Omar Oróstegui Restrepo
Director Bogotá Cómo Vamos
@bogotacomovamos

Después de 4 años de continuos diálogos entre el Gobierno y las FARC-EP, se han dado por concluidas las negociaciones y se ha presentado el acuerdo final, integral y definitivo, y aunque aún falta la ratificación de los mismos para la firma decisiva, el gran reto que se avecina es su implementación y la construcción colectiva de la paz.

En este escenario de posconflicto, las ciudades son actores claves en los procesos de reintegración y desmovilización, que si bien se van a desarrollar en contextos rurales, van a tener un efecto sobre las urbes. Basta recordar que en éstas se concentra la mayoría de población y a su vez son los polos de desarrollo económico de varias regiones del país.

Además, en los últimos años, las ciudades también fueron los espacios receptores de población afectada por el conflicto armado. De acuerdo con la Unidad de Víctimas, desde 2011 hasta julio de 2016, en Bogotá 179.096 personas se han declarado víctimas del conflicto armado. Siendo el desplazamiento el principal hecho victimizante.

En este sentido, la oferta pública ha dado prioridad a la población víctima del conflicto tanto en subsidios como en atención. Políticas que se deben fortalecer en los próximos años, pues es posible que posterior a los acuerdos de paz, la población desmovilizada se desplace a las ciudades en busca de oportunidades económicas y la provisión de mejores bienes y servicios, como la atención en educación, salud y agua potable. Aspectos donde el contexto rural requiere mejorar en el corto plazo.

Por otra parte, las ciudades tienen el reto de fortalecer la planificación y formular propuestas innovadoras de reconfiguración del espacio y la construcción conjunta de la paz, por lo que se deben restructurar las políticas, planes y programas del Gobierno para dar respuesta eficiente en materia de: reintegración de los excombatientes, atención a víctimas del conflicto, y la promoción de convivencia y resolución pacífica de conflictos.

Los resultados de la Encuesta de Percepción Ciudadana efectuada por Bogotá Cómo Vamos en el año 2015 llaman la atención sobre el particular. Por ejemplo, el 76 % de los ciudadanos consideran que en Bogotá existe discriminación a causa de ser desplazado, tan solo el 20 % de los habitantes de la capital tienen un comportamiento respetuoso hacia la población desmovilizada y reinsertada; mientras que el 75 % de los ciudadanos consideran que hay discriminación por razones de ser desmovilizados y reinsertados.

En términos generales, las ciudades tienen mucho que aportar en los procesos de transición que se avecinan con los post-acuerdos. Para cumplir con este propósito, se requiere del concurso intersectorial no solo a nivel local, sino también la articulación con otros niveles de gobierno. En la práctica, esto también implica apoyo presupuestal a políticas enfocadas en reintegración (excombatientes y reincorporados), reconciliación, cultura de paz y convivencia pacífica.