Los hombres siempre con su mala mañana de encender el televisor después de acabar. Como si no les interesara nada más. Se vienen, y su corazón y su mente se van. Recientemente en una de esas situaciones, y cuando él encendió el televisor en cualquier canal, comencé a oír cualquier programa, hablaban del aborto. Un culposo y romántico tema justo después de haberlo hecho y sin protegerse. Pero no cambie el canal, fue usted el de la maravillosa idea de encender el televisor, así que déjelo como está, es más súbale el volumen.

Y así, acostada en un rincón de una cama ajena, junto a un maniquí pensé en microsegundos todas las variantes, recordé lo mal que está Colombia, lo mal que está el mundo. Ya mucho tenemos nosotros con tener que vivir y evadir a la muerte día a día, como para hacer que más personas tengan que venir a sufrir esto. Amar también es evitar el dolor, y más si el dolor lo sufrirá alguien que supuestamente será la persona que más amaremos en el mundo. 

Las ciudades y el mundo en general están sobre poblados, saturados de la gente y su maldad. Tenemos escasez de agua, los alimentos cada día más caros y aún así la gente sigue pensando en traer más gente al mundo. ¿Será que no entienden que ya estamos completos, que hay gente de sobra? Porque la gente que vive sobra y vive con zozobra, en Colombia se vive con miedo, con la incertidumbre de no saber si al día siguiente amanece. Si bien sobra gente, nadie tiene el derecho de decidir desaparecerla, como pasa a diario en cada rincón del país. Éste es un motivo más, y seguramente uno de los más importantes para no traer más personas. 

En Colombia es fácil encontrarse con madres de 12 años, ¿pero qué valores le pueden inculcar a un niño estas jovencitas que ni aún terminado de criarse? Siendo así se tendrá un pueblo cada vez más ignorante, cada vez más inmaduro y pobre. Porque la ignorancia genera pobreza y la pobreza violencia. Imaginen todas esas familias que no tienen con que comer, con más bocas por alimentar. No solo le hacen la vida miserable a la criatura, se la hacen miserable a ellas mismas, eso es violencia.

En esa cultura de embarazos precoces yo ya estoy pasada para ser abuela y no tengo ni mi primer hijo. Tener hijos no es un acto de responsabilidad, es uno de irresponsabilidad con lo podrido que está todo el mundo, con la incógnita de saber qué les esperará en el futuro, qué guerra vendrá o que químico atroz crearemos para hacernos daño a nosotros mismos. Ya este mundo está lejos del equilibrio natural que una vez tuvo, muchas especies desaparecieron y fue culpa de nosotros. Deberíamos desaparecer nosotros como especie, para compensar el daño creado.

El ser humano no tiene hijos para preservar la especie, realmente lo hace para agredirla. Según una estúpida ilusión de retrato perfecto social. Tener una casa con dos niños perfectamente peinados, perro Pastor Alemán, un jardín repleto de rosas amarillas, una camioneta del año y almorzar todos los domingos en familia, qué ilusión más vacía. El ser humano trae niños sin importar que después no tenga con qué alimentarlos, así los maltrate. Es es el concepto que se tienen de una familia feliz, una familia con hijos. Pasando por alto que se puede ser más felices sin ellos. 

 

Hay que ser consientes de lo estamos viviendo y no cegarse por un falso amor. Si de verdad aman, no hagan daño, si la idea es dejar un legado en este miserable mundo. No dejen nada, no generen nada más, ya todo está saturado, no se necesita más de nada, ni libros, ni niños, ni nada. Quizá árboles, para que los vuelvan a talar. Ese es el mejor legado que se podría dejar en este corrompido lugar. 

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