Cuando nuestros lectores nos piden que ese ARTISTA que mira el mundo desde una VISIÓN tan particular como es ”El VIAJE transformador: Un TOUR por AMOR al ARTE con RODRIGUEZ PRADA¨nos cuente ello…pues ese DESEO son ordenes que gustosos aqui le CUMPLIMOS…
La idea del viaje como evento místico de transmutación, de trascendencia espiritual, hace del sujeto un agente de transformación en su entorno cultural. Sujeto entendido como una imagen que circula, que va cambiando semánticamente, pero también circulación del autor quién recorre periplos de vida. Joseph Campbell lo señalaba con el arquetipo del Viaje del Héroe: Un individuo acepta el llamado a la aventura para confrontar la adversidad. Asume ostentosas pruebas, trasciende el umbral de sus propias limitaciones arriesgando su vida. Triunfa en un episodio providencial y regresa a su hogar con el botín para compartirlo. La imagen artística a su vez navega por el tiempo y el espacio. Sufre un evento de transmutación icónica y polisémica. Carece de las potencias de agencia y volición; no obstante, pareciera que actuara por si misma con voluntad propia, afectando la causalidad en el raciocinio y el deseo de las personas. La imagen visual y la palabra representan los valores y el zeigeist de la época, promocionan ideas; son producto de la cultura y transmutan la cultura.
Ejemplos sobran de imágenes y autores que circulan por las riveras de la historia y la cultura. Nada se sabe de la vida de aquél dibujante que retrató al César en la época del emperador Tiberio. Artesanos acuñaron la efigie del regente en las monedas de denario que viajaron por todo el imperio. Los evangelios sinópticos narran el episodio en donde Jesús eludió la celada dialéctica propuesta por los fariseos en relación con el tributo. Jesús señaló el dibujo grabado en el denario y pronunció la inolvidable frase “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. El autor del dibujo difícilmente imaginaría que sus periplos de vida conducirían a la creación de aquella imagen. Mucho menos imaginaría que un dibujito propiciaría una cadena de eventos causales; una semiosis de significados proyectados a lo largo de la historia. Grandes artistas como Tiziano, Rubens, Doré y Tissot pintarían aquella escena.
La tecnología posibilita la reproductibilidad y la circulación del mensaje. El retrato de Tiberio se grabó en las monedas en altorrelieve tal como los sellos romanos del año 430 d.C.. Un siglo después, el Papa Gregorio Magno, entendió la importancia capital del uso de las imágenes como instrucción visual y cambio de paradigma cultural. Ya los chinos en el año 868 desarrollarían impresos durante la dinastía Tang. Inventaron tipos móviles en el año 1041, cuatro siglos antes de la imprenta de Johannes Gutemberg. En 1520, durante la reforma protestante, artistas que se ganaban la vida en el mercado de la pintura sacra, se vieron obligados a viajar o a entrar al lucrativo negocio de los grabados devocionales para sobrevivir. Gracias a la tecnología de la imprenta, el proselitismo luterano empleó artistas para ilustrar pasquines (flugblätter, flugschriften) de instrucción evangélica o de virulenta e insidiosa propaganda anticatólica. Célebres fueron las impresionantes xilografías de Lucas Cranach, Hans Baldung Grien y el virtuoso Hans Holbein. Irónicos los viajes de este último quién regresa a Inglaterra para conseguir trabajo. Entre los posibles clientes y a pesar de sus valores, escogió al mejor postor. Dejó de lado a su antiguo mecenas el católico Tomás Moro y se empleó al servicio de Tomás Cromwell y la familia Tudor. Viaja el artista, cambia su corazón, circulan las imágenes trascendiendo fronteras y épocas históricas. Cambia el marco axiológico de referencia.
