Gracias a Andrés (entre otros, claro) el Rock no era Michael Jackson ni Madonna, no era Menudo ni Chayanne. Una generación se educó con sus relatos sobre conciertos inovidables, amistades increíbles, capítulos únicos…
Hoy, miércoles de «Penny Lane», dedicaremos este espacio melancólico a Andrés Durán y su «Expreso del Rock».
¿Sí lo escuchó alguna vez? Si vivió en Bogotá, si. Y si fue así, seguramente usted le debe al tipo al menos una pequeña porción de su gusto musical. Un artículo realizado por un compañero, Miguel Ángel Martínez, publicado por EL TIEMPO el sábado, rescató algunos de los mejores (y también peores) momentos de un hombre que debe ser considerado una autoridad en Rock en Colombia.
Tuve la oportunidad de colaborarle a Miguel en esta entrevista y compartir algunas palabras con Andrés. Más bien me puse a escucharlo:
El primer impacto: el hombre sacó de una de las gavetas un acetato original de «The Ultimate Sin», el álbum de 1986 del "mensajero de las tinieblas" Ozzy Osbourne, FIRMADO por el mismo Ozzy, tras las bambalinas de un concierto… Luego, como para ratificar mi pasmoso silencio y terminar de hundirme en el verde mar de la envidia, abrió un libro que tenía en la primera página los finos garabatos del autógrafo de Jimmy Page (Led Zeppelin y The Yardbirds).
Luego vinieron las reflexiones. La primera conclusión fue clara:
"Uy, ¿cómo así? No, un momentico, explíqueme eso". Bueno, aquí va el resumen del planteamiento:
Duro ¿verdad? Pero es la realidad…
Mañana seguimos nuestra agenda con «Spaguetti Morricone», el espacio dedicado a las bandas sonoras. Suerte y pulso, amigos lectores.
PD: Estoy muy triste por la aparición de una canción de León Gieco en una cuña publicitaria de Telesur, de Venezuela… ¿Ya vieron el video?