La celebración de los 20 años del festival, finalmente se llevó a cabo el pasado fin de semana, con un cartel compuesto por artistas de primera, entre bandas internacionales, leyendas del rock nacional, y agrupaciones que calificaron para esta nueva edición. 87 presentaciones, tres días y dos décadas de música. Reseña de Rock al Parque 2014. Bienvenidos
Por supuesto que el grueso de Rock al Parque es la fiesta que se abrió el sábado pasado en la Media Torta alas 11 de la mañana y a la 1 de la tarde en los tres escenarios dispuestos en el Simón Bolívar, pero hay que decir que este evento empezó hace ya varias semanas con los talleres y foros realizados previamente, e incluso un par de días después. Contenidos interesantes y charlas con periodistas locales y de países como Argentina, Chile y Estados Unidos, entre otros. Justamente uno de los foros de mayor éxito fue el presentado por el productor de radio Andrés Durán, acompañado por Eddie Trunk, reconocido, productor de radio y televisión, y conductor del programa ‘That Metal Show’, una charla llena de historias, anécdotas, pero sobre todo enseñanzas y lecciones.
Primera jornada
Aunque hubo amague de lluvia en la ciudad, solo algunos visos de agua cayeron por fortuna. El parque Simón Bolívar abría con una afluencia considerable por lo menos superior a la de años pasados, el atractivo por un lado fue el show especial de Metal de Medellín, con músicos relevantes de dicha escena y por el otro lado, Ingrand, agrupación legendaria de Bogotá. El desarrollo de la programación se fue llevando a punto, pero al final por una falla de sonido en escenario Eco, se tuvieron que presentar las bandas Nosferatu en Bio y The Antichrist –acto no apto para mojigatos- en Plaza, la primera con escaso público pues cerca de las 10 pm, recién terminaba la última banda allí; por el contrario a la segunda le tocó con Plaza llena, pues aun faltaba la tan esperada Exodus. Justamente en este escenario se destacaron bandas como Savage con una propuesta de Thrash Metal contundente, bajo la postura mordaz de sus letras, critica directa de su vocalista Juan David Romero a los políticos de nuestro país. Igualmente el Death Metal de los señores de Whitering Void, quienes sonaron muy compactos y precisos, bajo la línea gutural en la voz poderosa de Paula Vega y dos solventes músicos, Fabio Barrera en la primera guitarra y Esteban Souza en batería.
Los shows de metal de Medellín y Bogotá, rindieron tributo a las dos escenas, en conjunto varios músicos de estas míticas bandas interpretaron canciones de sus colegas, incluyendo temas de Masacre, Blasfemia, Parabellum, Ingrand,Kilcrops, Ethereal entre otras. Atrás en el escenario Bio, los sonidos de metal experimental de Aire como Plomo incitaron al pogo con canciones como ‘Perro sin Palabras’, igualmente la crudeza del metal técnico profesado por los bogotanos Beholder. Entrada la noche, Headcrusher “veteranos” en el festival, tronaron ferozmente, considerables licuadoras de asistentes levantando el polvo, los Crusher son un tractor en vivo, denotan la disciplina de aprovechar el haber cruzado la frontera. En tarima Eco la más pequeña pero no menos importante, tuvo a bandas de antaño que pedían desde hace rato un chanche, es así como Luciferian (Armenia) y Liturgia (Manizales) se apropiaron del espacio para ofrecer las melodías profundas propias de un genero como el Black Metal , no necesitaron decibles extras pues sonaron limpios, densos y con una puesta en escena caracterizada en maquillaje y mascaras demoniacas. El Industrial, estuvo a cargo de Info que con sus pintas de manicomio y pintura pálida, impactaron, especialmente la dueña de los samples y teclados no solo por su ejecución también por su traje de dos piezas.
Segunda jornada
Llegó el domingo, día en que la balanza se inclinaba hacia a los sonidos, Reggae, Ska, y fusión, no obstante, el espacio también presentó, Punk, Hardcore, y algo de metal. La jornada en Plaza sobre el medio día la abrieron Polikarpa y Sus Viciosas, que confirmaron desde aquella primera edición en 1995 que lo de ellas es el punk crudo y directo, cero bálsamo, dejaron caliente el espacio para la entrada de la leyenda de Medellín, I.R.A. quienes no necesitaron presentación, solo había que posar la mirada al fondo del parque para ver la danza de crestas multicolores. 30 años de carrera 3 décadas de mera cultura punk. The Tryout trajo la primera cuota Hardcore del día, con el lema escrito en la inmensa pantalla, “Somos vida, somos Sudamérica Hardcore” vertieron todo su ímpetu juvenil en canciones como ‘Salive’ y ‘Culto’.
