Este blog fue publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo
Que los niños aprendan en sus trayectos a la escuela normas de seguridad vial y que el entorno – padres, profesores y sociedad en general- se implique en la tarea. Esa es la meta que persigue lainiciativa de Caminos Escolares puesta en marcha por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el seno del Grupo Consultivo de la Sociedad Civil (ConSoc) de la Representación del BID en Argentina. El objetivo es combatir la inseguridad vial que implica que actualmente 21 niños fallezcan cada día en nuestra región por accidentes de tránsito, el 7,6% del total de muertes. Estados Unidos, Canadá o los países de Europa y de Asia Central mantienen una tasa de 4,7%. Los accidentes de tránsito son la primera causa de muerte violenta entre niños de 5 a 14 años de edad. 275 personas mueren cada día en Latinoamérica y el Caribe como consecuencia de los accidentes de tránsito.
Hablamos de un plan que podría ser el modelo de una acción de envergadura por la seguridad vial de nuestros niños a nivel continental replicando el modelo de la citada iniciativa que se ya se empieza a poner en marcha en Argentina por parte de la Agencia Nacional de Seguridad Vial de Argentina.
En la mayor parte de ciudades grandes y medianas en la región los niños se desplazan a sus escuelas en viajes exclusivamente motorizados ya sea por las distancias que se recorren o por temor a la inseguridad ciudadana.
La iniciativa plantea crear una red de recorridos seguros para llegar a la escuela caminando al menos durante la última parte del trayecto. Algo que no solo contribuye con mejorar la salud de los niños –caminar es un excelente ejercicio- y con el desarrollo de su autonomía sino que también colabora con la sustentabilidad medioambiental, al reducirse el número de automóviles circulando al menos en una parte de los trayectos. Y, lo más relevante, permite que los niños se familiaricen con las calles de una forma segura y pedagógica.
La propuesta ya cuenta con ejemplos de puesta en práctica en tres ciudades de Argentina. Comprende a las familias, las escuelas, los municipios, los comerciantes (cuyas empresas se encuentran en los caminos escolares) y, sobretodo, a los niños.
Recuperar el espacio público para los niños es vital para toda la sociedad. Únicamente empezando por los escolares la sociedad del presente y del futuro podrá contar con personas comprometidas con la seguridad vial en particular y con el bienestar de su comunidad gracias a la responsabilidad y la autonomía adquiridas mediante esta iniciativa que conjuga aprendizaje sobre las normas de seguridad vial con puesta en práctica de lo aprendido nada menos que en el espacio público, ese espacio mucha veces temido o maltratado que pasará a ser un protagonista querido e integrado en el imaginario colectivo de los niños.