Por: Andia Chaves Fonnegra

 

Estimados lectores el artículo de hoy es sobre el problema de contaminación por microplástico que tenemos a nivel mundial, sus efectos en nuestra salud y de que manera podemos contribuir a disminuirlo.

 

¿Cuáles son los posibles efectos de los microplásticos en nuestra salud?

 Los microplásticos (pequeños fragmentos de plástico de entre 5mm y 1um, Figura 1), se encuentran esparcidos en nuestro planeta, y tanto algunos alimentos que comemos como el aire que respiramos los contienen1,2. Debido a que no solo el aire, sino el agua y la tierra están contaminados, éstas partículas sintéticas pueden llegar a afectar nuestra salud1 .

Figura 1.  Ejemplo de microplásticos (entre 5mm y 1um en tamaño). Foto tomada por Stephan Glinka (https://rtrfm.com.au/story/looking-for-micro-plastics/).

 

Estudios han demostrado que trabajadores expuestos a fibras y partículas plásticas en el aire, generan disnea (= ahogo y dificultad para respirar debido a inflamación de las vías respiratorias)2. Aunque las concentraciones actuales de microplásticos en el aire se consideran bajas (medidas en Paris: 118 microplásticos por m2 por día)3, es posible que algunas personas sean más susceptibles y puedan desarrollar enfermedades respiratorias2. Igualmente los microplásticos se han encontrado en muestras de agua alrededor del mundo (Figura 2)4, en otros organismos (plantas y animales), en productos derivados (azúcar, sal, cerveza)2, y en muestras fecales de humanos5.

 

Figura 2. Porcentajes de fibras plásticas en el agua para tomar. En todo el mundo un 83% del agua tenía fibras plásticas, tomado de Boucher and Friot (2017)4.

 

Por tanto, cuando nos alimentamos de organismos y tomamos agua con fragmentos plásticos estamos en riesgo de llevar microplásticos a nuestros intestinos6. Aunque aún no hay estudios específicos del efecto de los microplásticos a nivel del intestino humano, se considera posible que estas partículas puedan producir efectos similares encontrados en otros animales (peces, anfibios y aves) que incluyen la obstrucción del tracto digestivo, disminución del apetito, y malnutrición, entre otros7. Sumado a esto, cabe la posibilidad de que los microplásticos cambien el microbioma en los intestinos, así como se ha demostrado pare el pez zebra y en ratones, lo que puede llevar a cambios en el metabolismo7. Puedes ver un resumen general de la exposición y efectos de los microplásticos en humanos en la Figura 3.

 

Figura 3. Esquema de la introducción y efectos de los microplásticos en humanos. Los efectos dependerán de el nivel de exposición y acumulación de microplásticos en el cuerpo. Tomado y modificado de Wright and Kelly (2017)1

 

¿Cómo llegan los microplásticos a nuestra comida?

Los microplásticos que llegan a nuestra mesa provienen de fibras sintéticas en nuestra ropa, del polvo producido por las llantas de carros, de las pinturas, y de partículas de plásticos producidas cuando objetos plásticos grandes se rompen4. Así mismo, es posible ingerir alimentos como peces y mejillones con microplásticos8. Estudios en el mar del norte han encontrado que el 68% de trucha marrón (Salmo trutta) de la costa oeste de Suecia tiene microplásticos, y que las concentraciones de microplásticos encontradas en mejillones fueron aproximadamente cien veces mas altas de las encontradas en sedimentos y muestras de agua en la misma localidad8. Aunque la mayoría de estudios con microplásticos provienen de ambientes acuáticos, se considera que la contaminación terrestre puede ser mayor debido al uso extensivo de láminas de plástico para agricultura y de partículas de plásticos provenientes de la industria7.

 

¿Cuánto plástico hay en el mundo?

La producción mundial de plástico en el 2016 fue de 335 millones de toneladas, de los cuales 27 millones de toneladas son desechos por reciclaje y plástico que se queman o van a basureros. Se estima que un 10% de los plásticos producidos a nivel mundial entran al océano anualmente9. Los residuos de plástico comienzan como objetos de plásticos de tamaño grande (mayor a 5mm) y son llamados macroplástico (botellas, zapatos, encendedores, etc..) que a largo plazo se descomponen y se convierte en partículas de microplástico (entre 5mm y 1 um) y nanoplásticos (menor a 1 um)9.  También hay microplásticos que son incluidos directamente en productos de aseo y belleza como productos para la piel, crema de dientes y limpiadores faciales. Estos microplásticos que pueden ser liberados directamente al ambiente se les llaman microplásticos primarios7. Mientras que los microplásticos que provienen de plásticos mas grandes y que son el resultado de fragmentación física, química o biológica se consideran microplásticos secundarios7.