La noche cayó y la hora de consagrarse llegaba en los tonos de El Sagrado, banda que en 2012 se presentó pero el tercera tarima. Esta vez el reto era en el escenario principal, que le bastaba solo un 20 por ciento para colmarse. Bogotá Hardcore, de esa manera su vocalista JJ manejó con vitalidad el escenario, contagiando con su energía, poder y reflexión, soportado en el resto de sus músicos, especialmente en la gran labor que hace su guitarrista Alice, una hormiguita de las cuerdas, introvertida pero talentosa. El “cierre” en cuanto a bandas nacionales estuvo a cargo de La Pestilencia. El parque ya estaba a reventar, Peeeste… Peeeste…. gritaba la gente, Dilson de camiseta blanca, como siempre sobrado en ímpetu, abrió el set con “Anuncia Tu Muerte” del álbum Balística, interpretado en su totalidad, con un par de canciones más, aunque hubo pogo la respuesta del público fue tibia, lejos de otras memorables presentaciones, tal vez se esperaba que sonara el emblemático disco ‘La Muerte…Un compromiso de todos’ como se dijo en un principio, pero Dilson explicó que por requerimientos legales era imposible.
Tercera Jornada
La polémica generada por la inclusión de la Etnnia en el festival fue rebasada por la gran presentación de estos iconos del Rap, soportados por Alejandro Duque en la batería, reconocido músico de la escena rockera colombiana. Fue un merecido reconocimiento a toda una institución en su género que ha construido su camino a pulso. Catedral con Amós Piñeros a la cabeza revivió en el escenario Bio, con el disco homónimo, y único de la banda, aquella época cuando la mística de hacer un disco o realizar un concierto, lo era todo. Nostalgia pero también satisfacción. Estaban antes de ‘De La Tierra’ sin embargo, Nepentes también ha diseñado su camino y tiene su propio público que respondió con enérgicos choques de pogo, ante esa oleada de liricas incitadoras mojadas en Noise, rock y rap metal, críticas directas al sistema. Hubo tiempo para que Juan Álvarez hiciera inclinar a la parcial y de un grito levantarla para brincar sin parar.
El blues ese género que ha ido creciendo desde los años 90 con bandas como Vertigo, finalmente fue reivindicado al presentarse la Colombian Blues Society, un colectivo de músicos del estilo conformados por Luis Fernando Cortes, -Vertigo– Carlos Reyes & La Killer Band, Citadino Blues, Mauricio Leguizamo –The Black Cat Bone– Andrés Cardona –Seis Peatones– y la nueva revelación del blues Carlos Elliot Jr. quien además trajo a The Cornlickers banda del propio Misisipi. Entre otros músicos no menos importantes. La fiesta fue total y pocos pudieron quedarse quietos enfrente de la tarima Eco. ‘Hermanos de Leche’ fue tan sola una muestra de las melodías de alma, esas que ya empiezan unidas – como debe ser- a construir una escena que a gritos pide espacios una puesta más longeva que el propio rock y tan relevante como el mismo. Atercipelados fue la cereza del pastel en cuanto a las bandas emblemas. Andrea Echeverri y Héctor Buitrago hicieron honor a ese primer disco que cumplía igual que el festival 20 años. ‘Con el Corazón en la Mano’ fue dibujado musicalmente, eso sí con diferentes tempos y arreglos, diseño que hasta en la ropa lucieron, El tigre apunto de atacar portada del álbum evocó aquel ‘Sortilegio’ de los noventa.
Bandas Internacionales
El pergamino foráneo era diáfano, a viva voz anunciaba que sus componentes eran difíciles de repetir por lo menos en un futuro cercano, por ende imperdible. Como dato curioso la más joven del cartel abrió la senda a sus copartidarios. Memphis May Fire que dio un concierto limpio y sigue ratificando que los sonidos actuales, uno, están en un buen nivel musical y dos, tienen un publicó –contemporáneo- que es fiel aún cuando haya que pagar. Otra de las “jóvenes” con notable precedente en Colombia, es Killswitch Engage, ofreció un estupendo show, basado en un manejo de guitarras perfectamente sincronizado, nítido sonido en vivo, de las grandes del metal actual. Por el lado del Death Metal Nile no defraudó a sus seguidores, las miles de cabezas se sacudieron ante bendiciones como ‘The Blessed Dead’ robustos en escena. Damnificada debido a la falla técnica del escenario Eco, Exodus además tuvo que lidiar con un mal sonido y el recorte del set, sin embargo, apetito no falto y clásicos como Fabulous Disaster hicieron temblar el parque.
