Colombia ha tenido la fortuna de apreciar el virtuosismo de pilares de la guitarra como Jeff Beck, también de las nuevas generaciones como Joe Satriani, Paul Gilbert, y John Petrucci, justamente de esa explosión de cuerdas contemporáneas, faltaba uno, perteneciente también al selecto evento denominado G3, (congregación de grandes guitarristas). Es entonces el turno para Steve Vai, quien se presentará el próximo martes en Bogotá. Bienvenidos.
En los años noventa cuando el movimiento alternativo imperaba, explotaron varios talentos que «emanciparon» el instrumento más relevante y por el cual se construyó el rock desde las épocas del padre Blues, la guitarra. Uno de ellos fue el músico Neoyorkino Stevie Vai, quien a sus 30 años por ese entonces, gracias a su trabajo “Passion and Warfare” (1990), certificado como disco de oro, logró exponer el talento que tiempo atrás -16 años de edad- empezaba a desenmarañar gracias a las lecciones de guitarra que le impartió uno de sus mentores, Joe Satriani, otro del pool de dioses y luego, cuando hizo parte de la banda del maestro, Frank Zappa.
Y es que precisamente Zappa le dio gran renombre en los comienzos -años ochenta- a la carrera de Vai, también por transcribir varios trabajos de este músico, además no cualquiera podía pertenecer a la filas de un genio como él. Ese amor por la música influenciado desde niño por sus padres, cuando apenas exploraba la música de Led Zeppelin, el rock progresivo, y un álbum como “Sprectrum” de Billy Cobham, dio frutos años después, suficientes para desarrollar un talento poco común. La clave, fue el apoyo total, especialmente el de su padre, quien vendió su póliza de seguro de vida para que el joven Vai estudiara a fondo el instrumento, nada más que en Berklee College of Music. Allí, se alimentó de gran variedad de sonidos de diferentes partes del mundo, los cuales influyeron en su propio estilo, una muestra fue el exitoso disco “Live in an Ultra World” (2001), de la gira mundial Ultra Zone, allí dedica una canción a cada país donde estuvo, Japón, Polinia, Bulgaria, entre otros.
La carrera de Steve contempla 8 discos en solitario, siendo “The Story of Light” (2012) el último en estudio, pero también un sinnúmero de colaboraciones, entre ellas a bandas como Motörhead, Ozzy Osbourne, Alice Cooper y hasta Eros Ramazzotti, más de 7 álbumes en vivo, y más de una docena de compilaciones. Nominado al Grammy en 10 ocasiones, ganador en tres, además de apariciones en películas, la más recordada Crossroads. Pero tal vez estos pergaminos no lo trasnochen mucho, como si lo pudo hacer la presentación que realizó con la Orquesta sinfónica Metropolitana de Tokio, por el mismo reto que representó compaginar el sonido de su guitarra junto a más de 100 músicos, una obra exclusiva que compuso el reconocido pianista, Ichiro Nodair, la cual denomino concierto para guitarra “Fire Strings”.
Todo lo que ha girado en la cabeza de Steve Vai a lo largo de su carrera, en gran parte está enfocado en capturar con su guitarra, obras en torno a un concepto, pero obturadas bajo espiritualidad, no quiere alejarse de esa fragancia de tonos tranquilos y refrescantes, más, cuando se opta por rutas instrumentales, directriz que precisamente lo hace único en su forma de tocar. Mística guitarrera. Evolución es también una actitud intrínseca en los virtuosos, Vai no es la excepción, permanece en constante movimiento pero no en búsqueda de la pócima mágica de la perfección, como si les sucede a algunos otros que se ahogan en su propio egocentrismo. Encontró la esencia en medio de los recursos que tuvo de joven para valorar y aprovechar de buena manera el sacrificio de su entorno y la aptitud de sus mentores. Los argumentos sólidos son la manera en que su instrumento expresa y transmite sus propias sensaciones, para que otros las transpiren a su modo, y la ofrenda, otorgada a personas que no tienen como acceder a un instrumento, o a educación musical, labor que realiza en su propia Fundación desde 1988.
El acordeón fue el primer instrumento que tocó Steve Vai, pero no iba acorde con el Rock and Roll y su estilo, entonces, tomo la guitarra y se enamoró de su cuerpo, lo moldeó con su idea y hoy en día es un referente de la escena mundial, además de las nuevas generaciones de músicos como James «Munky» Shaffer de Korn. Qué bueno que la época de la navidad en Colombia sea abierta por la genialidad de un músico de este calibre, sin duda estaremos frente al “cierre” de una dinastía de guitarristas de otro nivel, hombres de carne y hueso, con historias superlativas. Toda la información del evento en este link.
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