Por AdriPod.

En una tarde un poco gris estaba en el apartamento de un primo, jugando ajedrez . Estaba lloviendo. Como no pude concentrarme sin escuchar música, me acerqué a ver los discos. Uno de ellos tenía a un hombre con una armónica, y no dude en alcanzarlo y ver la cara principal del CD para ver quien era. No se entendía el nombre del artista, que estaba sentado en un gran sillón con su guitarra. Era una escena melancólica. Un cuadro lindo para quienes acostumbramos a buscar tiempo a solas a veces sumergidos con las melodías que salen del corazón. El álbum era T.B. SHEETS .

De inmediato lo puse a sonar, pero dejé el juego de ajedrez a su suerte porque ya estaba conectada con lo que estaba escuchando. Era como si estuvieras escuchando un triste relato romántico de un amigo. Las primeras canciones hacían evidentes sus sentimientos y yo me sentí identificada y casi podría asegurar que Van Morrison, “el genio irlandés”,  hablaba claramente a través de su música. Sus melodías y arreglos eran puros y ya la conexión se volvió espiritual, realmente parecía que todo se “iluminaba” con cada canción.

Las primeras 7 canciones no las había escuchado antes, la última con un ritmo coqueto, con el primer compás la identifiqué al instante porque la había escuchado años atrás en mi época de adolescente, cuando veía en la televisión “The Wonder Years” y más adelante en varias películas pero igualmente no sabía nada de Van Morrison. Al otro día no dude en navegar en Internet, y en una cadena de sucesos, estando tan interesada en este artista fue que un día encontré el DVD de un documental de Martín Scorsesse: “The Last Waltz”.

Y allí escuche y conocí acerca de THE BAND.

Obviamente no tenía idea de ellos, recomiendo que se vean este trabajo con los extras donde están los comentarios…

¿Cuáles han sido sus descubrimientos tardíos? Compártanlos, déjenlos en la Cajita…

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Dos partidas al inframundo

Alan Sytner, fundador en 1957 de The Cavern, el hueco oscuro y sudoroso en donde se hicieron famosos los Beatles en Liverpool, falleció el miércoles en Francia. El suyo fue, posiblemente, el peor de los negocios en la historia del Rock: Fundó el bar como un espacio para los artistas de jazz de la época pero se cansó y lo vendió en 1959. Se fue a montar una tienda de automóviles a Nottingham. Luego llegó la fama para los Beatles y la onda Merseybeat.

Lou Rawls falleció el pasado viernes. Sus grabaciones simbolizan esa potencia vocal que resulta característica de la raza negra. Tanto así que su voz no sólo resultó genial para el soul, el gospel y el jazz de cabaret, sino también para ponerle voces a personajes de dibujos animados como Garfield y Capitán Planeta y los planetarios.

Nos vemos el lunes. Suerte y pulso.