Dos décadas cumple el festival, 20 ediciones que incluyen miles de asistentes, muchas agrupaciones,  variedad de anécdotas, y un sinnúmero de historias que se encuentran en la memoria de aquellos que alguna vez decidieron por curiosidad o vocación, asistir a alguna edición de este evento rockero.  Una mirada a este pequeño que ahora es grande, una mirada a sus aciertos y equivocaciones, opiniones del lado de un asistente, pero también del lado de quienes se “calzan” los instrumentos. Tres músicos relevantes en la consecución del festival contaron las sensaciones de haber estado en la primera edición del Rock al Parque, pero también como han visto su evolución. Bienvenidos.

Mayo de 1996, en el escenario ubicado en el parque Olaya Herrera, tocaba Policarpa y sus Viciosas, el pogo era inevitable, y solo cuando el humo de polvo denso se esparcía, se podían ver a los protagonistas de la danza del choque, rostros negros de rock. Yo mientras tanto, brincaba a un costado, ante la miraba de sorpresa de mi hermana, esperábamos a otros amigos que andaban en la típica requisa o mejor ‘raqueteo’, dejando sus cinturones en la montaña de cuero y taches, que se erguía cada vez más; emocionado, y ansioso, sabía que el recorrido tenía 3 paradas a lo largo de ese fin de semana, la meta, ver a mi banda favorita por entonces,  La Pestilencia, había que comprobar en carne propia toda es corrosión de sus letras, de su postura, una con la cual miles de nosotros nos identificábamos. Aquella farsa de poderosos que por años nos entregaba, en escombros,  una  tierra rica como la nuestra, despojos que a  unos les servía para componer una canción y a otros como yo, para cantar y bailar, desahogo a tanta podredumbre de mente.

Así arrancó mi historia con Rock al Parque y entiendo que la de muchos, algunos lo hicieron por diversión, moda, otros como parte de una catarsis a los diversos conflictos personales, o de su rededor, pero la razón principal era que a todos  nos empoderaba, éramos “reconocidos” de alguna manera en un espacio donde el rock que prácticamente nació muerto en Colombia, fue la salida, una manera de expresión, de gozo, de salvación, un arte incondicional pero subvalorado. Desde entonces he asistido a 17 de sus 19 ediciones, viendo desde diferentes ángulos, como este joven que el próximo fin de semana cumple 20 años, ha ido creciendo en ciertos aspectos, mutando, renaciendo, acertando, errando. Símil de un adolescente que va terminando esta etapa  rumbo a la madurez pero que hay que continuar orientando para que llegue lo mejor posible a ser un adulto ejemplar.

No sería justo entrar a que hablen algunos de sus protagonistas,  sin nombrar a los pioneros del rock nacional, aquellos que por allá en los años sesenta abrieron el camino, con muchas más limitaciones y escasísimos espacios. Algunos de ellos fueron: The Young Beats, The Speakers, Siglo Cero, Los Yetis Genesis, Los Flippers, Malanga, La Banda Nueva. Tocando en eventos como el festival de la vida  en el Parque Nacional (1970), conciertos en Lijaca al norte de la ciudad, e incluso luego fuera de la periferia con el mítico festival Ancón cerca a Medellín. Décadas después, en los años noventa, llega un nuevo aire para el rock nacional, con la explosión prolífica de numerosas agrupaciones, que desencadena en el festival CREA Rock 1994, presentando en la Media Torta a  más de 50 bandas distritales.

Alfonso Pinzon

Justamente, tres protagonistas relevantes dentro de la historia del rock en Colombia, y que participaron en la primera edición de Rock al Parque, le contaron a Autopista Rockosa, sobre sus experiencias. Alfonso Pinzon, baterista de la extinta pero destacada banda de metal Agony, dice: Agony participo en el primer CREA Rock (94), que fue el festival seminal que se realizó en la Media Torta del cual surgió Rock al Parque (95). También tocamos en los conciertos organizados en el Planetario Distrital, en donde tocaron prácticamente todas las bandas relevantes de la escena bogotana de la época. AGONY nunca presento audición, siempre fue invitado (6 veces), pues en ese tiempo se invitaba a las bandas quienes teníamos un público, y todos sabíamos quienes éramos. Rodrigo Vargas guitarrista y vocalista de la legendaria banda,  Darkness -aún activa- cuenta: Después de una larga trayectoria llegamos a RAP, por inscripción. Mientras para Amós Piñeros reconocido por ser el vocalista y líder de la grandiosa Ultragéno, para entonces voz Catedral: fue a través de la gestión de nuestro manager en aquel momento que fue José Gandour y gracias a la modesta notoriedad que había alcanzado la banda por esos días.

