Alejandro Martínez Leal, Consultor de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles, México
Este blog fue publicado inicialmente en Ciudades del Banco Interamericano de Desarrollo. http://blogs.iadb.org/ciudadessostenibles/2014/01/21/tu-ciudad-conserva-su-vocacion-o-ya-la-perdio/
Foto por Flickr malias
¿Te has preguntado cuál es la vocación de la ciudad dónde vives?
Todas las ciudades tienen su razón de ser, algo que las hizo nacer y crecer en determinado territorio. Así, en algunas se concentran las grandes industrias, en otras las oficinas de gobierno, mientras algunas otras albergan a los principales centros de enseñanza. En fin, todas tienen una actividad principal la cual las hace únicas.
Es a través de la función principal de la ciudad que se va forjando la vida que se da en ella. Aparecen las zonas de vivienda, los comercios, y los servicios que abastecen a los habitantes y es así como se van formando una identidad. Sin embargo, a medida que la ciudad se desarrolla, se corre el riesgo de la improvisación, (la, a veces, “caótica” expansión horizontal es una forma típica de este fenómeno). Es posible que este crecimiento desordenado haga que se diluya la vocación original de la ciudad, y es por esta razón que el desarrollo sostenible de una ciudad debe también tomar en cuenta aspectos relacionados a su vocación, para preservar así lo que se hace única la ciudad.
Un reto similar al anteriormente mencionado, se presenta en la ciudad de San Francisco de Campeche que se integró a la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) en 2013. En esta entidad mexicana, entre 1980 y 2010 la población creció 1.78 veces mientras que su extensión territorial creció 4.73 veces, lo cual superó los límites planeados y dejó el crecimiento a merced de la tendencia. En este contexto, la ciudad corre el riesgo de ver diluida su identidad en el marasmo del desarrollo poco ordenado que busca emular la tendencia de las “ciudades modernas” – las cuales en muchos casos hoy se encuentran replanteando su estrategia de desarrollo ante los graves problemas de insostenibilidad a los que ha llegado.
La vocación histórica de Campeche es turística y comercial, aunque también al ser la capital del Estado de Campeche, concentra las oficinas de gobierno y las principales universidades. La vocación comercial de la ciudad data de la época de la conquista Española, cuando fue sede del principal puerto de la península de Yucatán, lo que permitió el auge económico y el crecimiento de la población en esa época. Campeche se convirtió en una ciudad amurallada que era un punto de referencia a nivel regional.
Así, el éxito comercial dio lugar con el tiempo a la vocación turística de la ciudad: el actual centro histórico (herencia del desarrollo comercial) es un ejemplo de urbanización virreinal barroco, con sus límites amurallados y sus pintorescas construcciones conectadas por callejones empedrados llenos de mitos y leyendas. Como consecuencia de lo anterior, Campeche fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1999, y hoy es visitada por un gran número de turistas.
Los retos del crecimiento de Campeche se ven traducidos en su infraestructura: Hoy día el agua residual es tratada en un 10%, el 40% de su infraestructura básica se encuentra en zonas inundables, el transporte público carece de una distribución estratégica y de señalización adecuada, su centro histórico sufre la especulación del mercado inmobiliario y lo orilla al abandono, finalmente, la urbanización se lleva a cabo de manera horizontal agraviando exponencialmente la dotación de equipamientos y servicios a la población.
Aunado a estos retos, existen otros que afectan el desarrollo sostenible en la ciudad: en el contexto regional, Campeche compite en el sector turístico con sus estados vecinos de Yucatán y Quintana Roo, los cuales a su vez cuentan con zonas arqueológicas, playas y paisajes de alta belleza estética. A consecuencia de ello, el turista que visita Campeche es exprés, destinando poco tiempo en la ciudad, dejándola como un lugar de paso y no como su destino final. Por otro lado, como toda ciudad turística, en épocas vacacionales el consumo de agua y el uso de transporte incrementan, así como la generación de residuos sólidos, la necesidad de telecomunicación y redes, entre muchos otros.
En suma, los retos de desarrollo sostenible son grandes para esta ciudad. Ante estos retos que enfrenta Campeche, se presenta la ICES como una herramienta técnica basada en sus tres pilares para la sostenibilidad – fiscal, ambiental y urbana – que apoyará el desarrollo sostenible de la ciudad, preparándolo para su presente y futuro, siempre potencializando su vocación y promoviendo el surgimiento de una ciudad única, vibrante y sostenible.
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