 

¿Qué podemos hacer para evitar inhalar y comer microplástico?

Mientras nuestros ancestros crecieron utilizando utensilios de fibras naturales como canastos, ropa de algodón, vasos hechos de semillas y arcilla, la generación de nuestros abuelos, padres y la nuestra fueron introducidos al uso de plásticos. Usamos plásticos para vestirnos, guardar alimentos, movilizarnos (automóviles) y jugar (muñecos, legos, robots). La introducción del plástico por humanos en la vida cotidiana incrementó drásticamente desde 1907 cuando Leo Baekeland creó la baquelita, el primer plástico sintético fabricado en serie, y en los años 1930s cuando se hizo la primera síntesis industrial de polietileno y se inventó el nylon. Desde entonces, comemos en plásticos, tomamos agua de plásticos, escribimos con artículos hechos de plástico y nuestros computadores contienen plástico. En general vivimos en un mundo de plástico.

 

Las decisiones de las generaciones pasadas, buenas o malas lo introdujeron, nos dieron la oportunidad de un desarrollo diferente que nos han permitido avanzar tecnológicamente, y crear objetos antes ni siquiera imaginados. Sin embargo, no previeron que nuestro planeta se iba a inundar de plásticos. La cantidad de plástico producida, su degradación, y su efecto e impacto en el ambiente no fue considerado en el momento de su introducción a la humanidad. Así como no fue considerada la posibilidad de que pequeñas partículas de plásticos podrían entrar a nuestro cuerpo y enfermarnos. El plástico fue introducido para facilitar la vida cotidiana, en una época en la que hablar de impacto ambiental era algo “hippie”, extraño, cuando la mayoría de la población humana consideraba que el ambiente era para usarlo y explotarlo por que nunca se iba a acabar. Hoy las nuevas generaciones crecen en un planeta dónde se sabe que los recursos ambientales se están deteriorando y son conscientes de que hay que proteger el ambiente para garantizar nuestra salud.

 

La mejor manera de evitar que los microplásticos afecten nuestra salud, es disminuyendo el consumo de estos materiales sintéticos. Reduce el número de botellas, utensilios, cajas y bolsas plásticas en tu hogar, utiliza productos para el aseo y cuidado de la piel que sean naturales y que no contengan partículas de plástico (como las bolitas plásticas exfoliantes). Al mismo tiempo, si tu interés es tecnológico, piensa en formas en que se pueda reciclar el plástico sin que se dispersen microplásticos al ambiente, o de generar pinturas, textiles, lavadoras y llantas que no sean de plástico o permitan la dispersión de plásticos o productos que puedan llegar a enfermarnos, pero que a su vez tenga la misma funcionalidad.

 

Referencias

1          Wright, S. L. & Kelly, F. J. Plastic and human health: a micro issue? Environmental science & technology 51, 6634-6647 (2017).

2          Correia Prata, J. Airborne microplastics: consequences to human health? Environmental Pollution 234, 115-126 (2018).

3          Dris, R. et al. Microplastic contamination in an urban area: a case study in Greater Paris. Environmental Chemistry 12, 592-599 (2015).

4          Boucher, J. & Friot, D. Primary microplastics in the oceans: a global evaluation of sources.  (IUCN Gland, Switzerland, 2017).

5          Schwabl, P. et al. Detection of Various Microplastics in Human Stool: A Prospective Case Series. Annals of internal medicine (2019).

6          Van Cauwenberghe, L. & Janssen, C. R. Microplastics in bivalves cultured for human consumption. Environmental pollution 193, 65-70 (2014).

7          Lu, L. et al. Interaction between microplastics and microorganism as well as gut microbiota: A consideration on environmental animal and human health. Science of The Total Environment (2019).

8          Karlsson, T. M. et al. Screening for microplastics in sediment, water, marine invertebrates and fish: method development and microplastic accumulation. Marine pollution bulletin 122, 403-408 (2017).

9          Allen, S. et al. Atmospheric transport and deposition of microplastics in a remote mountain catchment. Nature Geoscience 12, 339 (2019).