Rodrigo Vargas

Quienes han asistido alguna vez a RAP, se han llevado siempre de alguna u otra manera gratos recuerdos, memorias valiosas, Rodrigo recuerda de su debut en 1995: Fue  una tarde inolvidable, la gente coreaba y pogueaba , la respuesta de el publico nos sorprendió , había mucha adrenalina, nos fuimos satisfechos y motivados. Alfonso actualmente en las filas de Día de los Muertos, recuerda su debut en el festival con una anécdota: El día del metal fue en la Media Torta que estaba a reventar, nosotros tocamos de últimos. Fue un concierto espectacular, de los mejores en la historia de la banda. Recuerdo que en mitad del show me gritaron que parara, que “había un muerto”. Yo vi mientras tocaba que sacaban a alguien del público inconsciente, lo habían golpeado pero afortunadamente no murió. Al que lo golpeó lo apuñalaron los amigos del primero a la salida. Recuerdo también que nos escogieron para el cierre en la Plaza de Toros, y tocamos con Aterciopelados y todos los demás, éramos la única banda de metal. Ese concierto adicional de cierre sucedió las dos primeras ediciones, y en ambos tocamos. 

Amós Piñeros

En lo personal varias instantáneas me llegan, por supuesto la huella de la primera vez en el festival, liberador. La fuerza en vivo de La Pestilencia y Ultrágeno, a hoy, nunca he visto temblar el parque tanto como lo produjeron ellos, en el 97 por ejemplo. Ver  la mejor edición, la del 2005, llovía mientras Kraken y la sinfónica de Bogotá abrían el evento, la fiesta que se armó con Suicidal Tendencies y los fans en tarima y por supuesto el apoteósico show de Apocalyptica, chelos a full, cantando cada canción, la voz éramos nosotros. -Esta pareció más la verdadera celebración de los 10 años  que la pálida versión anterior- La lluvia que arrasó con la programación del 2007 pero dio para ver ocho días después a Brujería, casi como un show exclusivo. Y otros tantos que se quedan por fuera. Los recuerdos de Amós: Tocamos en la cacha de futbol del barrio Olaya Herrera y fue apoteósico, nunca habíamos estado delante de tanto público y la energía fue total. También tocamos en la plaza de Toros La Santa María en el cierre del festival que fue el único toque pago de la historia del festival. Este día también fue una gran experiencia pero nada comparado al Olaya.

Sin duda Rock al Parque ha ido  creciendo pero también ha dado tumbos y por eso hay que ponerle el ojo crítico, Amós piensa de la evolución del festival y el de las bandas: Digamos que la evolución del festival la he visto muy bien en cuanto a recursos técnicos y logística, pero el tema de convertirse en un motor de cambio social o de rescatar las iniciativas positivas que se han dado a lo largo de las dos décadas para crecer aprendiendo de lo que se ha hecho lo veo un poco flojo. Las bandas suenan muy bien, hay proyectos con muy buena calidad musical y propuestas innovadoras, solo hecho de menos un poco de romanticismo en lugar de tanta gestión web y de imagen. Más mensaje y menos peinados, mas corazón y menos postura, mas rock and roll y menos sectarismo. Rodrigo: Ahora es inmenso y cada vez más profesional, en todos los aspectos, la evolución de las bandas Colombianas es progresivo, se ven mejores músicos, mejores propuestas. Alfonso: Creo que el festival empezó como un proyecto cultural, e “involuciono” hacia un evento político. Claro que no se puede generalizar, ha habido muy buenas administraciones, y otras nefastas. Cuando está al mando alguien que entiende la música y de que se trata esto, por lo general el resultado es positivo. Cuando no, es una torta política más. Tiene el potencial eso si de ser muy poderoso, no solo a nivel nacional sino Latino Americano, pero creo que hace falta visión.  Respecto a las bandas colombianas, creo que hoy día hay mejores músicos, pero no mejores bandas. Irónico, ¿verdad? Hay músicos que tocan muy bien su instrumento, pero falta concepto, y faltan canciones que muevan a un público. Y sin eso no hay festival ni maquinaria que valga.

Guerrofobia es el más reciente disco de Darkness,  Rodrigo Vargas, que ha participado en varias ediciones nos concreta que conservaría del festival  pero también que le cambiaria: Le dejaría más oportunidades a nuevas bandas y cambiaria todo lo que no es Rock. Alfonso Pinzon  que además ha sido baterista de Sin Salida nos comenta: Dejaría la infraestructura y el presupuesto que tiene Rock al Parque. Con eso se pueden hacer muchas cosas, sin mencionar que tiene la bendición y el soporte del estado, ¿Qué mas podría pedir un promotor? Yo haría que el público pagara un valor simbólico por entrar al festival. Este dinero lo entregaría a una causa benéfica. Estamos solo dando pan y circo, ¿o construyendo sociedad? ¿Qué nos queda luego de Rock al Parque? Rock al Parque no ha sido capaz de dejarnos ni siquiera un CD compilatorio de bandas, o un DVD, tan solo un bonito recuerdo. Y con esa memoria que tenemos en Colombia, el recuerdo por lo general se lo lleva el viento. Amós Piñeros ahora con su proyecto Amos y los Santos piensa sobre esto: Le dejaría su mensaje de convivencia. Y le cambiaría la intransigencia de algunos sectores del público y la falta de visión de los tecnócratas y burócratas que toman las decisiones a largo plazo.  

