Rock y literatura excelente amalgama. Desde Suecia llega a Bogotá una agrupación relevante en los actuales sonidos extremos del rock que en la cúspide de su era se rompió, ahora, congregada recoge los frutos de su trabajo, trayendo 19 años después  una nueva obra musical que incluye dentro de su concepto al nobel García Márquez e igualmente a destacados escritores sudamericanos. Bienvenidos.

 

«Al llegar a la época de la banda de asaltantes había elaborado ya las siguientes posibilidades: 1° Dios no existe. 2° Dios existe y es un canalla. 3° Dios existe pero a veces duerme, sus pesadillas son nuestra existencia….»  Extracto de  “El Altar del Dios Desconocido” de  Ernesto Sabato.

 

En la capital han tocado bandas norteamericanas como Killswitch Engage y Shadows Fall cuyas propuestas musicales recibieron influencias de un sonido que se desarrollo a mediados de los noventa en el continente europeo, más exactamente en Suecia,. Afortunadamente y gracias a los contados promotores que se han arriesgado por grupos como In Flames y Dark Tranquillity  una parte considerable del denominado ‘sonido de Gotemburgo’ ha sido expuesto aquí, sin embargo, hacía falta la pionera en dicho estilo.

Gracias a las ayudas estatales ofrecidas por el gobierno sueco a las personas que no tienen recursos económicos para desarrollarse como artistas, el mundo  ha podido deleitarse con diversas alternativas culturales entre estas la música. Así fue como junto a los hermanos, y conformaron en 1990. El incentivo otorgado por el gobierno llevó a la banda a comprar instrumentos básicos e iniciar el camino musical en plena adolescencia. En busca de su propio sonido surgieron 3 albumes donde experimentaron en las aguas densas del Death Metal, trabajos que  ellos mimos reconocieron  pudieron ser mejor en términos de grabación pero que el bajo presupuesto impidió, (1994) sería el LP más destacado en esta primera etapa.

El alcohol, las tensiones internas debido a la inexperiencia y el hecho de que la escena local no tuvo la suficiente paciencia y confianza, originó una de las rupturas menos esperadas en el panorama rockero. En 1996 este quinteto decidió que lo mejor ante tanta presión era separarse. Aunque el Death metal melódico emanado de ese par de guitarras a cargo de los mellizos Björler no quedó huérfano pues transcendió en el transcurso del tiempo en posteriores propuestas como las de los coterráneos Soilwork, si quedo ese tufo de “injusticia” de un sonido propio que solo  estalló a finales de aquella década pero que le negó en el momento la recompensa a sus creadores. No obstante, la redención arribaría.

 

 

El tiempo sana y da revancha

20 años cumplirá en noviembre próximo, Slaughter of the Soul”,  pieza esencial en el futuro del genero y punto de inflexión para las ondas contemporáneas, por ejemplo las fijadas en el metalcore. Queriendo emular según ellos a Slayer en la consecución de un disco como “Reining Blood” pero a su estilo, At the Gates, con toda la energía y furia enfocada  (impulsada además por una pérdida económica en un tour) construyó  8 canciones de algo más de 34 minutos en total, en los estudios Fredman. Esta vez con el sello Earache Records –primer éxito de esta casa en términos de distribución-  y bajo la co-producción de Fredrik Nordström; “Slaughter of the Soul”,  ofreció un manual de cómo hacer Death metal melódico, además como un último recurso para evitar la  desintegración, pero luego de una extensa gira de soporte por los  Estados Unidos, eco que ayudó a “destapar más oídos”, en plena  cúspide la banda se quebró.

2 puntos de reencuentro uno en 2007 que representó  giras en el 2008 por festivales en Europa y los Estados Unidos, y un segundo en 2010 que se extendió  un par de años más en solo toques. Aquella congregación fluyó naturalmente en la inevitable pasión por la música, sanando fracturas. Encubiertos, evitando cualquier tipo de presión externa regresaron al estudio donde habían impreso su último capítulo glorioso sin digerir y junto Nordström el mismo productor de SOTS, registraron a mediados del 2014, un nuevo disco, “At War With Reality”, inspirado sobre las líneas del realismo mágico, –aquí en detalle–  género literario expuesto por escritores como Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato y Gabriel García Márquez,  referenciados en canciones como ‘Heroes And Tombs’, ‘The Circular Ruins’ y ‘City Of Mirrors’ (Cien años de Soledad). Títulos de cuentos y libros hechos música como tributo del rock a expresiones culturales dentro de otras fronteras.

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El guitarrista Anders Björler definió  el ‘Gothenburg Sound’ más allá de la etiqueta impuesta, como  una escena de comienzos de los noventa que significa amistad y ayudar a otros, definición que nos vendría bien aplicar en la movida local. El próximo domingo 6 de septiembre este pilar del metal estará en Bogotá por primera vez y se hace esencial asistir para entender el origen y evolución de este sonido que marcó un derrotero  para las nuevas generaciones practicantes y seguidoras. La puerta está abierta llegó la hora de la revancha.

Todas las coordenadas del evento en este sitio.

 

 

 

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