Cerrar Menú Blogs
Las opiniones de los blogueros son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.
Profile image

Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Seguir este blog
Ahora que Hugo Chávez parece estar de regreso y la región entera pasa por su tercera o cuarta resurrección, queda claro que su salida del panorama político de Venezuela sigue siendo un asunto pendiente.  La preocupación suya y de sus seguidores no es menor: durante su estancia en Cuba y sus ires y venires en materia de salud, no se ha avanzado ni un paso en la consolidación de una figura política de su mismo talante y que lo pueda suceder. 

Ese es justamente el gran dilema del caudillismo (el de izquierda y el de derecha): la consolidación de un liderazgo personalizado se da a costa de la construcción de un proyecto político que lo sobreviva.  El problema no es que no haya agenda política ni ideología, el obstáculo reside en que el aparataje destinado a mantener las ideas es tan débil que se desvanece cuando el líder desaparece. 

Por eso, justamente, es que a los caudillos les cuesta más trabajo renunciar a la vida pública y entregar las banderas a sus sucesores.  Es menos una cuestión de ego, simplemente definida, y más un asunto de juicio político: no es la dificultad de desprenderse del poder lo que los mantiene semi-vivos en sus puestos, es el temor–muy bien infundado–a que con ellos desaparezca del todo y para siempre su propio legado. 

La historia no es benevolente con aquellos que han privilegiado la construcción de su figura política individual por encima de la gestación de ideas transformadoras.  Por eso, los grandes pensadores siempre van a superar en relevancia histórica a los políticos. 

Un político incapaz de pensar en el cambio a largo plazo, incapaz de crear un proyecto más allá de sí mismo e incapaz de pensar su propia existencia sólo como una parte del engranaje y no como la máquina en su totalidad, siempre queda relegado a una nota de pie de pagina en los manuales de historia. 

No en vano, al final, siempre los acosa esa necesidad de la omnipresencia y de verse a sí mismos reproducidos en sus herederos políticos o en sus propios hijos; de defender su proyecto individual contra viento y marea, de pasar a la historia a las buenas o a las malas.  La gran paradoja es que entre más lo intentan, entre más buscan insertarse en la memoria y en la identidad de sus naciones, entre más reconocimiento buscan, menos lo logran y más se empequeñece y se banaliza su liderazgo. Triste historia la de un caudillo en extinción. 

Twitter: @sandraborda
(Visited 120 times, 1 visits today)

Etiquetas

PERFIL
Profile image

Sandra Borda es Profesora Asociada del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Los Andes y Co-directora del Centro de Estudios Estadounidenses--CEE. Es Doctora en Ciencia Política de la Universidad de Minnesota, Máster en Ciencia Política de la Universidad de Wisconsin, Máster en Relaciones Internacionales de la Universidad de Chicago y Politóloga de la Universidad de Los Andes. Su publicación más reciente es la co-edición del libro "Proceso de Paz. Participación de Actores Internacionales" con Fernando Cepeda Ulloa, publicado por Ecoe Ediciones. Fue uno de los siete miembros de la Misión de Política Exterior convocada por el gobierno nacional y que sesionó entre el 2009 y el 2010. Ha sido investigadora invitada en el ITAM de México, la Universidad de Toronto en Canadá y en la Universidad de Groningen en Holanda.

    Sigue a este bloguero en sus redes sociales:

Más posts de este Blog

Ver más

Lo más leído en Blogs

1

100 ejercicios para la Radio: Trazos Sonoros con Perspectiva de Género(...)

2

Este es un repaso por los lanzamientos con los que las(...)

3

1. Léase o reléase el Acuerdo de Paz. Hágalo por partes,(...)

0 Comentarios
Ingresa aquí para que puedas comentar este post
Reglamento de comentarios

ETCE no se responsabiliza por el uso y tratamiento que los usuarios le den a la información publicada en este espacio de recomendaciones, pero aclara que busca ser la sombrilla de un espacio donde el equilibrio y la tolerancia sean el eje. En ese camino, disponemos de total libertad para eliminar los contenidos que:

  1. Promuevan mensajes tipo spam.
  2. El odio ante una persona o comunidad por su condición social, racial, sexual, religiosa o de situación de discapacidad.
  3. Muestren o impulsen comportamientos o lenguajes sexualmente explícitos, violentos o dañinos.
  4. Vulneren o atenten contra los derechos de los menores de edad.

Además, tenga en cuenta que:

  • - El usuario registrado solo podrá hacer un voto y veto por comentario.
Aceptar
¿Encontraste un error?

Para EL TIEMPO las observaciones sobre su contenido son importantes. Permítenos conocerlas para, si es el caso, tomar los correctivos necesarios, o darle trámite ante las instancias pertinentes dentro de EL TIEMPO Casa Editorial.


Debes escribir el comentario
¡Gracias! Tu comentario ha sido guardado
Tu calificación ha sido registrada
Tu participación ya fue registrada
Haz tu reporte
Cerrar
Debes escribir tu reporte
Tu reporte ha sido enviado con éxito
Debes ser usuario registrado para poder reportar este comentario. Cerrar