En materia de estadísticas sobre el servicio de taxi en Bogotá hay pocas cifras para citar. Una, que diariamente se realizan unos 350 mil viajes, y dos, que en la ciudad tienen tarjeta de operación vigente 47.060 taxis –los piratas no figuran, y nadie sabe con certeza cuántos son-.

Sobre el espino asunto de las falta de vueltas o el cambio no hay registros. Solo el “tú a tú” entre pasajero y taxista, y ese tenso e incómodo silencio que se desencadena cuando el pasajero entrega el billete y el taxista pregunta en tono de amonestación y de condena: ¿por qué no me dijo que no tenía suelto?

Después, solo cada pasajero o cada taxista saben qué pasa. En algunas ocasiones el taxista se queda en su sitio frente al timón y le exige al pasajero que le consiga el valor exacto de la carrera. En otras es el pasajero el que le dice «no tengo más» y espera a que el taxista consiga como sea lo del cambio.

No son pocas las ocasiones en que, escudado en la falta de vueltas, el taxista redondea la cifra y en lugar de cobrar los 2.700 pesos que vale la carrera mínima la sube por su cuenta a 3 mil. Igual pasa si el taxímetro marcó 4.600 o cualquiera otra cifra que exija devolución. Pero tampoco es de ignorar las ocasiones en que los taxistas «pierden» lo de la carrera para frenar el enfrentamiento con el pasajero.

Tampoco son extraños los casos en que algunos taxistas, aprovechando la necesidad del pasajero, imponen sus propias reglas, como ocurrió el día del paro de transporte, o como sucede con frecuencia en los días de lluvia. He aquí tres historias que nos llegaron al correo:

Gerardo habla de "la tiranía de los taxistas"

“Hoy, por ejemplo, tomé taxi ya que iba tarde para el trabajo. A la hora de bajarme, el señor no tenía cambio, así que me demoró 10 minutos mientras conseguía, pero no lo consiguió. Luego me dijo que pidiera prestado a alguien en la oficina: 5 minutos más. Al momento de pagarle me quiso cobrar el tiempo que demoró consiguiendo el cambio aludiendo que yo debí informarle que no traía sencillo, cuando la responsabilidad de traer cambio es del taxista.

Después de insultarme diciendo que me "chillaba" por tan poco, me dio las vueltas «completas». Ah, pero eso no es todo. El taxímetro marcó la tarifa mínima y sin embargo me cobró los 3.000 pesos cerrados. Me imagino qué habría pasado si le exijo los 200 pesos.

La lista de Carlos R., a propósito del paro

El día del paro de transportes, Carlos R. se dio a la tarea de recopilar las que considera las irregularidades más frecuentes:

"Durante la huelga de transportes, ellos aprovecharon para cobrar cinco mil pesos por cada pasajero;

"Nunca tienen vueltos para devolverle al pasajero;

"Cuando pisan el taxímetro, el valor que muestra esa pantalla para pagar la carrera nunca se compagina con la de valores que muestra la tabla, que no todos poseen;

"La tabla de valores nunca está a la vista del pasajero y se molestan si uno se la solicita;

"siempre le cobran al pasajero algo distinto a lo establecido en su tabla y si uno se niega a pagar eso, lo insultan;

"Algunos conductores no poseen la tabla de valores argumentando que se la han robado…"

A José le cobraron recargo por la lluvia

"Bájese y haga lo que se le de la gana". Con esta frase, un taxista despachó de su vehículo a un pasajero, la semana pasada, a eso de las 8:00 de la noche, en pleno aguacero.

El taxista había avanzado un par de cuadras después de recoger a José (el pasajero) cuando le anunció que la carrera costaría seis mil pesos. José le preguntó por qué ese precio, si habitualmente recorría la misma distancia y se trataba de una carrera mínima que con recargo nocturno no podía pasar de 4 mil pesos, y anunció que solo le pagaría ese valor.

Furioso, el taxista frenó e increpó a su pasajero: "bájese y haga lo que se le de la gana". En pleno aguacero José se bajó, se devolvió y llamó a la empresa para poner la queja, pues por fortuna –cree él- había llamado el servicio por teléfono. Obviamente se comunicó con otra empresa para pedir un nuevo servicio que no le cobró recargo por la lluvia.

A estas alturas, José no se ha atrevido a llamar a preguntar qué pasó con su reclamo, pues es usuario habitual y teme por las represalias.

¿Cómo le va a usted con el servicio de taxi en Bogotá? ¿Cómo maneja usted el tema de las vueltas? ¿Se cerciora de llevar sencillo cada vez que usa el servicio?

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