Agony, Darkness, Catedral y luego Ultrágeno  son emblemas para los rockeros colombianos  por esto las voces de quienes escribieron la bitácora rockera son autoridad para decir que le hace falta a la escena nacional para consolidarse, Alfonso: La escena nacional no solo está en un punto estancado desde hace dos décadas, sino que esta incluso más atrás que hace dos décadas. Hace dos décadas las bandas nacionales vendían sus trabajos y llevaban gente a los conciertos, tenían seguidores, no solo un puñado de amigos en Facebook. El porqué sucede esto es algo que merece un foro, una reflexión seria para encontrar salidas. Si el público no está dispuesto a comprarle a una banda, no hay mercado, por ende no hay industria, ni disqueras, ni critica independiente seria, todos ellos elementos esenciales para desarrollar a un artista y hacerlo crecer. Así como Rock al Parque supo aglutinar e impulsar a una escena vibrante en los noventas, así mismo podría volver a tomar un papel protagónico hoy día, pues las bandas están más solas que nunca, pero para eso hace falta un entendimiento de la problemática y una voluntad para realmente impulsar el rock nacional. Más allá de ganarse los laureles por el volumen de asistentes a un parque.

Amós: Un gremio de músicos serio que abarque a todos los géneros, desde el rap al rock a la salsa, el vallenato, etc. Que se proporcione a sí mismo una legislación e infraestructuras para que tanto tocar en buenos lugares y bien pagos como desarrollarse técnicamente y musicalmente sea un derecho al alcance de todos que este protegido por la ley dentro de una escena musical solida y sin diferencias de género. Rodrigo: Le falta verdadera identidad, pero avanza positivamente, los tiempos cambian.  Sin duda todos en algún momento quisimos que aquella banda que seguimos por convicción y que ya no está, regresara, para estos tres músicos también existen tres grupos que les gustaría revivir. Alfonso: Akerrak, creo que estaban más allá de su tiempo. Rodrigo: Escape, bandota. Amós: Ultragéno.

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El fin de semana miles de asistentes colmara de nuevo el parque Simón Bolívar y La Media Torta, tal vez con el cartel más grueso dentro de la historia del festival, que parece recuperar la memoria ante la evocación de bandas que hicieron parte en la construcción de la escena nacional, bajo una línea más rockera, como en sus inicios. Sin embargo, más allá de esto, hace faltan varias cosas para que este joven de chaqueta de cuero gutural, pelo punketo, tenis Hardcore, sombrero Blues, pantalones heavy metal,  realmente madure como debe ser manteniendo su pinta. Es hora que en verdad se cree una asociación o gremio de músicos, dejar de lado tanta envidia, tanto ego, que no han dejado cohesionar una verdadera escena, que haya un movimiento realmente que se enlace con Rock al Parque, y así quienes manejan el festival en verdad liguen un circuito de bares, escenarios, parques, estudios de grabación, salas de ensayo, academias, maestros, medios de comunicación. La finalidad, llegar fortalecidos musical y mentalmente a otros escenarios internacionales. Un todo en uno. La infraestructura esta, el dinero también, y el talento igual, solo hay que reiniciar la mente, apartar los prejuicios y caminar de la mano juntos, que aquellos talentos no terminen como ha sucedido durante años, extintos o buscando fortuna afuera. Que Rock Al Parque sea realmente esa vitrina de “expulsión” internacional, una casa donde convivamos todos.

Si olvidamos la historia e irrespetamos a quienes ayudaron a escribirla, estamos condenados a destruirla por completo, a fracasar, a cimentar sobre vigas de papel. Rock al Parque es de todos y  todos debemos aportar aún cuando estemos en desacuerdo, porque quien alguna vez piso  el cemento y el césped musical de este fundamental evento, tiene un compromiso con esta música que nos ha hecho tan felices.  Sin duda será una gran fiesta la del fin de semana, pues el rock está por encima de todo, pero hay que ayudarle para que algún día no tome su guitarra y se vaya definitivamente a otro lado. Esto es lo que hace falta en mi opinión para que realmente se consolide la escena nacional. Cohesión.

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Autopista Rockosa estará cubriendo nuevamente el festival, esperen reportes en línea a través de la pagina del blog en facebook  por aquí  y en Twitter en @migmar75.

Nos vemos en el Parque!!!