Este blog fue publicado por El Banco Interamericano de Desarrollo en Energía para el Futuro
Una publicación nueva presenta la situación eléctrica en Colombia del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y analiza los retos que afronta y las alternativas que conduzcan a su sostenibilidad eléctrica, incluyendo medidas relacionadas con la gestión eficiente de la demanda (GED) y el desarrollo de las fuentes no convencionales de energía renovable (FNCER). Para este análisis se tienen en cuenta las condiciones particulares del Archipiélago como lo son los recursos energéticos, características sociales y culturales y demográficas y patrones de consumo.
El Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina es el único departamento insular de Colombia y su capital, San Andrés, es la principal isla del país. El Archipiélago es una de las Zonas No Interconectadas (ZNI) del territorio colombiano. Abastece su demanda energética, casi en su totalidad con combustibles fósiles, lo cual implica retos a la sostenibilidad ambiental por su emisión de gases efecto invernadero (GEI) y a la financiera por las cargas fiscales para el gobierno central debido al subsidio que se otorga para la generación eléctrica. Asimismo, existen ineficiencias en el consumo, debido a la obsolescencia de equipos eléctricos y a prácticas inadecuadas en el uso de la electricidad por parte de los beneficiarios del sistema. La gestión eficiente de la demanda (GED) y la penetración de fuentes no convencionales de energía renovable (FNCER) son consideradas pilares estratégicos para el logro de un desarrollo energético sostenible a nivel mundial, permitiendo reducir consumos y modificando las matrices energéticas a configuraciones más limpias, con miras a mejorar la calidad de vida de la población. Estos dos pilares han sido identificados como estrategias de gran potencial para ser implementadas en el Archipiélago, debido principalmente a las características de su mercado, sus recursos naturales, el contexto geográfico y la caracterización de su equipamiento. Estos aspectos presentan un potencial relevante en busca de mejorar la eficiencia de los sistemas y aprovechar los recursos solar y eólico con que cuenta esta región.
Actualmente uno de los principales desafíos globales es el aseguramiento del suministro energético de manera ambientalmente sostenible, particularmente en América Latina y del Caribe. El BID, con base en su experiencia y conocimiento, ha identificado que las medidas de GED y el desarrollo del potencial eléctrico a partir de FNCER, son dos de los medios más eficaces para reducir la emisión de gases efecto invernadero (GEI). Según la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés), la eficiencia energética (EE) es la medida más importante para reforzar la sostenibilidad energética ya que adicional a la reducción de GEI, genera múltiples beneficios como el aumento en el producto interno bruto (PIB) en hasta 1% anual, que implica un mayor ingreso disponible, capacidad de ahorro para los hogares y competitividad de los sectores oficial y servicios (EIA, 2014b). Los países en la región tienen el reto de modificar patrones arraigados de producción y consumo no sostenible, a través de la promoción de acciones de EE y fuentes de energía renovable (FER) con la ayuda de tecnologías transversales, que permitan su correcta integración y operación como son por ejemplo, las redes inteligentes.
La realización de proyectos de GED y de diversificación de la canasta energética se enmarca en las líneas temáticas que guían las acciones del BID en el sector energético de América Latina y el Caribe:
- Acceso a la energía: énfasis en la cobertura, fiabilidad y asequibilidad del servicio eléctrico
- Sostenibilidad energética: enfocado a la EE, energía renovable y adaptación al cambio climático
- Seguridad energética: calidad de los servicios prestados, infraestructura de energía e integración energética regional
- Gobernanza energética: fortalecimiento de Instituciones, políticas, reglamentación e información sectorial