siglo XX). Eso sí, a la inseguridad que existía entonces nadie quiere regresar. Algo bueno se habrá hecho.

P.- ¿Y ahora como abogado especializado en protección de datos en equipos de fútbol?

R.- En el fondo todo es seguridad, lo único que es maravilloso que la gente se preocupe por la seguridad de sus datos en vez de la seguridad de su vida. Este tipo de problemas son del primer mundo, discutir entre seguridad e intimidad. Cuando una sociedad exige que se protejan sus datos personales (como ha hecho la Unión Europea con su nuevo RGPD), significa que el problema primario de la seguridad ya está conseguido. No hay que olvidarlo, sin seguridad no hay libertad.

 

Pablo Álamo

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