Alejandro García Ríos
Coordinador de Pereira Cómo Vamos
@peicomovamos
Así como hemos invitado a que #EstemosEnLaJugada con los planes de desarrollo y, de esta manera, todos asumir nuestra corresponsabilidad con el desarrollo del territorio, también es importante comprender que la participación ciudadana debe ir más allá del voto en elecciones, puesto que la democracia requiere de un rol mucho más activo por parte de todos nosotros.
Es por esto que los Cómo Vamos hemos puesto a disposición de ciudadanos y gobernantes nuestra información, en el entendido que una ciudadanía informada cualifica el debate público y realiza una labor de control social más responsable.
Es importante señalar que el Plan de Desarrollo Territorial debe incorporar las propuestas que el candidato plasmó en su programa de Gobierno, las cuales son exigibles por la ciudadanía en virtud del mandato otorgado y del voto programático.
De igual manera, este documento debe tener en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Plan Nacional de Desarrollo, el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), los planes decenales y sectoriales, así como es necesario dar continuidad a aquellas políticas públicas que han generado desarrollo económico y social, y que trascienden periodos gubernamentales.
Por su parte, el Plan de Desarrollo Municipal es la hoja de ruta de una ciudad, orienta las acciones de la administración pública y recoge sus compromisos, metas y objetivos. En éste se incorpora la visión, programas y proyectos asociados a los recursos públicos que se ejecutarán durante los próximos 4 años, así como las apuestas en educación, salud, movilidad, medio ambiente, seguridad y otros aspectos que a diario inciden en la calidad de vida de los habitantes de un territorio.
Los procesos culturales toman tiempo, especialmente los de cultura política; por ello un reto es abrazar los aportes ciudadanos, el disenso y la crítica, así como entender la importancia y necesidad que los gremios, la academia y la sociedad civil asuman un papel decidido y juicioso alrededor de lo público, que permita la deliberación y argumentación en los procesos de construcción colectiva de ciudad.
Inclusive, es saludable que se presenten tensiones, pues éstas ayudan a elevar la discusión, generan equilibrio de poder a través de los pesos y contrapesos, e incrementan la responsabilidad de los servidores públicos frente a los procesos sociales.
Las apuestas del Plan de Desarrollo no se alcanzan con una toma de decisiones unilaterales por parte de los mandatarios, es necesario involucrar a los distintos actores sociales para superar estos retos, puesto que la ciudad es una responsabilidad compartida donde la solución está en manos de todos.
Finalmente, como ciudadanos tenemos el derecho y deber de conocer los planes de desarrollo, porque ello facilita la labor de control social de la sociedad civil y permite hacer seguimiento a la gestión del mandatario a través del cumplimiento de dichas metas, monitorear la ejecución presupuestal y medir el impacto en nuestra calidad de vida.