Tony Iommi:
«Ronnie amaba lo que hacía, hacer música y cantar en el escenario. Él quería mucho a sus fans. Era un hombre amable y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.»
Gezeer Butler:
«Uno de mis mejores recuerdos de él, viene desde el año pasado, en el Sonisphere Festival en Knebworth. Se dio cuenta de mi hermana y su marido a un lado del escenario. Durante nuestra canción de apertura, él se tomó el tiempo para visitarlos y abrazarlos. Sólo una pequeña cosa como lo que hizo especial para mí.»
Por cosas de la vida la triste noticia llego a mi, solo hasta el martes al medio día, de viva voz de mi esposa, quien escuchó en la radio, a uno de los pocos autorizados para hablar de Ronnie. En medio de mi asombro no pude recibir «mejor» este golpe, que de dos personas significativas en mi vida. Consternado escuche una preciosa experiencia que contaba Andrés Durán acerca de cómo conoció a Dio, se notaba lo tocado que estaba mientras la narraba. Me hizo llenar de sentimientos encontrados, por un lado el haber entrado a la música de este señor tarde y por el otro las imágenes que rodaron precisamente cuando hace un año vi a la leyenda Black Sabbath en vivo, entonces pensé la afortunado que fui. Sentimientos encontrados porque en realidad nunca se hizo justicia con ellos ni siquiera cuando tocaron en la lata de atún del Coliseo el Campin. Tarde llegue a su música porque como aducía Andrés, no hubo una emisora que irradiara el arte de un hombre como él, ni un medio preocupado por exponer una realidad tan vigente, fuimos alimentados por pequeños espacios, incompletos, o por voluntad propia de querer aprender algo más de lo que las emisoras o los diarios locales informaban. La tristeza se hace más elocuente en estos casos cuando un señor de la talla de Ronnie James Dio desaparece, justicia, no hubo justicia, evidente ausencia del monopolio comunicativo para homenajear a este hombre.
Encontrar a un músico completo en todo el sentido de la palabra y cuando dijo en todo sentido me refiero a su desempeño como artista, y a su comportamiento dentro y fuera del escenario, no es fácil y menos en el ámbito del rock. Yo sé que a muchos le gustaría ser recordados como buenas personas, a quien no, escuchar de sus amigos, familiares, conocidos: «no friegue que buen tipo fue» «que buena mujer era mientras vivió». Recogiendo las impresiones en los diferentes portales del mundo ante la muerte de Ronnie, se habló poco de su talento a la hora de cantar, el conceso general era el ser humano cálido, amable, carismático que fue, el respeto por sus semejantes y en especial por nosotros, los que andamos atrás de la barda escuchando la música más invasora del alma. Primero persona, luego lo demás, (mis padres también me lo enseñaron) el derecho de las cosas pero el revés actual, la obviedad saturada de nuestros días.
Dio, pequeño gigante tenía carga suficiente de poder en voz y figura, capaz de derramar felicidad en miles de rostros nacientes, desde Elf hasta Heaven & Hell. Consecuente en sus actos aprendió a tratar a los fans, después de ver a su compañero Ritchie Blackmore (Rainbow) en actitudes poco amigables, prometió no hacer lo mismo «nosotros estamos aquí gracias a ellos» decía. Bajo esa directriz construyo un terreno libre de prejuicios con la sencillez desbordada y calzando los zapatos de quien compra un disco, un ticket o una camiseta de su grupo favorito. Contó historias de dragones, espadas, batallas, sentando su posición frente a las doctrinas religiosas tradicionales llenas de vicios, pero también componiendo liricas para los niños, algo de su total preocupación, creo temas como: Don´t Talk to Stranger o Children of the Sea, advirtiendo del mundo que se encuentra afuera para ellos y del cuidado de hombres malvados. Llamado por dos colegas se reunió con varias estrellas de la escena en 1985 para recaudar dinero en busca de mitigar el hambre en África, Hear ‘N Aid proyecto que congrego a personajes de Maiden, Judas P. W.A.S.P, Queensryche entre otros. El sencillo de Stars en voz de Dio fue el pilar sobre el cual se construyo el disco con algunas versiones en vivo. Envuelto el corazón en causas que verdaderamente dignifican al hombre y edifican un mundo mejor, de mano de la batalladora Wendy, esposa y manager fundaron una institución Children of the Nigth, para proteger a niños víctimas de la violencia y la explotación sexual, rescatando sus vidas.
Letras como el cielo y el infierno, cosas habitantes dentro de un hombre normal, escoger entre el bien y el mal, y no los estados o espacios en el tiempo que suelen pintarnos, recreaban un pensamiento sensato, sin disfraces de cómo se presenta la vida. Condenado por el símbolo que perfecciono, el de «cuernos al aire», mal interpretado pero con todo un trasfondo, italiana costumbre ancestral para protegerse, exhibía una marca adoptada incluso por otros géneros, universal, pero única entre los verdaderos. Claridad en sus ojos, visionario como los libros de ciencia ficción que solía leer, admirado por el poder del escritor al narrar historias que luego se transformaban en realidad, cabalgo incesante sobre ese don transportador de sus cuerdas y condujo liviano a pasajes hermosos como Rainbow eyes o pesados como The Mob Rules, escribiendo en los pergaminos de la vanguardia como rockear sin egos.
La verdadera historia sobre el «mal de ojo»
Gracias Ronnie por hallar un camino perdido, por las enseñanzas de un hombre integro que supo mostrar desde su profesión como llevar un tren sin quemar los planos, la ruta. Gracias James por habernos dejado entrar en tu canto: Long Live Rock ‘N Roll, a tu casa musical, a esa que nos acompañara hasta después de cruzar la línea de la transición. Gracias Dio, por Elf, Rainbow, Black Sabbath, Dio y Heaven & Hell, sellos tatuados en la piel rockosa, gracias eternas por ponernos en reflexión de lo fuertes o vulnerables que podemos ser, del masacrado valor de respeto por el prójimo. Gracias por venir a mi tierra asfixiada en injusticias y hacernos tan felices.
Video inedito grabado en la presentación en Bogotá el año pasado y que decidi subir como tributo.
Permanezcan Rockosos