Yany Lizeth León Castañeda
Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos
@BMComoVamos

Al hablar del tema de seguridad ciudadana, principalmente se piensa en homicidios, hurtos o lesiones personales.

Sin embargo, y de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, la seguridad ciudadana es “un proceso de construcción social que busca la creación y el mantenimiento de ambientes propicios (“seguros”) para el desarrollo social, económico y político de las comunidades y las personas… toda acción que busca la consecución de este ambiente es la acción que evita los peligros reales que amenazan a las personas y a las comunidades[1].  Desde esta perspectiva, no es exagerado afirmar que la violencia intrafamiliar sería uno de los mayores problemas de seguridad pública, especialmente para el 51% de la población colombiana que somos mujeres.

Pese a esto, diferentes estudios sobre seguridad y convivencia ciudadana, tales como el realizado por el DANE desde el año 2011 o la Cámara de Comercio de Bogotá e incluso el apartado de seguridad ciudadana de las Encuestas de Percepción Ciudadana que año a año aplicamos en la Red de Ciudades Cómo Vamos, al preguntar a las personas si durante el último año ha sido víctima de un delito, entre el 10% y 20% responden que sí, pero menos del 1% incluye la violencia intrafamiliar.

Lo anterior estaría reflejando o bien que la violencia intrafamiliar es un fenómeno relativamente menor si se compara con el hurto a personas por ejemplo, o que los entrevistados (y especialmente las entrevistadas) a diferencia de las autoridades no lo consideran un problema tan grave como para ser clasificado dentro de la categoría de delito.

Así mismo, al comparar los datos de las 14 ciudades Cómo Vamos, con base en las estadísticas de Medicina Legal, en el año 2015 -frente a una media de las ciudades de la Red- de 248 casos de mujeres víctimas de violencia intrafamiliar por cada 100.000 mujeres (sin incluir niñas y adolescentes), Cúcuta y Bucaramanga serían las ciudades con las mayores tasas de mujeres víctimas de este tipo de violencia con 361 y 319, respectivamente.

Con todo, esta información tampoco nos permite saber la dimensión real del fenómeno, ya que un argumento podría ser que en estas dos ciudades habría una mayor tasa de denuncia o que las mayores tasas sí estarían reflejando una mayor incidencia del fenómeno, pero no lo sabemos.

Tal vez, una de las fuentes más confiables sea la Encuesta Nacional de Salud año 2010, según la cual 29.6% de las mujeres en Barranquilla AM, 39.4% en Bogotá, 40.7% en Medellín AM, 42.3% en Cali AM y 33.5% en los Santanderes, han sido víctimas de algún tipo de violencia física por parte de su compañero o esposo, esto es, la ha empujado o zarandeado, golpeado con la mano, con algún objeto, pateado o arrastrado, atacado con arma, ha tratado de estrangularla o la ha violado.

Datos realmente escandalosos, de los cuales no conocemos su evolución en últimos 6 años para evaluar si las medidas que se han tomado a nivel local logran algún resultado.

Todos los esfuerzos en materia de seguridad, como el incremento del pie de fuerza, cámaras de seguridad, mayor iluminación de la ciudad, de nada sirven cuando el peligro está en casa y como sociedad no hemos sabido afrontarlo.

——————————————-
[1]Banco Interamericano de Desarrollo – BID.  Informe “Políticas Públicas de Seguridad Ciudadana – ARGENTINA”. Guía para la Evaluación del Sector de Seguridad Ciudadana BID-RE1/SO1Estudio Políticas Públicas de Seguridad Ciudadana. Los casos de Argentina, Chile y Uruguay.