Consciente de la necesidad de proponer un cambio en el modelo educativo del municipio que administra, a Joao Herrera le motiva aportar, en aras de la calidad, a uno de los objetivos descritos en el Plan Nacional de Desarrollo, cuyo lema determina nuestro horizonte educativo global: «Colombia, la más educada». Desde su perspectiva, modificar la hora de ingreso de los grupos estudiantiles en niveles de pre-escolar y básica primaria, y prohibir a los docentes el asignar tareas escolares, contribuiría a mejorar el rendimiento académico de los estudiantes, por lo que propone desarrollar la iniciativa en un grupo focal sobre el cual se aplicará el Plan Piloto.
¿Qué miembro de la comunidad educativa se opondría a tan noble fin, a saber, contribuir al desarrollo de la educación de calidad en el municipio? No obstante, puesto que algunos aspecto importantes no se han tenido en cuenta, me pregunto, ¿acaso sólo un grupo de docentes y acudientes atentos comprende que el tema resulta más complejo que lo que deja entrever el mandatario, y más profundo de lo que han resaltado los medios de comunicación? Veamos tres factores que deben ser revisados a fondo antes de que se publique la resolución municipal a la iniciativa del burgomaestre de Soledad.
El primer factor digno de estudio consiste en revisar la infraestructura de las Instituciones Educativas Municipales (IEM) en que se aplicará el programa (y no solo la de las que serán objeto del Plan Piloto). A diferencia del programa de Modernización de Infraestructura Escolar iniciado por Alejandro Char, mandatario en el Distrito de Barranquilla, la propuesta de Herrera no contempla un rediseño de los inmuebles en que se imparte el saber: o eso es lo que se aprecia en las diversas entrevistas que circulan en los medios locales y nacionales.
Sin embargo, ¿por qué habría de considerarse una remodelación de las IEM del municipio, si sólo se cambiará el horario de ingreso de los estudiantes? Porque los Decretos 1850 y 3020, ambos emitidos en el año 2002, determinan, respectivamente, la intensidad horaria para cada grupo focal, siendo veinticinco las horas semanales que un grupo focal como el de la básica primaria debe recibir educación de calidad, así como la regulación por metro cuadrado que debe ocupar cada estudiante en el aula de clases. En tal sentido, el ingreso de los estudiantes de la Media (y algunos grupos de la básica secundaria) no coincidiría con el cenit de la jornada de los grupos focales objetos del Plan Piloto, pues para éstos no se ha propuesto un cambio en la hora de ingreso al plantel educativo (o éstos saldrán más tarde, solución menos favorable si se tiene en cuenta que en una IEM como el INEM los estudiantes se desplazan desde municipios del departamento tan alejados como Candelaria, o barrios distantes de Barranquilla como Los Olivos). No se trata de oponerse a una medida inteligente como la que Herrera propone, antes bien, se busca considerar objetivamente el estado de la infraestructura de nuestros colegios para que este tipo de iniciativas arrojen resultados satisfactorios.
Consecuente con lo descrito, antes de implementar el Plan Piloto debe contratarse a operadores eficientes para el Programa de alimentos y meriendas escolares del municipio, u observar y vigilar minuciosamente que los contratistas que hoy operan estén cualificados para atender a la población objetivo. Según manifiestan docentes y padres de familia, en la actualidad, el municipio de Soledad no tiene una cobertura total en este ámbito para los estudiantes de la básica primaria, de allí que sea necesario estudiar el tema a plenitud, sin descuidar sus lazos comunicantes con el primer factor, entre ellos, la cimentación y dotación de comedores escolares idóneos. Antes de la implementación del Plan Piloto, este aspecto debe ser revisado, evaluado y superado, pues estamos hablando de niños entre 5 y 8 años, aproximadamente, que no estarían recibiendo de manera continua alimentos de calidad, por los cuales el municipio ya ha invertido un alto costo.
En este punto correspondiente a vigilar a quienes recibirán los contratos en infraestructura y suministros de alimentos y meriendas escolares, no haré énfasis en que el mandatario de los soledeños recibe apoyo estratégico de Cambio Radical, el principal partido político asociado a desfalcos y otros temas de corrupción en el país, siendo el Caribe colombiano su centro de mayor actividad, desde la Guajira hasta Córdoba. No es ético de mi parte incluir al alcalde Joao Herrera en el grupo de líderes corruptos, menos el insinuar que pertenece o está asociado a uno de sus clanes; antes bien, busco resaltar que, para no verse inmiscuido en temas como la corrupción de su partido, debe elevar su nivel de compromiso, observando, vigilando y asignando los contratos a los operadores del Programa de alimentos y meriendas escolares del municipio, bajo licitaciones reguladas que no violen el debido proceso, ni asignarlas a licitantes que tengan un historial criminal. La compañía de las entidades estatales de control debe ser invocada por el burgomaestre desde que inicie este proceso.
Finalmente, respetar a quienes tiene a su cargo demuestra la capacidad de liderazgo de un individuo. Constituye un error de procedimiento, o mínimamente de juicio, el pronunciar decisiones imperativas sin haber consultado a especialistas cualificados en el tema sobre el cual se pronuncia. Y cuando una decisión ignora un dictamen legislativo, siendo ese su campo, habla mal del individuo como profesional. Herrera ignora, o pretende ignorar, la decisión constitucional que otorga autonomía escolar a las diferentes IEM de los entes territoriales certificados, tal como se contempla en los artículos 76 a 79 de la Ley 115 de 1994, también llamada Ley General de Educación. Siendo abogado de profesión, su pretensión de ignorar una ley de la República lo califica, por lo menos, ora como vivaz, otrora como incompetente.
¿Quiénes más que los docentes en ejercicio podrían aportar ideas concretas respecto al tema en cuestión? El municipio de Soledad cuenta con docentes y directivos docentes cualificados, con estudios de maestría y doctorado en áreas específicas del saber, entre ellas, las asociadas al desarrollo integral del infante y el adolescente, así como en administración y gerencia de instituciones educativas, todos ellos deseosos de aportar a la construcción de una ruta que permita ofrecer educación de calidad en Soledad. Asimismo, escuchar a los padres de familia, líderes comprometidos pertenecientes a los diversos comités escolares, beneficiará al equipo que el alcalde Joao Herrera designe para alcanzar las metas propuestas.
Resulta necesaria e inmediata la articulación de estos actantes con el fin de fortalecer los procesos educativos, una meta a la que no nos oponemos, aunque somos conscientes de que necesita una revisión inmediata, antes de que se dicte una resolución altiva que desconozca la realidad del hombre Caribe, meta-concepto que Joao Herrera distingue y que, como los docentes, también busca reconocer y empoderar.
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