Mi esposa me miró desconfiada, convencida una vez más de que cada sábado, en lugar de ir a cursar mis estudios de maestría, me iba de paseo a alguna de las playas que están a pocos minutos del corredor universitario. Ignoraba por completo que el tarrito rosa que yo celosamente guardaba cada sábado en un rescoldo del morral no era bloqueador solar sino repelente de mosquitos. Como era de esperar, el reclamo asomó desafiante y no tuve otro remedio que demostrarle «in sitú» las peripecias de mi viaje en Transmetro.

¿En el Transmetro? Pues sí. Como estudiante de la media realicé encuestas de «Vigía de la Salud» en algunos sectores enmontados, abundantes en insectos y otros delincuentes; sin embargo, ahora, en mis viajes en el aclamado transporte barranquillero son más los mosquitos que me atacan que pisotones que recibo. El Transmetro ha resultado ser el hervidero de mosquitos móvil de Barranquilla. Quizá a usted, lector dedicado, le ha tocado vivir esa experiencia.

No pretendía ser despiadado, pero para quitarle los celos infundados a mi esposa abordamos el bus articulado en el Portal de Soledad y recorrimos cada estación hasta llegar al Romelio Martínez, lugar en que haríamos el transbordo al alimentador que va al corredor universitario. En el recorrido, ella notó sorprendida cómo algunos pasajeros se entregaban al acecho de un mosquito o se aplicaban el Autan para despistarlos. Hubo un momento en que se escucharon palmadas simultáneas y por un instante hasta yo creí que estaban aplaudiendo la pericia del chófer entre tanto tránsito, y no que los pasajeros intentaban eliminar mosquitos manualmente.

Desearía terminar el relato indicando que ya han fumigado cada buseta impidiendo la generación de larvas: lamentablemente, no es cierto. Ahora que han iniciado las lluvias, el temor de mi esposa consiste en que uno de aquellos insectos sea portador del dengue y contagie a más de uno. Por ahora, yo no me preocupo en exceso, estoy protegido por el líquido del frasquito rosado. Si desea saber la marca del producto, ruédese este sábado por las playas de Sabanilla y hasta le digo dónde puede comprarlo más barato.

Por : Alberto Rascht
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