Por Fadrique Iglesias

Este blog fue publicado inicialmente en el blog «Sin Miedos» del Banco Interamericano de Desarrollo http://blogs.iadb.org/sinmiedos/2014/01/17/bellezas-en-nuestras-carceles/

En los concursos de belleza, somos potencia mundial. De los 61 certámenes de Miss Universo ya realizados, 24 de las ganadoras ha nacido en América Latina.

Las cárceles reproducen ciertos rasgos de la sociedad, como las escalas jerárquicas no escritas, los elementos lúdicos y hasta los anhelos de prestigio, resultando la figura de “miss penitenciaría” en un asunto casi surreal que retrata esa ambivalente tensión entre la estética y la ética.

El lado más íntimo de este debate ha llamado la atención del cineasta norteamericano Jared Goodman, quien explora en su obra documental Captive Beauty las peripecias de un grupo de reclusas, sus historias personales y la dinámica de grupo tras las rejas, mientras se preparan para un concurso interno de belleza. El documental será mostrado en la sede del BID en Washington el próximo 23 de enero, a las 1830 hora local, 1330 New York Ave.

Y aunque este sea el caso de la Cárcel del Buen Pastor en Medellín, Colombia, no es una práctica del todo singular. En Brasil concursan varias cárceles para ganarse el título de Miss Penitenciaria. En Venezuela, el propio Ministerio de Penitenciarías, celebra y alienta dichos certámenes.

El proceso creativo y de producción de Goodman ha estado cargado de descubrimientos y contradicciones personales. Goodman comparte sus emociones sobre la filmación:

“Soy amigo de una asesina, o de varias, en realidad. Nunca pensé que podría decir eso de alguien que ha matado a sangre fría, pero a través del proceso creativo de Captive Beauty he aprendido sobre los dobleces de la humanidad de primera mano. Es increíble cómo es que algunas mujeres en la Cárcel del Buen Pastor, en Medellín, Colombia, pueden ser tan dulces y adorables en un momento, y seguidamente tan crueles y odiosas, haciéndose irreconocibles.

“Desde un principio, ese fue un asunto que me atrajo para hacer el film. Vi una situación real y contemporánea comparable con Dr. Jekyll y el Sr. Hyde, lo que me despertó el interés por explorar. ¿Estas mujeres merecen ser privadas de libertad? Sí. ¿Han hecho cosas terribles? Seguramente.  ¿Acaso tienen también tienen un lado bueno?. Efectivamente. 

“Mi intención es que las historias relatadas en Captive Beauty contengan esta contradicción. Quiero que el público experimente lo que experimenté yo… que de alguna manera se relacionen con esas mujeres, para así entenderlas. Y cuando se enteren de los horribles crímenes que han cometido, quiero que la audiencia luche con todos esos pensamientos y emociones que sentí yo”.

“Una película documental depende casi exclusivamente de una perspectiva subjetiva. Algo tan sencillo como encender y apagar una cámara, puede cambiar dramáticamente la manera en la que esa “realidad” se captura y expone. Considerando que lo más honesto que puedo hacer para contar esta historia, como director, es dar mi mejor esfuerzo para traducir los sentimientos que experimenté estando en Colombia durante el rodaje. Este es mi objetivo, y mi máxima esperanza con Captive Beauty radica en la posibilidad de relatar que el bien y el mal no son figuras tan blancas o negras”. 

Fadrique Iglesias es consultor de comunicación en el Centro Cultural del BID