Estos días se dirá de todo sobre Barrett. Especialmente porque su temperamento, sus salidas alocadas y su vida introvertida suelen tener un tono que raya en lo burlesco. Procuraré no meterme en esa lídes. Este blog, que es un espacio muy corto para intentar retratar con precisión la vida de un ser humano, es una semblanza al talento.

Hermoso video promocional de PF de los años sesenta
Excelente biografía de 2002 en The Observer
Especial en video del canal Vh1 sobre "el excéntrico"
Presentación en vivo Apples and Oranges HACE EXACTAMENTE 39 AÑOS (11 de julio de 1967)
Para descarga: Video documental que registra a Barrett y PF en los estudios de Abbey Road en 1967 (formato AVI)
Anteriores publicaciones de la Caja sobre PF: El Evangelio de Pink Floyd, Covers de Pink Floyd, David Gilmour vuelve renovado.


Barrett caleidoscópico

La primera vez que Syd Barrett salió en la carátula de un disco, fue multiplicado. Y no era para menos: Su presencia en nuestro universo era una cachetada psicodélica que nos dejaba borrachos y "viendo doble". Él llevaba puesta su camisa con estampado de jackard y esa mirada perdida en el horizonte. El cuadro era The piper at the gates of dawn, pieza clave de la escena ácida de finales de los sesenta en Reino Unido.

En ese momento, Barrett había sobrepasado los 20 años, e irónicamente lo mejor de su trabajo musical, tanto en grupo como en solitario, se generó en tres años (1967 a 1970)… Luego tuvo que desaparecer, pero ya conocemos qué se cocinó en ese momento. El resto es historia: Si, Wish you were here fue una dedicatoria de la banda a su amigo; si, tenía dos gatos con los nombres de la banda; si, estaba loco… ¿y qué?

El equipo del té

Melenudo, desconectado, señalado por sus demencias, Barret suele ser visto como un engendro que no logró superar la etapa de la psicodelia, pero la historia debe ser más justa (al fin de cuentas, todo muerto siempre es bueno): Él fue la espina vertebral que creó la esencia de Pink Floyd. La faceta experimental, multimedial, las primeras letras y la forma como logró sumergirse en la psicodelia son fruto de su influencia.

Todo comenzó cuando su amigo de adolescencia Roger Waters lo invitó a conformar un grupo llamado The Tea Set. Barret era estudiante de artes; Mason, Wright y Waters eran estudiantes de arquitectura, un encuentro de energías entre las matemáticas y la expresión del espíritu artístico.

Esa influencia genial de Barrett fue reconocida por Rick Wright, el tecladista de la mítica banda, en un artículo de la revista Mojo de 1994: "Fue genial cuando Syd se nos unió. Antes de él tocábamos clásicos del R&B,  porque era lo que se suponía que debían tocar todas las bandas en ese entonces, pero a mí nunca me gustó mucho el R&B. Yo era más fanático del jazz… Con Syd la dirección cambió, se volvió más improvisada alrededor de las guitarras y los teclados. Rober (Waters) empezó a tocar el bajo como un instrumento principal, y yo comencé a introducir mis sentimientos por lo clásico".

Además, el reemplazo de Barrett en Pink Floyd también llegó por su misma influencia: David Gillmour era su amigo de la universidad, aquel con quien se sentaba a practicar acordes en los "huecos de clases" en Cambridge.

"La cosa con Syd" -contó Gilmour a Mojo- "era que su manera de tocar guitarra no era su fuerte. Su estilo era muy "tieso". Siempre pensé que yo era mejor guitarrista, pero él era muy claro, muy inteligente, un artista en todos los sentidos. Tenía un talento que asustaba cuando llegaba con sus palabras y sus letras".

Las influencias de Barrett también sirvieron para despertar la "multimedia" en el rock. Básicamente, Barrett le puso a la música la expresión de "performances" y de video integrado a los conciertos, lo que era difícil de encontrar en esos tiempos -hoy es común, pero imagine lo que era pensar en ello en ese entonces-.

Luego el destino fue brutal con PF: Según la historia, existieron tres versiones de la banda, según Barrett, según Waters y según Gillmour. Las diferencias resultaban radicales y al parecer insuperables.

De Barrett, el camaleón David Bowie dijo ayer que "él fue el primer tipo que escuché cantar pop y rock con acento británico. Su impacto en mi pensamiento fue enorme. Lo que más lamento es que nunca lo conocí personalmente".

El último recuerdo que tienen los medios de comunicación de Barrett es que manifestó agrado cuando volvió a escuchar See Emily play en un documental sobre su vida que hizo la BBC –cuenta Rosemary, su hermana y principal cuidadora- pese a que no le gustó la forma como narraron los hechos de su vida.

Para no hacerles el juego a los paparazzi, no presento fotografías de los últimos años de Barrett, aquellos en los que el músico y pintor intentó evadir las cámaras pero le resultaba imposible. Aislado en su casa materna, no tuvo más remedio que esconderse y padecer una diabetes tipo 2 hasta el 7 de julio de este año. Su muerte fue informada a los medios ayer.

Larga vida a Barrett.