Entrevista a Sandra Avendaño, una de las tres fundadores de TRI-CICLO, un proyecto de emprendimiento de tres mujeres colombianas: las hermanas Sandra y Lina Avendaño y Viviana Rodríguez. Con TRI-CICLO buscan expandir la consciencia de los participantes con el fin de lograr mejores resultados en sus objetivos personales y laborales.
La sociedad moderna ha estado obsesionada con la formación, como si el conocimiento fuera la solución a todas las necesidades. La formación empresarial que se queda solo en el entendimiento racional es muy importante en algunos casos; pero las personas y empresas necesitan, habitualmente, «algo más». El reto es ofrecer una formación en donde las personas logren una conexión con ellos mismos y con los demás. Esta es la columna vertebral de la propuesta de TRI-CICLO.
¿Las empresas necesitan TRI-CICLO?
– Las empresas necesitan formar a su gente, darles las herramientas para que el logro de los objetivos organizacionales sea algo real y humano. TRI-CICLO es un intraemprendimiento único en el mercado, que lleva el sello de nuestra empresa Outsourcing Asociados, una firma de consultoría que ayuda a las empresas multiplicar su productividad. Nuestra experiencia de más de veinte años en capacitaciones y formaciones con empresas de diferentes sectores nacionales e internacionales, nos ha hecho descubrir que las empresas tienen una necesidad fundamental.
¿Sólo una? ¿Cuál sería?
– La necesidad principal que vimos es que las personas, independientemente de su perfil, cargo o rol, buscaban algo más dentro de las capacitaciones y formaciones que recibían. Algo que complementara lo aprendido a nivel cognitivo. Para casi nadie es un secreto que algunas personas pueden estar presentes de cuerpo, pero con la mente dispersa, generalmente en el pasado o hacia el futuro, dentro de las capacitaciones o formaciones que dicta o fomenta la empresa. Es por ello, que quisimos crear algo más integral en el que el tema que se esté trabajando dentro de la capacitación o formación, llegara también a su cuerpo y a su consciencia, entendiendo ésta como un tema reflexivo de lo que se aprende. Fue así como tres socias de la organización, le apostamos a dar capacitaciones y formaciones en un tema que la empresa quiera o necesite desarrollar, desde tres ciclos diferentes: el conocimiento, el cuerpo y la consciencia. Ahí nació TRI—CICLO.
En la actualidad, han ofrecido esta metodología en las principales universidades del país. ¿Qué aceptación han encontrado?
– Excelente. Las universidades también necesitan romper un poco el paradigma de que las clases son solo charlas magistrales y pueden ser más creativas e innovadoras. Necesitamos colaboradores y jóvenes con imaginación y compromiso para afrontar los retos presentes. Buscamos despertar la imaginación porque ésta es el principio de la creación. Las universidades han tomado conciencia de que el paradigma de educativo centrado en el conocimiento teórico o científico, siendo necesario, es insuficiente. Hoy más que nunca la universidad debe ser ejemplo de respetar las diferencias y ser centros que cultiven el ideal de una vida en armonía.
¿Por qué afirman que es muy importante integrar el cuerpo y la consciencia dentro de las formaciones o capacitaciones?
– Todos los seres humanos somos un conjunto integral en lo físico, emocional, intelectual, existencial y espiritual. Todas estas dimensiones están ligadas independientemente del concepto que tengamos de cada uno de ellos. Ya sabemos lo importante que es para la mente aprender nuevos conceptos. Sin embargo, no estamos muy acostumbrados a involucrar el cuerpo en lo que hacemos. El cuerpo es un conector directo con las emociones. El cuerpo no miente. El cuerpo es un ancla. El cuerpo es el único que siempre está presente. Tanto es así, que todos los mensajes que generemos en la mente, lo transmitimos al cuerpo y él interpreta que la situación que imaginamos, está ocurriendo en el momento presente.
¿Qué tan importante es trabajar la consciencia corporal en las capacitaciones y formaciones?
– Para nosotros es algo vital, porque la consciencia corporal “ubica” a la persona en el presente. Hemos tenido algunos casos en que, a nivel cognitivo, las personas expresan lo que supuestamente “son ellos” frente al tema que se está trabajando en la capacitación. Por ejemplo: supongamos que estamos hablando el tema de los conflictos. En este tema, al igual que en todas las formaciones, comenzamos con el ciclo del conocimiento, en donde se dan todas las bases y conceptos del tema de forma dinámica y participativa. En este ciclo, algunas personas dan su opinión frente al tema, pero todo se queda desde la mente. Una vez pasamos al ciclo del cuerpo, al conectarlos a ellos con su propia respiración, su cuerpo, pero sobretodo con sus propios conflictos, surge un sentir diferente.
¿Cómo así? Este sentir diferente, ¿qué significa?
– Un nuevo nivel de conciencia, de conexión. Muchas veces las personas descubren nueva información de ellos mismos que no sabían. Algunos comienzan a dolerles o darles “picazón” en determinadas partes del cuerpo justo cuando conectan con alguna emoción. Otros no “sienten” nada, lo cual también es información valiosa para ellos. Es importante aclarar que las personas son libres de compartir o no lo que les sucedió, ya que lo más relevante es que ellos se hayan dado cuenta de lo que pasó. Esto para nosotros es lo más valioso. Que se den cuenta de algo que antes no sabían. Esto es muy importante al momento de pasar al ciclo de la consciencia, ya que luego de que las personas han entendido y sentido el tema que están trabajando, ahora tienen el reto de continuar viendo algo que no han visto.
