Con una idea que rodeo mi cabeza desde principio de año y que hasta hoy decidí concretar, arranca una nueva sección en el blog. Líneas sacadas de la vida real, momentos, situaciones, verdades, pensamientos. Experiencias en carne propia de un movimiento que eriza la piel, refugia al dolido, da paz, exorciza, pero por encima de todo y me atrevo a hablar por todos, alegra el alma, felicidad comúnmente escasa. Relatos que espero identifiquen, algún pasaje de la vida rock donde su piel haya sido absorbida.
Lejos del mundanal ruido, de notas obvias, donde los cuerpos danzan sin parar con el ritmo de moda y en la única caja donde se siente seguro, su habitación, yace él. Pálido igual que el color de su puerta, víctima de un certero envión, luego del enfrentamiento con un miembro en primer grado de su familia, quien critica lo que en ese fortín, se escucha, seguro de erradicar a mediano plazo de allí, esa «plaga», pero inconsciente de obturar el botón más incendiario del ser humano, la prohibición. Tapizada la caja de 4 x 3 con más de 75 hombres, separados en grupos de cuatro o cinco, cuyos nombres de cabecera en algunos casos asustarían, pero donde solo hay uno de carne y hueso; es el fiel reflejo de la diferencia abismal de escoger dicha ruta, no apta para una nación de palmera y coco. Acusado pero no vencido el radio con orejeras, tiende a ser la alternativa, allí el decibel no tiene límites, aunque de cuando en cuando afloré la rebeldía y solo por fastidiar o protestar, se vuelva a los altavoces, esos que se tragan la voz iracunda al otro lado de la puerta.
Miradas intimidantes en el desayuno, matizadas por otra clase de temas, (el clima, el trabajo, el dinero), dejan entrever la posible tregua siempre y cuando no se acerquen a la guitarra de Hendrix, a la voz de Anselmo, o a la batería de Lombardo, desde allí no hay retorno. Listo, superado el umbral, la «libertad» aparece en las calles a veces calurosas a veces frías, de una ciudad visceral, aunque no se recrimine a viva voz, las miradas de prejuicio, ante el movimiento de cabeza incesante o la pinta extra-curricular, existen, sin embargo siempre es posible esquivarlas, esta vez hubo pocas, el autobús paso rápido, las otras serán minúsculas mientras pague y tome asiento. Él, entusiasmado busca en el fondo del morral, la impaciencia lo invade pero más la desdicha de no hallar la preciada joya que lo aísla del mundo elemental, esa de sonidos seleccionados concienzudamente, la de orejeras, «Ja! preciso… preciso hoy cuando más lejos voy», afortunadamente solo hay voces de conversaciones varias. Jajajajaja se escucha de un momento a otro, la radio es encendida por el conductor quien observa a sus pasajeros por el espejo, desea hacer más placentero el viaje; en el dial, varios locutores hacen de las suyas con la «juvenil radio» la de chistes de quinta, dantescas escenas recreadas y concursos denigrantes, pero no solo el de cabello largo hace caras, la señora de adelante también y el de traje igualmente, los efusivos comentarios de dicha radio-estación desconocen la palabra respeto. Unos minutos antes de llegar a su destino, el pelilargo junto a los sobrecupos, soportan la ola de música tropical, casi al tope del volumen; se detiene el bus, el «extraño» desciende mientras las gotas se asoman desprevenidamente, sin dudarlo un solo minuto, corre a la meta puesta a escasos metros, la lluvia pronto cubrirá el incipiente asfalto. Entre apuntes, clases, cuestionamientos, tareas, una que otra dictadura, (profesores) contadas libertades, (profesores), otro respiro se toma cuando «el parche» se reúne a debatir en torno a las melodías que por aquellos días les atañe, melodías que tal vez muchos de ellos abandonen con el tic tac, pocos las tomaran como propias, incógnita que aún no ronda en la cabeza de él.
Cae la tarde, después de una jornada agotadora no más que la vuelta a casa en autobús, él, regresa con los ánimos apaciguados, busca un poco de alimento, observa su morral lleno de obligaciones, mientras termina el último bocado, organiza su ideas, cae en cuenta que está solo en casa, abre su refugio, el equipo de sonido brilla más que nunca, pero no porque haya sido lustrado, es que siente a mil kilómetros las miradas inquisidoras, sediento le pide a su jefe ser iniciado, él, ya se encuentra buscando en un cajón, esta vez no quiere el formato moderno, desea desempolvar un vinilo de cuatro personajes de Liverpool. La aguja chispea notas de There´s a Place, él, se preguntaba tendido sobre su cama, si habría un lugar donde las cosas fueran un poco mejor repartidas, estaba bien que hubiese muchas radio-estaciones, revistas, canales televisivos que abordaran temas propios del país a nivel cultural, pero también para quienes gustan de otros estilos como los de él, equidad, así tal vez no tendría que cerrar su puerta, ni distanciarse de su familia.
Fin de semana Death
Este sábado los sonidos poderosos de Krisiun animarán la tarde, para los que aún no se han enterado el lugar del concierto cambio en este enlace encuentran más información. También pueden consultar el calendario de conciertos y de discos, esta semana quedo actualizado.
Permanezcan Rockosos