Este blog fue publicado inicialmente en ¿Y si hablamos de igualdad? del Banco Interamericano de Desarrollo http://blogs.iadb.org/y-si-hablamos-de-igualdad/
Aunque llevo dos décadas trabajando, mi experiencia como madre trabajadora es relativamente corta. Desde el principio he tratado de encontrar el equilibrio entre mi vida profesional y familiar, un auténtico ejercicio de malabares. Pero lo que he descubierto es la fatiga y el estrés a los se enfrentan demasiadas madres trabajadoras.
Lo cierto es que muchas se sienten abrumadas. Brigid Schulte introduce en su libro la idea del confeti de tiempo, los innumerables fragmentos de tiempo que recortamos a lo largo del día en un intento por satisfacer el mayor número posible de demandas. Para muchas, este trabajo se alarga hasta la noche, así que no es sólo que tengan un segundo turno al llegar a casa, sino también un turno de noche.
En mi opinión, esta tremenda carga puede verse mitigada en proporción casi directa con el nivel de apoyo que exista en los diferentes ámbitos de su vida:
Por toda América Latina y el Caribe (ALC) existen iniciativas para alcanzar una mayor corresponsabilidad en el hogar, muchas vinculadas al desarrollo temprano y a la legislación en responsabilidad paterna. Algunos enfoques interesantes se centran en promocionar nuevos modelos de paternidad entrelos hombres, así como en educar a niñas y niños a compartir responsabilidades en el hogar.
En el caso de ALC, la nueva base de datos del BID Familias Trabajadoras y Cuidado Infantil confirma que hay grandes avances. Chile cuenta con la política de permisos de maternidad más generosa: 18 semanas con sueldo completo en caso de nacimiento o adopción y una hora diaria durante lactancia hasta que el niño cumpla dos años.
Un estudio sobre el liderazgo femenino en el sector bancario en América Latinaencontró que la mayor demanda es mayor flexibilidad, y que las organizaciones que permiten el trabajo remoto o el teletrabajo desde casa son cada vez más populares, no sólo entre las mujeres, sino también entre los hombres.
Sin embargo, algunos estudios han encontrado que en el modelo dominante en el mundo de los negocios liderazgo es sinónimo de absoluta disponibilidad y movilidad geográfica total, que las mujeres son penalizadas en los modelos de desempeño y que la flexibilidad es vista como un obstáculo en la promoción profesional.
Dicho esto, estoy convencida de que madres y padres pueden darse entre ellos el mejor apoyo, como mentores en el trabajo, confidentes, fuentes de recursos de apoyo o refuerzo de emergencia en el cuidado de los niños. Y parece que hay una oferta cada vez mayor de programas de coaching y grupos de apoyo para madres trabajadoras, como Working mama o Lean In,como éste en México.
Las madres trabajadoras son una fuerza vital en nuestras sociedades y economías. Así que no estamos hablando sólo de mamás agotadas, sino del riesgo potencial de infrautilizar la capacidad de millones de mujeres. De hecho, las medidas de conciliación y el trabajo flexible benefician a las familias y a cualquier estrategia competitiva que busque atraer, retener y promover a los mejores talentos.
¿Has visto algún cambio en tu país o trabajo que apoye a las madres que trabajan de forma novedosa?