¿Qué es lo más importante que sucede en este ciclo?
– En este ciclo amplían su perspectiva reflexionando sobre el mismo tema e invitando a ir más allá, para que se den cuenta de cosas, temas, emociones necesidades y sentimientos que han podido estar presentes y no los “vemos”. En este ciclo, buscamos cambiar el vivir en automático para pasar a hacernos responsables de cada instante. Por todo esto es que consideramos muy importante integrar los tres ciclos en una capacitación o formación y también se brindan herramientas para que las personas las puedan utilizar en su vida personal y profesional.
¿Encuentran algún tipo de resistencia en la participación de estas actividades? No debe ser fácil que las personas acepten este tipo de ejercicios…
– No hemos tenido por ahora a nadie que no haya querido participar en algún ciclo. Lo que sí es normal, es que la gente siente una resistencia inicial, sobretodo en el ciclo del cuerpo, incluso algunos se asustan un poco, por miedo. Como todo, algunas personas se les facilita más que a otras. Pero esta resistencia que hemos encontrado nos reafirma en nuestro propósito. En efecto, estamos convencidos de la necesidad de poner solución a un grave problema: la falta de conexión. Es impresionante lo desconectados que estamos con lo que sentimos y lo poco que estamos preparados para “mirar” y “sentir” nuestro cuerpo.
Por lo general, somos una sociedad que razona mucho y no le damos a veces importancia a la información que el cuerpo nos transmite…
– Así es. Lo mismo sucede a veces en el ciclo de la teoría y la consciencia. Todavía hay miedo a realizar cosas diferentes, a expresar lo que se piensa, generalmente por el qué dirán. Lo bonito es que una vez las personas participan de todos los ciclos y finaliza la formación, hay un sentir y un ambiente diferente. Y es porque como seres integrales que somos, tocamos lo más esencial que tenemos.
¿Qué resultados han tenido con la implementación de TRI-CICLO?
– Sin duda, una valoración muy positiva. Lo que más hemos recibido ha sido agradecimiento, concientización y que el hecho de que las capacitaciones sean percibidas como útiles. Poder agregar valor a las diferentes áreas de la vida en los participantes es el resultado más importante. El mejor premio es cuando las empresas se toman en serio la corporalidad de sus colaboradores, como una prioridad en sus capacitaciones y formaciones. Para que se vean los resultados, se debe hacer de forma periódica, con un acompañamiento para que en este proceso haya continuidad en lo personal y organizacional. Otro resultado, es que las empresas y universidades han visto, dentro de sus programas de formación, una mayor coherencia a las necesidades de los colaboradores o estudiantes. Esta escucha es clave para saber qué temas y metodología se ofrecen a quienes desean tomar las capacitaciones o formaciones.
¿Qué requisito debe tener una persona para que participe de una formación bajo la metodología TRI-CICLO?
– Ser ellos mismos, tener disposición, participación y apertura para trabajar los tres ciclos.
Según ustedes, ¿por qué las empresas deberían implementar formaciones integrales como TRI-CICLO, para sus colaboradores?
– El mundo del trabajo está cambiando y la forma de capacitar y formar a los colaboradores también. Las empresas y universidades tienen el reto de ofrecer nuevos modelos de aprendizaje y las experiencias vivenciales están dentro de estos nuevos modelos. Hoy en día la gente se está cuestionando mucho más que antes y esperan de la empresa para la que trabajan, entre otras cosas, les den nuevos incentivos. Entre éstos, se destacan los salarios emocionales que pueden concretarse en algunos casos en capacitación y desarrollo. El reto es que éstas sean recordadas más como experiencias de vida que hacen la diferencia. Hay una necesidad mayor por parte de los colaboradores de hacer cosas diferentes, creativas y motivacionales. Una buena forma de compensar el esfuerzo, entrega y compromiso de los colaboradores, es brindándoles un espacio para ellos mismos.
Pero no un espacio cualquiera… ¿estamos preparados para este cambio?
– En efecto, se requiere un espacio en donde se conecten con ellos mismos y con sus compañeros desde otra posición, desde otra mirada. Una de las cosas más importantes de estas formaciones es que quedan atrás los roles, cargos y perfiles con el que las personas se sienten identificadas al llegar a su puesto de trabajo, para pasar a simplemente a ser. A que se vean a ellos mismos y a sus compañeros con ojos nuevos y percepción nueva. Muchas veces la rutina enceguece y las personas con las que trabajamos pasan a “ser paisaje”. Se nos olvida que detrás de ese cargo o de algunas máscaras, hay una persona con la que seguramente tenemos más cosas en común, que diferencias. Nunca estamos preparados del todo para los retos pero la peor decisión es no intentar las cosas.
Más información sobre TRI-CICLO: formacionestriciclo@gmail.com.
Pablo Álamo
@pabloalamo(h)