Las exigencias en el mundo de las altas ejecutivas no sólo se manifiestan en sus roles laborales, también están implícitas en sus espacios personales, en la medida en que para algunas mujeres es imprescindible contar un look bastante atractivo, debido a que esto, sin lugar a dudas, también es un síntoma de éxito y estatus.

Es así como muchas esposas con este perfil ya no se conforman con lucir bien y tampoco con tener a su lado un marido bien «puestecito», que permanezca bien arreglado, pulcro y perfumado. Por más superficial que esto pueda llegar a sonar, una de las tendencias relacionadas con los prototipos de belleza que se imponen en la actualidad, se refiere a la importancia de que las parejas sean atractivas entre sí y que también se destaquen por su simpatía física. En otras palabras, que se vean divinos cuando estén juntos.

Así lo demuestran recientes investigaciones inglesas, al apuntar que muchas mujeres londinenses, con la complicidad de su propio bolsillo, están invirtiendo en la remodelación de sus esposos, mediante la cirugía plástica, con el fin de que sus compañeros estén a la altura de sus esposas y sean dignos de mostrar en eventos sociales y laborales, según datos provenientes de una agencia de citas y de una clínica de cirugía plástica londinense, revelados en un artículo de dailymail.co.uk.

Procedimientos cosméticos como los implantes capilares, técnicas de escultura corporal y tratamientos para combatir el envejecimiento, son los más solicitados por aquellas mujeres que están dispuestas a pagar porque sus hombres luzcan tan apuestos como un modelo de revista europea.

El Dr. Raghu Reddy, experto en transplantes capilares, asegura en el artículo de Mail Online que él mismo ha percibido cómo ha aumentado el número de hombres que acuden a él, en busca de una solución para mantener felices a sus parejas.

En cifras, se dice que durante los últimos años, en el Reino Unido los hombres representan el 50% de todos los pacientes que se someten a una liposucción.

El aumento del tamaño de los glúteos con grasa propia es otro de los procedimientos que está mandando la parada en el tema del embellecimiento masculino, pues según algunos estudios de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica y Estética, en 1997 el 2,2% de los hombres acudió a la gluteoplastia y en 2012, subió el número de pacientes masculinos a un 6,2%. 

Pero todo indica que las mujeres inglesas no son las únicas que se están gastando sus ahorros en bisturí para sus maridos. A Estados Unidos también ha llegado esta tendencia y no faltan aquellas mujeres que sacan de sus cuentas bancarias hasta $8.500 dólares para pagar por un nuevo trasero para sus esposos.

Así lo describe un artículo de la revista francesa Grazia.fr, al referirse a «Michael» un empresario de Manhattan, que para su cumpleaños número 40, recibió como obsequio de su esposa una gluteoplastia, debido a que ella soñaba con dejar de  ver el trasero de su marido como un pancake. En el artículo, la mujer asegura que «este fue un buen detalle que cambió la vida de Michael. Hoy en día, sus pantalones puede lucirlos  mucho mejor».

Aunque no tiene nada de malo que una persona se someta a una cirugía plástica porque esté convencida de que eso es lo que quiere para sí misma, otra cosa muy diferente es entregársele al bisturí, bajo la influencia de una pareja a la que se quiere complacer, a costa de lo que quizás para muchos podría traducirse en un «sacrificio de amor».

Y aunque contar con el apoyo de la pareja a la hora de pensar un una cirugía plástica es algo muy importante, esto no quiere decir que es un determinante para tomar la decisión de operarse. 

Así las cosas ¿Por qué razones se realizaría usted una cirugía plástica? y ¿Lo haría con tal de hacer feliz a su pareja?