El segundo día The Casualties puso el pie en el acelerador y se despachó con 20 canciones, en un recorrido musical valioso para historia del Punk, hubo tiempo para bromear un rato gracias al carismático vocalista Jorge Herrera. Genio y figura, Max Cavalera sabía de nuestro amor por los sonidos pesados, e hizo un balance de canciones entre su proyecto Soulfly y temas de Sepultura, ni hablar de la descomunal Refuse/Resist, o de Plata o Plomo, compuesta al capo Escobar. La felicidad de ver a este icono del metal sudamericano hizo olvidar un irregular sonido. Otra destacado show fue el de Fhisbone con un sonido que navega en el Funk, el rock, el punk, el reggae y hasta el Ska, más de 6 músicos en escena y un guitarrista de pelo afro coloso en la cuerdas. De las bandas latinas la que se llevó los honores fue De La Tierra, este combo de figuras del rock de nuestro continente, comandado por Andrés Jiménez, sin duda tiene una propuesta robusta, de rock con pasos al metal, tal vez el prejuicio por su pasado en Mana, sería para Alex González, no obstante, calzado en la batería a ese ritmo el hombre es otra cosa con su baquetas.
La espera por Black Label Society, fue larga pero valió la pena, pues el señor Zakk Wilde en un despliegue impresionante dejo claro porque está entre los grandes guitarristas del mundo. Imponente en presencia y toque exprimió al máximo las tres bellas guitarras que trajo, las esbeltas, hablaron el lenguaje del rock and roll traducido en sus dedos, con una voz que perfora, se nota que Ozzy tuvo que ver allí. Un solo un tanto exagerado –más de 10 minutos- pero una lección de maestría que los mismos dioses del Olimpo envidiarían. Alucinante show.
El festival daba sus últimos pasos dentro de un fin de semana grandioso, por fin en la historia de RAP una banda netamente rockera cerraba. “Among the Living” abrió la puerta del “desquiciante” Thrash parido a principios de los ochenta, Anthrax, faro imprescindible, alumbró todo el parque con ese incesante lucero de metal, de principio a fin un solo baile, rápido y depredador sonido, balanceado en la humildad y carisma de un hombre como Joey Belladona. Sensacional!! Su nombre Pro-Pain, de New York, varios géneros del rock en esta camión de metal, si, un camión a la hora de sonar, precisos, parejos, e impecables, pocas palabras, mejor tocar, rodar sobre el frenesí de un conjunto sólido que absorbió todo el tiempo la atención de la ‘mancha negra’ que aún terminado el acto, parecía no haberse bajado de semejante tractor sonoro. La mejor del festival, sin duda.
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Puede parecer un poco exagerado el titulo del post, y aunque es posible que faltaran algunas bandas pilares del rock nacional, quienes estuvieron en esta edición fueron justas merecedoras. En tres días se congregaron músicos de toda la escena nacional, nuevas caras, veteranos, y en géneros multi-sabores del rock, mezclado a un cartel internacional de primer nivel. Hubo tributos, invitaciones, y camaradería en los 4 escenarios, además una carpa con documentales sensacionales, la reconocida carpa Distrito Rock, zonas de relajación e incluso mucho contenido para todos los gustos en otros espacios.
En cuanto a sonido la tarima Bio se lleva todos los honores, en formatos como rock, metal, reggae, en todos en realidad, sonaron bien, a diferencia de Plaza, la cara del festival sonó bastante irregular, incluso para bandas como Exodus y Soulfly, penoso. En cambio Pro-Pain impecable. ¿ entonces? Y aunque el escenario Eco presentó fallas técnicas el día sábado a pesar de ser el más pequeño en términos generales, rindió. Sumado al sonido hay que mejorar las zonas de comidas, baños, y especialmente tener cuidado con el aforo del parque, el día lunes por ejemplo hubo bastante presión de personas que empujaban las rejas para tumbarlas y entrar a la fuerza a las zonas de reservadas. La logística también trabajó al máximo y en realidad hicieron una gran labor. La sala de Prensa quedó reducida a la mínima expresión, una lástima y ni hablar de la conexión, cero, a diferencia del año pasado que se pudo trabajar en línea.
Se fue esta edición dejando una cosa en claro que observe y que me gustaría ver en los siguientes versiones, lo mencionaba precisamente en el post anterior. Cohesión. Vi las bandas unidas, fuera de escena y en tarima, shows especiales de Bogotá y Medellín diron pie para ello. Entonces todos los géneros deberían copiarle la idea a la Colombian Blues Society, en cabeza del señor Carlos Elliot Jr. Los músicos de Blues se congregaron no solo para dar uno de los mejores shows del festival, también para echar andar un proyecto donde todos trabajen de la mano generando un movimiento real, uno que en el caso del Blues lleva camellando casi los mismos años de RAP, pero que desea organizarse. Esta es para mí es la mejor lección del evento. Rock al parque es de todos y todos debemos aportar para que se un monstruo, para fortalecerse y por supuesto corregir, que en verdad sea la reunión de un movimiento que vaya más allá de un anecdótica presentación en vivo, libre de egos. Ahora, el listón quedó bastante alto, sólo espero que el próximo año no descienda.
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Pronto vídeos del festival aquí
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