Genial el título que se me ocurrió, creo que ya con eso lo cuento todo. Sin embargo dejaré a un lado la pereza y ahondaré más en mi premisa, cosa que contradictoriamente va en contra de ella misma, incluso tratarla como una entrada de Blog lo es, pero sinceramente no daría para más, y confieso que hago un gran esfuerzo. No es mi culpa, la sociedad me ha bombardeado con pequeños mensajes y me han acostumbrado a pensar en corto.

Y es que desde décadas atrás nos han venido metiendo este concepto en todo, nos han programado para ello y esto no quiere decir que me haya convertido en una anticonsumista o algo así por el estilo, no. Recientemente vi un documental que trataba sobre la obsolescencia programada y pensé que tenía mucho que ver con esto que estoy pensando, su nombre es: Comprar, Tirar, Comprar. Para que no digan que soy de esas personas que toman información y no citan la fuente. No lo voy a recomendar, porque ni los conozco, pero es del tipo de cosas que me gusta ver en la televisión, eso y el Cartoon Network.

Si aún continúan con ésta pestaña abierta y siguen leyéndome, continúo con mis letras cortas. Estoy segura que esta preocupación es solamente mía. Sé que todos lo hacen, algunos con más frecuencia que otros, pero en general todos lo hacen. Van navegando entre dos o cien pestañas, viendo un centenar de información al mismo tiempo, ponen un video clip en YouTube, mientras leen los titulares de las noticias, y mientras pasan de uno a otro, van a echarle un vistazo al Facebook, lo sé, los he visto.

Aquella frase que decían las abuelas ¨es que las cosas ya no las hacen como antes¨ pues sí, tenían razón, me sentiré un poco vieja con lo que voy a escribir, pero antes las cosas las hacían pensando en que iban a durar, muy distinto a lo que se veo hoy en día, todo está pensado para que dure poco, en Twitter sólo se pueden escribir 140 caracteres, los correos transfieren como máximo 10GB y como si fuera poco, ahora las aerolíneas sólo permiten 32 kgs de equipaje.

Día a día nos acostumbran a que todo dure menos, o me van a decir de dónde sale ese fenómeno de los cortos cinematográficos que ha tenido tanto auge en la última década, o los perfumes de 40 ml, el micro teatro, los resúmenes de libros, la Coca-Cola en lata pequeña y tantas cosas más diseñadas para durar poco o casi nada. Tan aterrador como las relaciones mismas, cada vez se ven menos esas parejas que duraban quince años de novios y luego se casaban y duraban el resto de sus días, no es que esté de acuerdo con ese tipo de relaciones, pero si son convenientes de analizar, estaban basadas en la regla antigua, si algo se daña se arregla, no como en nuestros días que si algo se rompe, se tira y se compra otro.

Incluso los viajes no son lo que solían ser, ahora usted va a una ciudad, se mota en autobús de dos pisos, que le muestra toda la ciudad y ya está. ¿Dónde quedó el perderse para conocer? Y esto es fenómeno que se ha a llegado a todos los lugares, incluso a la cama, según lo que cuentan es casi imposible que un hombre logre terminar los primeros quince minutos sin antes haber eyaculado. Y todas sabemos que un hombre después de esos quince minutos, lo único que hace en una cama, es apropiarse de ella, incomodar con sus pies fríos, monopolizar el edredón, producir malos olores y lo peor de todo, roncar. Sin embargo ese no es el mayor de los problemas en cuanto a las relaciones, lo fuerte es en cuánto tiempo él desee estar al otro lado de la cama, porque la mayoría y vuelvo a decirlo, según lo que cuentan, se corren ya con los zapatos puestos y el pantalón a media pierna. El resto de la historia es bien conocida por todas, aunque ellos se nieguen a aceptarlo. 

Como este escrito es corto y no pretende ser de alguna otra forma, voy concluyendo para que puedan seguir con todas las cortas de su día, que creo que allí es donde radica el problema, que intentan hacer muchísimas cosas y por eso todas duran tan poco. Espero que alguno de mis pocos lectores llegue al final de su día y aún recuerde esto, porque hasta eso lo tienen corto, a la memoria me refiero, por supuesto. Confío en que después de tener esa cena con la o él, chica o chico de una noche, en algún restaurante de comida trendy, con sus elaborados platos, los cuales están diseñados para que sacien por un periodo corto y luego de ir a un bar y beber algún coctel mientras se habla de cualquier tema que parezca interesante, para no hacer ver la ida a la cama tan desesperadamente fácil y luego de revisar algún micro relato en Tumblr, aún se acuerden de este escrito, no de mi, pero si de lo que escribo. 

Síganme en Twitter, prometo escribir corto y muy poco: @Des_empleada.