El anuncio del mexicano es otro hito en un desfile macabro… ¿A cuál cantante le gustaría que retornara en una extraña mutación musical?

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Primero, unos apuntes:

+ + + Amigos, este espacio se encuentra en rediseño; esa es una de las razones por las cuales la publicación del blog ha estado algo difusa en los últimos días, pero ante cualquier duda, la Caja de Resonancia sigue activa. Agradezco a todas las personas que me han escrito, es un placer verlos en mi bandeja de correo. Recuerden, la dirección para llegar aquí es y seguirá siendo www.eltiempo.com/participacion/resonancia

+ + + BON JOVI EN COLOMBIA: Ojo, se viene esa noticia, amigos. Bon Jovi de concierto en Bogotá, con apertura de Fito Paez, este año. Lo hace posible una reconocida marca de whisky. La primicia le corresponde a Gustavo Gómez, de Caracol Radio, y se las comparto, amigos resonantes. Bon Jovi no hace parte de mis afectos, pero sé que es atractivo para muchos melómanos.

+ + + GODOY CRUZ BAND hace cover de SUMO: Este archivo autorizado por JL hace parte de un concierto de su banda en bar en Buenos Aires: Una versión de la canción ‘Mejor no hablar de ciertas cosas’, original de la banda de Luca Prodán. Está mezclado con todos los juguetes y ahora la conexión resonante argentina nos lo comparte. En serio está muy bueno, recomendadísimo [ encuentre aquí otro tema de la banda ] :


URL fija

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He tenido un sueño rutinario desde hace algunos años: Estoy en Las Vegas y voy a escuchar a mi gran ídolo, Eric Burdon, en uno de esos casinos brillantes, atestados con turistas blanquesinos con leche de magnesia en la nariz y viejas tetonas de servicio a domicilio. El tipo, con su voz aguardientosa y envuelto en un tuxedo azul de lentejuelas y solapa ancha, canta ‘I’m An Animal’ sobre el escenario; yo me veo ridículo siendo el único que aplaude entre el ruído de las tragamonedas. Cuando termina su presentación, salgo corriendo a su camerino, golpeo en su puerta y cuando abre, le digo que he viajado hasta allá por él; asombrado, me responde "y por qué diablos, qué perdedera de tiempo".

El fenómeno es triste: Hay músicos que, pese a que nos gusten, son diluídos por el jugo gástrico del tiempo. Envejecen y se marchitan, agotan su creatividad… es lo natural, merecen un descanso. Por eso, resultan muy exóticos los intentos de algunas leyendas del pasado -gústenos o no- para no desaparecer.

José José anunció hace unos días el lanzamiento de su álbum ‘Mis duetos’, en el que incluye la canción ‘E-mail me’, para "rendirle tributo a Internet". La canción es un reguetón… ¡Ay Dios!

¿Puede haber esfuerzo más desesperado?

Al mexicano no le parece terrible que ahora haga reguetón. En esta entrevista le dijo a la agencia AP que "No está la cosa que digas ‘híjole, pobre José José, lo que tiene que andar haciendo’ No; es nada más un experimento". Contó que lo que está haciendo se debe al impulso e ideas de su hija de once años, Sarita, y argumentó que su calidad vocal le permite hacer desde rancheras hasta reguetón, pasando por salsa, boleros y cumbias.

‘Mis duetos’ lleva además canciones cantadas en compañía con Juan Gabriel, José Feliciano, Marco Antonio Muñiz, Valeria Lynch, Pimpinela, y un DVD con grabaciones de duetos con Pedro Vargas, Pepe Jara, Libertad Lamarque y Vicente Fernández.

No hay que ser necesariamente crueles con el sujeto: Si está dando lora todavía, cuando la música va en mil direcciones diferentes, es porque de alguna forma cosechó recuerdos inolvidables en sus seguidores.

Sin embargo, quiero compartirles la que creo es una estratagema de los últimos esfuerzos del parque jurásico musical para evitar la extinción:

Con un poco de ayuda de mis amigos

La estrategia de reunirse con los talentos fuertes del momento tiene sentido, pues hace mucho tiempo le funcionó a mucha gente. Dean Martin con The Rat Pack hizo historia; Joe Cocker con ‘With a little help from my friends’ (Jimmy Page, Chris Stainton, Steve Winwood, Albert Lee) y con Mad Dogs and Englishmen (Leon Russell) también le pegó a la piñata: los tipos no habían perdido vigencia, pero al reunirse con otros duros maximizaron su ingenio. El ejemplo reciente, Carlos Santana y sus nuevos amigos, muy lejanos a sus viejos amigos John McLaughin y Chepito Arias. Otro reciente: Miguel Bosé con su ‘Papito‘, reunido con Shakira, David Summers, Laura Pausini, Juanes, etc.

