Aunque muchas mujeres aún le apuestan al  volumen y a los cambios extremos con cirugía plástica, la tendencia en el campo quirúrgico es ofrecer resultados naturales. Dicho de otra forma: -Se trata entonces de pensar en el bisturí como un cincel para esculpir cuerpos con buen gusto-.

«No hay belleza perfecta que no tenga alguna rareza en sus proporciones», dicho en el siglo XVII por el filósofo y escritor Francis Bacon.

Después de más de 400 años, la frase de este pensador inglés cae como anillo al dedo si se trata de contrastar algunas creencias relacionadas con los estereotipos de belleza contemporáneos.

Desde hace algunas décadas uno de los ideales de belleza ha sido representado por la Barbie, muñeca con medidas 90 – 60 – 90 que con el tiempo perdió fuerza como modelo estético a seguir porque algunos pensaban que a la rubia de plástico le faltaba algo más de volumen en sus atributos.

Fue así como la voluptuosidad se puso de moda desde los años 90, dándole cabida a unos centímetros más de silicona y de ácido hialurónico específicamente en los senos, las nalgas y hasta en zonas faciales como los pómulos y los labios.

Para la muestra un botón, recordemos cómo los senos de Pamela Anderson aumentaban al mismo tiempo que crecía su fama por su exitoso papel de salvavidas en Baywatch, e incluso muchos vimos en programas de E! o VH1 a Carmen Electra, orgullosa de sus pechos grandes, dispuesta a hacer que estos siguieran ganando reconocimiento por medio de la cirugía plástica.

Así es como unas cuantas estrellas de Hollywood se impusieron como prototipos de belleza, sin que se quedaran atrás personajes de la farándula colombiana como Lady Noriega, catalogada como una de las reinas del bisturí, al igual que mujeres como Lully Bosa, María Mónica Urbina y Ana Bolena Mesa, entre otras personalidades que gracias al botox han hecho de su edad todo un misterio, siendo concebidas popularmente como las «cuchibarbies» más famosas de los últimos tiempos.

Julia Roberts, también recordada por su protagónico en la película noventera «Mujer Bonita», es una de las actrices que ha manifestado su deseo de retornar a lo natural, tras asegurar públicamente que no volverá a usar botox en su rostro porque según ella, esta sustancia hacía que permanentemente se viera como si estuviera sorprendida.

Vanessa Craft, directora de la sección de belleza de ELLE Canadá, en un artículo al respecto comenta que varios directores de casting de Hollywood coinciden en que algunas de las actrices con resultados muy notorios de cirugías estéticas faciales, en un intento por mantenerse «empleables», son rechazadas ya sea porque sus caras se ven demasiado falsas o porque no pueden moverse lo suficiente como para mostrar una emoción durante el rodaje de una producción cinematográfica».

«Hollywood actúa como un líder de estilo para la cirugía cosmética de manera  gradual y afortunadamente hay muchos indicios de que las celebridades están cambiando sus patrones de belleza», así lo considera Oakley Smith, un reconocido cirujano, especialista en rinoplastia en Toronto.

La búsqueda de la naturalidad con cirugía estética

Algunas de las personas que recurren a la aplicación de botox, con el fin de minimizar las arrugas y surcos faciales, queriendo proyectar una apariencia más juvenil de lo normal, resultan viéndose postizas y artificiales.

De esta forma, lo que busca  la tendencia a lo natural es que en el caso de la aplicación de productos inyectables, se trabaje con menos dosis para que el movimiento facial permanezca.

Si se trata de aumento de volumen en las mejillas, la cirugía estética actualmente se inclina por hacerlo de una forma más sutil, rellenando lejos de estas dos prominencias para que el rostro quede más refinado.

Oakley Smith, con respecto a la rinoplastia considera que «ya no se trata de diseñar narices tan respingadas que queden mirando hacia arriba», sino de «combinar nuevas técnicas quirúrgicas para que las narices queden armoniosas más que juveniles o infantiles».

La reducción mamaria es otra de las operaciones favoritas en este boom de la naturalidad del cuerpo. Para Martin Jugenburg, cirujano plástico y reconstructivo en Toronto, las nuevas técnicas en la mamoplastia como el injerto de grasa ofrecen resultados más realistas y naturales, con respecto a materiales como las prótesis mamarias de silicona.

De esta forma, ahora se codicia un ideal natural que por defecto resultaría siendo el mismo cuerpo humano, pero ¿Hasta qué punto lo natural es bello?

Y aunque perdura un ideal basado en la simetría dentro del tema de la naturalidad, esto no significa que sea un común denominador entre todas las personas, puesto que la búsqueda de este aspecto mediante una cirugía plástica debe adaptarse a cada cuerpo y rostro, respetando las facciones étnicas de cada persona como lo asegura el Dr. Smith. -En eso consiste ser realista con respecto a los resultados de un procedimiento quirúrgico-.