Entre dos eventos Maquinaria por un lado y Pearl Jam por otro, tuve la oportunidad de compartir junto a mi compañero de ruta, ahora amigo, Alejandro Bonilla, otra de las tantas experiencias que la tierra austral nos ofreció. Testigos del accionar de varios periodistas chilenos, nuestros medios deberían ruborizarse.

 

 

Países del mundo entero acuden de inmediato ante algún evento, suceso o novedad, de la manera tradicional, encendiendo la radio, la tv o consumiendo un periódico, hasta allí estamos en igualdad de condiciones. Sucede igualmente para alguien que gusta del rock, todavía existe la posibilidad de hacerlo del mismo modo sin recurrir a internet, a la compra de publicaciones extranjeras, o al trabajo personal que implica importar un producto de X o Y banda. Así el abanico se despliega para quien gusta del estilo, optando por las diferentes corrientes, asume todas o simplemente inclina la balanza, pero nunca termina obligado a abandonar otras alternativas por ausencia. Oprimir el botón ON de la radio para ubicar el dial y escuchar a media mañana una buena canción atemporal de rock, la noticia de fondo de una banda de los 70 que opina sobre una contemporánea, o periodistas debatir con argumentos, sigue siendo normal en países como Chile y Argentina, allí la información permanece irradiada a través de los medios tradicionales, información profunda, actual y sin desconocer los «nuevos» métodos digitales, más bien adoptándolos.

Encontrar información sensata y veraz sobre rock en Colombia es casi imposible, la radio rock por ejemplo sabemos que existe, pero en nuestro caso las alternativas de orientarse acertadamente están cruzando las fronteras, en la red, esa misma que ahora con leyes absurdas pretenden cercenar. Aquí hay casos contados, de esfuerzos digno de admirar, sin pretender desconocer otros medios de comunicación no tan reconocidos, podemos nombrar la revista impresa Disidencia, con más de 15 años de lucha en medio de la asonada digital, donde otros impresos con más musculo financiero, acuden a su poder para mostrar un rostro bello pero sin fondo. Breves programas radiales acogidos dentro alguna emisora con otra directriz, Detector o El Hall de la Fama  por ejemplo, emisoras universitarias que abren pequeños espacios U. Javeriana, U. Nacional y a nivel Web de los pocos con un norte, El Expreso del Rock.

Se suele hablar mucho, debatir, ingresar a un tema, pero en muchas ocasiones sin la más mínima idea, esa es la manera más fácil de hablar de algo o de alguien cuando no se sabe, de estigmatizar de desinformar y si quien escucha cree a ojo cerrado y postra su confianza, la bola de nieve crece, pisotea y surte el efecto esperado. Mi maestro en esta pasión que decidí exteriorizar por medio del blog, me dijo algún día que todo se debe hablar armado de argumentos, con conocimiento de causa. Entonces como se trata de pasar del plano pasivo y criticón, al de ideas, conciencia y acción, trajimos de la tierra de la «estrella solitaria» varios testimonios, unos fuera del aire y otros capturados a plenitud, llave para abrir una realidad que los monopolios locales y en el caso actual leyes como SOPA, pretender liquidar. Si sucede lo último los reales amantes del rock quedaremos a merced de las ondas locales, la contaminación será total, como dicen popularmente nos llevará el Diablo.

Otra conclusión y acudiendo a otro adagio, el problema no es de flecha es de indio, los fierros están, la infraestructura esta, la falencia viene de quienes conducen, desde la parte directiva hasta el emisor, personas poco idóneas o con capacidades, pero finalmente rendidas ante el sistema. A la postre producto para el oyente, lector o televidente, nada acorde con la actualidad y lo peor ignorando la historia. Antes de ser atacado, no lo digo por mí, lo digo por los personajes que en la sombra luchan por ofrecer un trabajo de calidad, fieles a un estilo, honestos, nada adecuado para nuestro sistema viciado.  

 

 

El siguiente video lo dice todo, certificación desde el radar:

 

 

  ¡Es hora de actuar!

 

 

Engorde de calendario

 

 

La revancha para ver Anthrax finalmente se dio, la banda regresa a Colombia con disco nuevo, ubicado en posiciones de privilegio en los principales listados mundiales, N° 1 en Metal Rules por ejemplo. El último día de Abril el Royal Center abrirá sus puertas para recibirlos, aquí más información. Un dato adicional, actualmente el súper-baterista Gene Hoglan está reemplazando a Charlie Benante, debido a que la madre de Charlie se encuentra enferma. Otro evento que recién se anunció y con un enfoque de sobra acertado, se realizará el 27 de Abril, el cartel: The Devil Wears Prada, White Chapel y Architects, arsenal de buenos sonidos contemporáneos, en este enlace todo acerca del festival. Finalmente la noticia de hace varias semanas es confirmada en el siguiente video:

 

 

 

 

 

 

Permanezcan Rockosos