Pero si hay un ejemplo claro de resurrección con esta estrategia es la de Tom Jones, galán de galanes de los años sesenta, con el álbum ‘Reload’ de 1999, en el que hizo una propuesta superior junto a The Cardigans, Lenny Kravitz, The Art of Noise, Stereophonics (entre otros) y Mousse T, con quien hizo esta versión de su clásico Sex Bomb (no le paren bolas a la imagen del video, solo a la canción). Este es un trabajo de colección [ aquí se pueden escuchar fragmentos ], en el que Tom Jones no se midió en gastos, mostró toda la potencia de su voz y le dijo al mundo "hey, yo estoy enterito". Claro, con una gran ayuda de sus nuevos amigos.

Con las mejores canciones del mundo

Pero a veces la ayuda viene de ultratumba, y ahí es cuando se pone complicada la cosa. La estrategia ‘tributo’ de Nino Segarra (o mejor, Nino se da garra), el hombre de la barba perfecta, el hombre que puede guardar lápices y esferos en su cabeza, el hombre del casco natural, es la alternativa de lograr pegarle a la piñata con lo que ya fue sensación y está guardado en la memoria colectiva. Así, Nino ha vuelto al ruedo con un disco titulado ‘De Nino a Nino‘, en el que canta las canciones de Nino Bravo. Entonces ahora es posible escuchar al puertorriqueño cantar ‘Noelia’, ‘América’, ‘Un beso y una flor’, etc… La verdad, Nino Bravo no tiene símil y me parece mala idea intentar colgarse de su éxito.

Nino Segarra no tiene la culpa. Esto de colgarse de los éxitos de antaño, y así evitarse la carga de componer canciones que probablemente no peguen, es una estrategia de muchas casas discográficas. Es una estrategia perezosa, tímida y además totalmente contraria al hecho de que los artistas son creadores. Pasa mucho con la música del caribe. La cultura necesita el riesgo… así nacen nuevos artistas.

¡Quién no se acuerda de Ricardo Montaner, hombre! Crecimos escuchándolo. Aprendimos a amar a nuestras mujeres escuchándolo –es broma– cantando a pulmón herido "Me llevaaaaste a la cimaaaa del cielooooooo". Bueno, el hombre también regreso recargado este año, con un disco que ha tenido éxito, y se me hace honesto que haga explícito en el título del álbum la estrategia: "Las mejores canciones del mundo". Si, chévere que sea honesto y reconozca desde el título que debe su retorno al hecho de que está cantando esas canciones que ya todo el mundo tiene marcadas en la conciencia.

¿Retornos? ¿Recargados? Hay que ver quienes regresan de las oscuridades del olvido. Algunos son horribles -siempre lo fueron- como el retorno de Timbiriche. Yo, que adoro coleccionar versiones bizarras no comerciales de canciones famosas, siempre estoy atento a que me sorprendan con algo. Por eso, pienso que me gustaría ver a un cantante de esos de los sesenta y setenta, o algún baladista de aquellos de los ochenta, retornar en una versión mutante haciendo algo de lujo.

Mi elección sería algo así como un Oscar Golden pero en versión nicotinada, a lo Tom Waits, que deje entrever que ya no alcanza esos tonos altos porque los años no pasan en vano. Quiero esa honestidad. Quiero oírlo cantar algo de los Stones, pero que en cada giro vocal algo se le quiebre. Que si se le cayó algún diente, no oculte el hueco. O que cante otra vez ‘Boca de Chicle’ o las chicas de pon pon pero acompañado con guitarra distorsionada y pedal wah wah de Juan Pablo Villamizar y que en cada jadeo del coro se le salga el animal. Algo así bien mutante, quiero verlo.

¡¡¡Te reto, Oscar Golden, te reto!!!

¿A qué cantante les gustaría ver retornar a escena?

Suerte y pulso, amigos, nos vemos este viernes si todo sale bien.