Nicolás Maduro, su cinismo extremo y su humillación a nuestros compatriotas nos parten hoy el alma.

Colombia, el país más paciente del mundo, así nos podrían catalogar aquellos que vean lo que sucede en estos momentos con nuestro país hermano Venezuela. Maduro, en un afán único por distraer la realidad de su país, para la época electoral, que para decir verdad en los países latinoamericanos siempre requiere de un show, decidió hacer uso de una tiranía irracional, acompañada de un discurso banal y provocador, que ya traspaso las amenazas y sólo recibimos maldad y una profunda humillación.

El panorama desgarrador de miles de compatriotas , que para la canciller venezolana, es producto de un invento de los medios de nuestro país, es un insulto en nuestra propia tierra . Los colombianos y estoy segura que la mayoría de nuestros hermanos venezolanos, quisiéramos que todo fuera una exageración de los medios , pero no, lo que pasa en Venezuela supera la ficción.

Ese silencio de los líderes de la izquierda frente atropellos de Maduro con nuestros compatriotas es sinónimo únicamente de complicidad y jamás lo podremos olvidar. Qué defienden los seguidores de Maduro de nuestro país, es lo que no entiendo.

Un presidente que sacó personas inocentes de sus casas con el argumento de la presunción de que eran paramilitares, pasando por encima de los derechos y violando el debido proceso. Humillando hogares colombianos haciéndolos huir como criminales con lo poco que pueden sacar de sus casas, para luego ver demoler el esfuerzo de tantos años. Sí así tal cual como en esa triste época del nazismo que acabó con tantos judíos.

El Gobierno Santos no se queda atrás, también nos hemos sentido ofendidos de su reacción frente a las diferentes agresiones por parte del Presidente Maduro. Al Gobierno le parece inaceptable actitud de Uribe en la frontera, pero no la de Maduro con nuestros compatriotas eso es lo que disgusta y al mismo tiempo genera un sentimiento de indignación común .

Entendemos que se debe actuar con diplomacia pero mucho cuidado con cruzar esa delgada línea de ser diplomático a convertirse en permisivo, porque recuerden: Un país en el que el gobierno no defiende la dignidad de su pueblo, es un país que jamás podrá ver la paz.

No queremos más reuniones protocolarias al estilo jet set como la de cancilleres, no queremos más discursos de campaña que no solucionan nada, queremos contundencia en defensa de nuestros compatriotas, que necesitan ayuda, no es oportunismo que líderes visiten la frontera es momento de dejar el odio y unirnos como país, la situación exige defensa real y compromiso.

Para terminar dos cosas :

  1. Molesta e indigna actitud del Presidente Santos y la Canciller, pero la de Samper es una vergüenza para todos los colombianos.
  2. Farc respaldando actitudes de Presidente Maduro , nos alejan de ilusión de paz , no entiendo con esa actitud y declaraciones como pretenden que creamos que vamos a lograr la tan anhelada paz.