En el mes de Agosto el viejo Joe Satriani desplegara en la capital toda su técnica al comando de la guitarra, con esto completaremos   al G3, aunque por episodios pues la cuenta va en dos de los grandes,  el primero fue  Paul Gilbert  y luego Jhon Petrucci con Dream Theater en dos ocasiones, claro faltaría Steve Vai, ideólogo junto a Joe de este proyecto que reúne a los mejores guitarristas virtuosos.  Si bien sería espectacular verlos juntos en una sesión de maestría, para nada sobra verlos como hasta ahora, es por eso que las expectativas empiezan a crecer como una bola de heno a cuatro meses de la presentación del profesor “satch”.

Pero no podríamos olvidar a otros que no  están en esta elite, pero que han dejado un grato recuerdo en nuestro país, Slash que estuvo con los Gunners hace 16 años, a Kerry King   que nos sepulto con su sonidos densos y veloces, Michael Romeo técnico y limpio, Claudio Sánchez  que aunque se fue furioso del escenario de Rock al parque nos dejo ver su talento, y ni hablar de Dave Murray y Adrian Smith quienes en febrero de este año nos expusieron el hierro del cual están hechos, uyyy casi se me escapa uno que me sorprendió aquella vez por el paseo que nos dio por la vieja escuela de la guitarra, (The Beatles , Led Zeppelin, entre otros)  fue el Señor Jack White y su White Stripes.

 

 

Un Viaje Muy Especial

 

Finalmente me encontraba como casi siempre en la fila para ingresar a un nuevo concierto, uno de esos que prometía magia, cuando se autorizo el ingreso atrás mío había un grupo de jóvenes uno de los cuales buscaba despertar envidias entre los amigos ausentes al evento y lo hacia por medio de llamadas desde su teléfono móvil . Ya cerca de la puerta del teatro a minutos de ingresar el joven  llamo a un profesor de el, según comentaba, al cual le dijo “Pues imagínese Paul llego  a Colombia ayer en la tarde (sábado) y solo lo recibieron dos personas en el aeropuerto, uno de ellos es un amigo mío el cual tuvo la fortuna de hablar con el y  a quien le comento que estaba sorprendido al ver tan poca gente.” (Sin comentarios).

Una vez adentro la gente de logística acomodaba a las personas en sus sillas numeradas, me toco en la Fila H Silla 10, en la parte posterior costado izquierdo del escenario, al lado de unos jóvenes que por su acento y comentarios jocosos eran de la costa y quienes desesperados querían ver salir al genio, por que tenían que regresar rápidamente a su ciudad natal, algunos de ellos a trabajar.

Anunciaron entonces que en pocos minutos estaría con nosotros Paul Gilbert después de haber escuchado la banda que abrió llamada “Jack y el diablo” que no conocía si no el diablo o al menos eso creo.  8:02 PM  el maestro de maestros de la guitarra como suele decir mi profe del rock sale justo por el costado donde yo estaba unos metros más adelante, con su traje espacial blanco y sus audífonos, detrás el bajista y baterista con trajes similares pero de color azul oscuro, saludo y pregunto si estábamos bien a lo cual al unísono todos  respondimos, unos segundos antes de dar su primer tonada la gente salto de sus sillas y se lanzo hacia la parte delantera del escenario cubriendo a las personas que estaban en la primeras filas, quedaron a los pies de Paul quien desenfundo su guitarra con un tema de su último trabajo Space Shape One, yo por mi parte salí un poco hacia el pasillo para visualizar mejor ya que por lo enano no podía estar adelante.

 Fue entonces cuando entramos en comunión, la tribu era una sola, la conexión fue total, Gilbert estaba entre nosotros desafiando la velocidad de la luz con sus dedos mágicos deslizándolos de arriba a abajo sutilmente y con toques limpios a igual que su ropa. Nos transporto en su viaje espacial, de el Paul de ahora a Racer X luego a sus  más primitivas influencias con tributos de guitarra a The Beatles, Emerson, Lake & Palmer, Van Helen entre otros, virtuosos que como el lo ponen como el rey de la guitarra. Comento que era su primera vez en Colombia que se sentía bien, nos regalo cada punteo como si fuera el último con un gesto característico, levantaba su mano con su dedo índice apuntando hacia arriba cuando terminaba  algunas canciones. El baterista  ofrendo un solo  estelar reventando el lugar con su fuerza, Paul guitarra nos decía mientras tocaba notas delgadas, tranquilas con firmeza. Grito varias veces el nombre de Bogotá agradeciendo en español. Luego se colgó su guitarra blanca y empezó la clase y nos dijo “tiene alguna pregunta”,alguien del publico grito “avemaría” a lo cual contesto “oh avemaría” e inicio a tocarla quedando colgado en una nota, respondimos con aplausos, como suele suceder con los maestros demostró que también es humano que esto hace parte de ser grande.

Toco Technical Difficulties que poder, hasta su boca saboreo cada cuerda prolongando el sonido, en este punto  cerré mis ojos y me deje llevar, entre en comunicación con Dios y agradecí por estar allí por tener el privilegio que tal vez muchos no tienen y otros no quieren, mi corazón se lleno una vez más de esa sensación que solo produce el Rock, una sensación que no tiene valor.

Paul simula su primera ida, mientras coreamos su nombre, el virtuoso aparece, desenfunda de nuevo llegando al éxtasis con la versión a lo Gilbert de “To be with you “ que canción, luego toca varios temas igual de intensos, asi aterriza su nave espacial en el Astor Plaza sobre las 9 :55 PM y con un eterno efecto de su guitarra como queriendo dejar suspendido su tonada en nuestra mente, culmino el viaje. Fue así como Paul Gilbert ante 800 personas aproximadamente y con silletería vacía en el balcón descargo su Galaxia llena de verdadero Rock And Roll en nuestro país pese a la mirada de incrédulos que no coparon el teatro, que pensaron que el maestro guardaría todo lo que sus manos pueden tocar.                                                                                                           

                                                                            

                                                                                                                        

 

Permanezcan rockosos