Largo fue el viaje del rinoceronte hasta Tunja. No precisamente como el tránsito de los hipopótamos de Escobar que llegaron de otro continente a la Hacienda Nápoles. Igual de novelesco quizá. En el s. XVI., un artista anónimo dibujó al animal mientras observaba el naufragio de un barco que lo transportaba. Llevaba preciosos regalos para el rey de Portugal procedentes de la india. Por las vicisitudes de la historia, en 1515, el artista Alberto Durero accedió al dibujo y realizó un famoso grabado de aquél mismo animal. El artista-técnico renacentista, Juan de Arfe y Villafañe, copió grabados de Durero, Stradano, Collaert y muchos otros para compilar tratados y manuales ilustrados. En 1580, en el Nuevo Reino de Granada, contrataron artistas que viajaron para decorar las casas de la Real Audiencia de Tunja. Aquellos artistas usaron los manuales de arquitectura de Arfe y Villafañe para realizar sus pinturas al temple. Plasmaron el rinoceronte de Durero, elefantes de Stradano y ornamentos manieristas en los techos de la casa colonial del Escribano don Juan de Vargas. Aquellos manuales ilustrados y los artistas itinerantes, cumplieron un servicio articulando tratados epistemológicos en diferentes áreas de la ciencia. En 1786, el Sabio Mutis y Salvador Rizo, encontraron deficientes los manuales de dibujo de Antonio A. Palomino; decidieron crear escuelas de formación para los artistas que habían reclutado para documentar la Real Expedición Botánica. Fueron tan extraordinarios los resultados de aquellos dibujos, que Mutis y Humboldt intercambiarían láminas ilustradas. Aquellas imágenes y autores circunnavegaron entre el Virreinato, España, Francia y Alemania. El periplo culminó cuando Murillo confiscó el producto realizado por la Real Expedición Botánica y lo trasladó al Real Jardín Botánico de Madrid. Actualmente, todas aquellas ilustraciones se encuentran digitalizadas y circulan ad infinitum por internet.
Otros autores colombianos fueron articulando su obra en el transito internacional. 1882 fue una fecha inquietante, Epifanio Garay y Andrés de Santamaría (artistas diametralmente opuestos), pudieron estudiar pintura en Europa. Garay, retratista extraordinario, refinó su gusto viajando por el mundo como cantante en la Compañía de Zarzuela. Fué becado por el gobierno colombiano para estudiar en París y fue alumno de artistas destacados de la pintura académica francesa como Bouguereau, Boulanger y Bonnat. A su regreso, fundó academias de arte en Colombia. Santamaría, también fue un hombre de mundo que vivió en Londres y Bruselas. En su instancia en París, su arte fue influenciado por el movimiento del impresionismo y el realismo. Aquellos artistas, paradójicamente, denigraban al venerable anciano Bouguereau en desprecio de la escuela academicista que representaba. El arte de los modernos reconfiguraba la iconicidad en la figuración y el uso del color de acuerdo con intereses vanguardistas. Encontraron inspiración en imágenes provenientes de diversas partes del mundo como África y otras culturas salvajes. Durante el período Meiji, Japón exportó miles de grabados Ukiyo-e. La estampa japonesa introdujo en Europa un novedoso lenguaje gráfico de representación que influenció la obra de artistas como Manet, Monet, Lautrec, Dega, Van Gogh, Gaugin, Klimt, la lista es larga. Así pues, es difícil de extrañarse que Santamaría, trajera el estilo impresionista a Colombia. La imagen artística representa el pensamiento de la época, promociona valores en disputa e impulsa el cambio de paradigma cultural.
Bastante puede decirse de la producción artística colombiana en un mundo donde los autores y las imágenes navegan por internet y la posibilidad de viaje y migración es expedita. Tomemos el caso de Rodríguez Prada entre muchos otros. En el 2015, dicho artista accede a la School of Visual Arts de Nueva York gracias a una beca de Colfuturo. Su trabajo se destaca en el programa de maestría Illustration as Vissual Essay en donde exhortan a los alumnos a “encontrar su propia voz artística”. Esto de acuerdo con el acervo cultural y el ethos de sus estudiantes internacionales. Marshall Arisman, director del programa, recomienda a sus alumnos emplear las ilustraciones para hablar de aquello que ellos saben. El libro de Rodríguez Prada titulado de “Presa a Cazador”, es seleccionado como mejor proyecto para promocionar la exposición anual de libros ilustrados. En palabras del autor: “Se crea una historia de realismo mágico, esperanzadora, usando como protagonista el jaguar. Esto con el fin de exponer temas educativos relacionados con problemas ambientalistas y animalistas. Se presenta al juagar como un símbolo para establecer analogías zoológicas con las asimetrías de poder entre agentes del Conflicto Armado Colombiano”. La exposición se llevó a cabo en la SVA Gramercy Gallery de Nueva York en septiembre del 2016.
CON JABÓN…! NO COMO PILATOS PORFIS