A los bogotanos nadie les quitará lo bailado (más bien, lo pogueado). Frente a las experiencias de los melómanos, se abre el debate en torno a lo bueno y lo malo del festival.

(Foticos de un collage de imagencitas que cacé… si desean publicar aquí sus fotos y videos, envíenlos a este correo)

Un amigo que se encuentra en el exterior hace años me preguntaba este lunes por messenger que si yo creía que en verdad había buen rock en Colombia, porque el recuerdo que él tiene del asunto es un poco de gente toteándose las cabezas en la Media Torta al ritmo de cantos guturales. Yo le dije lo que pienso: Sé que hay una gran cantidad de bandas mediocres pero entre ellas se destacan algunas que en verdad están haciendo vainas muy buenas, y me parece que el público está aprendiendo a consumir buen rock. Para la muestra, le envié este video del Rock al Parque que acaba de finalizar:


Tom Abella y su propuesta de rock neo-progresivo.

También le mostré el video de Got my mojo working, de The Black Cat Bone. Lo dejé mudo.

– ¿Esto está de moda?- Me dijo. Y lo más increíble es que creo que va más allá de la moda, pues le conté que vi fanáticos el domingo que aseguraron su puesto en la primera fila del público sólo para ondear banderas con las letras TBCB y pedir a cuello herido títulos de canciones que uno se imagina en las gargantas de Muddy Waters y Johnny Cash. Fue un bonito espectáculo.

No puedo hablar con total autoridad de Rock al Parque, pues sólo fui a los escasos conciertos que me interesaba ver (Botafogo, TBCB, Telefunka), y observé algunos que me quedaron intermedios (Sie7e, Papashanty, Karamelo Santo, Turf, Death by Stereo). Quería ver a Fear Factory pero la lluvia me encerró en casa. Eso sí, estuve siguiendo el desenlace y oyendo lo que me contaba la gente.

En lo personal, no resulté defraudado:

– Botafogo comenzó mal, peleando con el sonido y lidiando con un público que estaba asegurando puesto para Manu Chao, pero luego se puso muy bueno, con sus versiones de Peter Gunn, y luego con la música de Pappo, fallecido blusista a quien le rindió tributo. Eso fue emoción plena para mí, pues en los últimos meses le había seguido la cuerda a Pappo, quien definitivamente era un músico brillante. Luego cerró con un zeppelinazo –como dijo Willie Vergara- (tengo una laguna, no recuerdo si fue Moby Dick o Whole Lotta Love).

Tenía miedo que le fuera mal a Telefunka, pues el sonido electrónico podría causar aversión en el público rockero. Creo que no fue así: El espectáculo que dio esta banda mexicana fue sensacional, y la cereza en el postre fue que apareciera con ellos Tweety González, ex Soda Stereo. Tremendo grupazo, me demostró por qué me gusta tanto.

Videito miserable de 20 segundos que capté con mi cámara de paseo de olla: Tweety González junto a Telefunka

TBCB sigue siendo fenómeno entre el público, y eso es buen síntoma. Qué bueno. Aunque tuvieron varios problemas de consola, pero bueno…

Qué grato escuchar el cuento de Papashanty, regalando compactos al público y haciendo un llamado a la piratería: QUÉMENLOS, QUÉMENLOS Y REPÁRTANLOS. Cultura de la música abierta y sin límites comerciales, qué bueno.

Me quedé sin oír a La Cirugía en concierto. Me parece que Rock al Parque no era el escenario indicado para hacer su debut, tenían que lidiar con el público fuerte que le había dejado El Sie7e, cuyos constantes putazos habían calentado el ambiente.

¿Debe cambiar Rock al Parque?

Estuvo muy interesante el debate que se sostuvo este fin de semana en torno a lo pertinente, serio e interesante que puede ser el festival Rock al Parque –la columna de Andrés Valencia, comentarista de Elpais.es, acerca de privatizar el festival y los lectores indignados que le respondían, y el blog Rockeros al Parque, que destacaba las bandas nacionales-, sumado a ello el contraste de las opiniones de la gente que dice que la calidad de las bandas ha bajado y los que dicen que ha mejorado… insólita diferencia.

320.000 asistentes no es una bobada (cifra del IDCT). Definitivamente no lo es. Tampoco es un fracaso.

Yo pienso que hay dos Rock al Parque: El de ir a escuchar y el de ir a saltar. Hay bandas excelentes cuyas presentaciones son un gusto para el oído; pero hay otras en las que se trata de saltar y poguear. Yo siempre me inclino por el primer plan, pero no está mal que exista el segundo plan. Bacano que la gente canalice sus energías en él, y se meta en el cuento de Yo rocker, Yo punketo, Yo metalero. Claro, ojalá con inteligencia: mucha gente no entiende que anarquía no es lo mismo que violencia, y en vez de expresar qué no le gusta de su mundo, se dedica a tirar patadas en gallada.

Frente a la idea de privatizar para mejorar, estoy en desacuerdo: No creo que se trate de traer estrellas más famosas, sino artistas que satisfagan el gusto del público. Recuerdo el concierto de Luis Alberto Spinetta, hace dos años: Teníamos enfrente a un gigante, y el escenario estaba a la cuarta parte de su capacidad. Por otro lado, Iggy Pop ya dijo que está dispuesto a asistir gratuitamente a un festival gratuito. No se trata de traer a los más grandes, sino los que le gustan al público colombiano. Y si a eso le sumamos que las bandas nacionales cuajan a veces mejor que las invitadas, entonces ¿en qué estamos? Comercio no garantiza calidad. Criterio y diversidad sí lo hacen.

Obviamente, ojalá tuviéramos tremendas estrellas, pero que gusten a un gran público. Importantísima la diversidad, necesarísima.

Además, el alma del festival está en la pertenencia como patrimonio joven de la ciudad. La idea no es hacer un festival como el Pepsi Music de Buenos Aires o el Ozzfest. Es hacer Rock al Parque, principal festival gratuito de Latinoamérica, experiencia con 12 ediciones que desearía emular miles de distritos y capitales del mundo. Muchas bandas internacionales se pelean por presentarse acá. El evento ya tiene identidad, decir lo contrario es ir en contravía con la realidad.

Sin embargo, creo que el asunto no se trata de cuánta carreta hable yo acá, sino de las experiencias de ustedes. Lo bacano de Woodstock está en el recuerdo para la memoria. Rock al Parque es igual. Por eso, les dejo algunos hipervínculos que encontré anoche, rebuscando en Internet:

* La banda Don Tetto asegura que es el mejor concierto que han dado en su vida

* Malédiction relata detalles del día metalero ]

* Las gonorreas del infierno (ala, ¡qué nombre!): Pasión por Panda

* La vie est belle cuenta cómo le fue en el segundo día

* Un compliant, también fanático de Panda

* Notivane, una reseña general

¿Cómo estuvo su experiencia en Rock al Parque? ¿Se debe privatizar? ¿El balance del 2006 fue bueno o malo?

Suerte y pulso.