Este blog fue publicado por el Banco Interamercicano de Desarrollo en Kreatópolis

La revolución digital de la última década ha hecho explotar la creatividad y el talento sin precedentes y ha brindado, en este sentido, infinidad de oportunidades. La industria cinematográfica se ha convertido en uno de los sectores más exitosos para obtener ingresos, y en una fuente para la creación de empleo en Latinoamérica y el Caribe. Hoy en día, la industria creativa cinematográfica de Latinoamérica emplea a aproximadamente 115.000 personas,  el equivalente a toda la población de Nassau.

Irónicamente, a pesar de la multitud de opciones disponibles en 2016, muchas películas impactantes ni siquiera logran ser proyectadas. En muchos países del mundo, la censura continúa siendo una dolorosa realidad. Pero esta situación, en sí misma, habla también del impacto social del cine. ¿Por qué es el cine un vehículo para la evolución sociológica? La respuesta es sencilla: el cine es, y ha sido por mucho tiempo, un canal para la educación en áreas tan diversas como derechos humanos, problemáticas sociales y globales y la lucha por el medioambiente. Si bien no todos los directores tendrán acceso a grandes distribuidores en 2016, algunos canales como Youtube han logrado que más de un aspirante a cineasta logre convertirse en un Tarantino. El cine y los videos multimedia aún son los medios más poderosos para influir en conductas y conciencias. La red permite la proliferación de mensajes súmamente impactantes a través de películas a nivel global. La lucha por la igualdad, los derechos sociales y el acceso básico y universal a los derechos humanos se da ahora más que nunca a través de estos medios.

Es directamente por medio del cine y de los documentales que muchas celebridades expresan artísticamente su preocupación ante la violación de los derechos humanos y de los animales. Recientemente, Jason Biggs hizo una serie de parodias que apuntaban directamente a revelar las desesperantes condiciones de los animales en SeaWorld. Por otra parte, las charlas TED abordan de forma directa apasionantes problemáticas sociales y lideran la audiencia global, con más de mil millones de espectadores. Sara McLachlan actuó como vocera para los comerciales de BCSPCA por muchos años, pidiendo por el fin de la crueldad hacia los animales.

Las celebridades, como consecuencia directa de su fama y de la respectiva identificación que el público siente con ellos, tienen la posibilidad de impulsar la filantropía y el cambio social. El ciney los multimedios son ahora, más que nunca, una oportunidad de aprendizaje para paliar de alguna forma deficiencias educativas y sociales. Los aspectos actuales más oscuros de la guerra, la pobreza, la agenda política e incluso la agenda de Mark Zuckerberg para el acceso global a Internet, son abordados efectivamente a través del cine y de películas online. La agenda de Internet de Zuckerberg es parte de la batalla contra la censura. Al permitir el acceso a Internet en todo el mundo, los sectores demográficos con un nivel socioeconómico bajo (SES), tendrán acceso ilimitado a la que sin duda alguna es la herramienta más poderosa de nuestro tiempo.

Muy recientemente, el director y animador Gabriel Osorio arrojó luz sobre las implicaciones sociológicas que dejó el régimen que gobernó en Chile en los años 70 y 80 por medio de su película animada Historia de un oso (Bear Story).

Otro aspecto poco explorado con el que cuenta el cine es la capacidad de llamar la atención sobre problemáticas sociales a través de la locación. En The Revenant: El Renacido, el director mexicano Alejandro González Iñárritu fue forzado a cambiar las locaciones del rodaje varias veces para lograr encontrar nieve. Esto no solo les generó un inconveniente, sino que fue una exaltación sobre lo importante que es la problemática del cambio climático. En el discurso de aceptación de Leonardo DiCaprio por su primer Oscar, podemos ver cómo utilizó su fama para llamar la atención sobre la importancia de preservar las culturas indígenas del mundo.

Algunos podrían discutir que las celebridades, como los filántropos y la censura en el cine, no son verdaderos problemas de qué preocuparse. Sin embargo, muchas celebridades escogen activamente no usar su fama para el cambio social. La fama es un privilegio y, en muchos sentidos, una responsabilidad, que puede ser utilizada para influenciar a la juventud actual. En cuanto a la censura, sólo levantando ese velo que sumerge a las personas en la pasividad se alcanzará la verdadera iluminación y el crecimiento de la humanidad. Cuando a las personas se les permite experimentar abiertamente la cultura y el arte, ver el cine de otras culturas y abrir su mente a un mundo más allá de las barreras geográficas, ¡es cuando la educación se vuelve más poderosa!

Aunque Latinoamérica y el Caribe sólo albergan a cuatro países densamente poblados -Brasil, México, Colombia y Argentina-, ellos son dueños del 82% de las proyecciones cinematográficas. Internet, con sus novedosas plataformas y canales de distribución, magnifica esta situación. Una prueba de la importancia del libre acceso a la información es el reciente ejemplo de Retina Latina, una plataforma lanzada en el Festival de Cine de Cartagena  por una coalición de instituciones cinematográficas y el Banco Interamericano de Desarrollo. La meta global de la plataforma es “consolidar el mercado cinematográfico latinoamericano y superar los problemas de circulación, exhibición y distribución que enfrentan muchas producciones que no logran abandonar sus propios territorios”.

Esto se traduce directamente en que las poblaciones a lo largo del mundo adquieran acceso a ideas revolucionarias, y las ideas son los cimientos del cambio social. Desde los actores y actrices tradicionales a las celebridades actuales de Instagram y Youtube, estos individuos cargan con una gran responsabilidad social como consecuencia de sus posiciones influyentes en la sociedad. Su fama es una plataforma para llamar la atención sobre las verdaderas problemáticas de la sociedad y para mejorar el estado de la condición humana a nivel global.

Igual que los Tarantinos y los Iñárritus, tú también puedes influir con tu creatividad. Súmate a nuestra comunidad y cuéntanos tus ideas, aquellas que nos ayuden a mejorar vidas.