Sebastián Súlez Gómez
Coordinador Yumbo Cómo Vamos
@yumbocomovamos
Transformar en realidad el sueño de vivir en una ciudad mejor aún se encuentra ligado a la mente y condiciones de sus habitantes más pobres. El dinamismo, crecimiento y desempeño de las ciudades no atrae únicamente el talento humano, mentes brillantes y grandes emprendimientos, atrae también las esperanzas de vida de aquellas personas que no han logrado posicionarse en un escaño favorable de la calidad de vida.
Claramente, las condiciones de crecimiento y desarrollo de las ciudades constituyen las razones por las cuales las personas que se encuentran en situación de pobreza llegan y se asientan en la periferia de éstas, guardando la esperanza de insertar -de algún modo- en las dinámicas de crecimiento y desarrollo económico que caracterizan a las grandes ciudades.
Para el caso de Yumbo, y probablemente de muchas ciudades grandes e intermedias en Colombia, la llegada de familias pobres significa que las mismas deben asentarse y encontrar algún lugar donde vivir, siendo su mejor opción las zonas periféricas o de ladera.
Estas zonas, en su mayoría, han sido el producto de flujos de migraciones de otras partes del departamento y la región, habitadas por personas que han sido expulsadas de sus lugares de origen por motivos relacionados con la grave situación de violencia sufrida por el país. Otra de las razones que ha llevado a que ciertas familias decidan ubicarse en estas zonas altas tiene que ver con el establecimiento de plantas y empresas hacia las afueras de la ciudad, lo cual se convirtió en un hecho motivante para radicarse en estas zonas de ladera. Si bien algunas de ellas datan aproximadamente desde hace 15 o 20 años, es claro que el proceso de ocupación inició años antes.
Este constante crecimiento urbanístico desordenado y generado por procesos migratorios frente a los que Yumbo no se adecuó, permitió que en los asentamientos de las partes más altas de las laderas se dieran una extensión improvisada de redes de acueducto y alcantarillado, las cuales contribuyeron a profundizar los problemas de dinámica e inestabilidad de los terrenos.
Los habitantes pertenecientes a las laderas significan alrededor del 56% de la población yumbeña y constituyen la población con mayores necesidades de infraestructura de servicios, red de equipamientos, espacio público de recreación activa y pasiva, y red de movilidad vehicular y peatonal, todo lo cual ha llevado a la consolidación de graves problemáticas como la alta deserción escolar, el bajo nivel educativo, un aumento relativo de embarazos adolescentes, entre otros, que conllevan a que la calidad de vida de esta población esté puesta en entre dicho.
Sin embargo, esta temible pobreza urbana puede ser un indicador esperanzador dado que los pobladores de asentamientos informales tienen más oportunidades en las ciudades que en los espacios rurales de donde migraron. La clave para salir adelante reside en el acceso a transporte, servicios públicos y educación. Una estrategia que logre mejorar las condiciones de las familias tanto en su formación y acumulación de capital humano, como de su entorno urbanístico inmediato.
Una estrategia integral como el Mejoramiento Integral de Barrios no solamente debe constituirse como una propuesta urbana para los barrios partiendo del concepto de abrir y ordenar el territorio en torno a un eje estructural contenedor de actividades metropolitanas sobre su entorno y soportado por una estructura de espacios públicos, equipamientos, vivienda, servicios, movilidad, sino que debe, además, pretender la articulación del centro de la ciudad con los barrios segregados por medio de la generación de un circuito de espacios públicos y de estrategias que mejoren las condiciones de capital humano de la población para que logren inscribirse en los circuitos productivos nutridos en la ciudad.
El Mejoramiento Integral de Barrios en Yumbo, logró consolidar en un solo escenario las estrategias urbanísticas y de mejoramiento de capacidades y oportunidades sociales y económicas de la población, convirtiendo los espacios segregados de la ciudad en los barrios en los cuales se tejen las esperanzas de la población pobre para superar sus condiciones e incorporarse a los procesos productivos.