Grooveshark, una iniciativa creada en Estados Unidos -entre sus autores, un bogotano-, pretende legalizar la situación de quienes descargan música en la red, al abrir un escenario peer-to-peer de intercambio de archivos en el que el usuario paga las canciones que descarga realizando labores y así las disqueras, que estarían vinculadas al trato, obtendrían retribución. Hoy, además, en Caja de Resonancia, melancolías de la banda sonora de Perdita Durango, película de Alex de la Iglesia.

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Caja de Resonancia también en el nuevo portal vive.in
: El blogcito fue fichado por el portal de entretenimiento y ahora lo que se publique acá (textos, comentarios, etc) también se verá replicado en este enlace. Eso no significa ningún cambio en el blog, las cosas se harán tal como se han hecho hasta ahora. El asunto es que vive.in también funciona como una red social -al estilo de Hi5 o facebook- en la que quienes se inscriban tendrán una página personal e interactuarán con otros, y todo lo que eso implica. Yo puedo invitar usuarios a la etapa beta, así que, si alguno quiere ser usuario beta de ese portal, por favor, escríbame a cajaderesonancia (en) gmail.com.

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Grooveshark, en periodo de prueba

El acceso aún está restringido, pero ¿quieren ser usuarios beta de Grooveshark? Yo soy uno y puedo agregar a nuevos usuarios.

Grooveshark podría definirse como un punto medio entre iTunes y los programas ilegales de punto a punto Ares, Emule o Soulseek, pero al final viene siendo algo muy novedoso:

Se parece a iTunes en que cada canción se adquiere por un valor de 0.99 centavos de dólar.

Se parece a los peer-to-peer en cuanto a que las canciones que se descargan las pusieron allí los usuarios y yo puedo subir mi música para que otro la descargue… esa persona paga por descargar mis canciones.

Se parece a iTunes en cuanto a que, si funciona lo que propone esta gente, sería legal, pues las disqueras reciben un beneficio económico de las canciones que se vendan por Grooveshark.

Se parece a Last.fm en las opciones de interacción entre usuarios, pues cada uno tiene una página con un avatar (la foto y el nickname) con players, playlists e incluso lista de música compartida con quien. Es decir, tiene un poco de red social.

Se parece a iTunes en que las canciones se pueden oír antes de descargarlas.

No se parece a nada de lo anterior pues el sistema de pago de las canciones puede ser con trabajo. Al agregarme como usuario, puedo colaborar editando la info de los archivos MP3 (tags) o reportando los archivos que estén dañados. Cada reporte o cada colaboración me da puntos que se acumulan en un crédito que puedo usar luego para pagar las canciones que vaya a comprar.

Hasta el momento es una propuesta que tiene un poco más de mil usuarios pero que puede ser el comienzo de algo sensato.

Cómo funciona: Es una aplicación que se instala en el computador y que en esencia funciona igual que un Ares, Emule o Soulseek, pues toma dos carpetas del computador que usted asigna. Una tiene la música que usted pone a disponibilidad del sistema. Otra será el destino de los archivos que usted descargue.

Creo que es importante aclarar los antecedentes, pues el tema puede despertar suspicacias: La empresa que creó Grooveshark se llama Escape Media Group. Fue conformada por tres estudiantes universitarios de Gainesville (Florida), entre ellos un bogotano que se llama Andrés Barreto, quien entró en contacto conmigo para contarme su propuesta, que es un experimento muy independiente para entablar un arbitraje con las discográficas -he ahí el meollo del asunto-. La empresa surgió como surgen todos estos proyectos web: en un pequeño cuarto, en el que cajas de cartón funcionaban como escritorios.

En este panel hay dos de los tres socios de Grooveshark -no está el bogotano-, hablando sobre sellos musicales independientes y la industria de la música hoy en día:

Barreto cree que las discográficas están un poco enceguecidas por intentar mantener el modelo antiguo de venta de música y no se ha dado cuenta de que, sea como sea que invente sistemas para evitar la piratería, su música ya está en la red abierta desde que sale prensada e incluso antes. Señala que el modelo de negocios de iTunes no redujo la piratería sino en un 11%, lo que significa que el resto de la gente sigue pirateando.

"Pero lo que hace la gente, lo hace porque quiere conocer música", dice el joven Barreto. Qué quiere decir eso: No se trata de piratear por robar, sino por el acceso a la información. Por eso, afirma, Grooveshark apunta al nicho de usuarios que buscan música en la red por el interés de conocer, pues lo que van a comprar a Shakira seguro lo harán por un iTunes.

El modelo participativo implica que yo pueda subir la música de Shakira o también la de mi banda de garaje. En eso, la oferta puede ser absurdamente grande, pues si mil usuarios agregan música, pueden ser una fuerza mucho más grande que quienes alimentan música en el iTunes Music Store.

Les dejo la inquietud. El enlace es este (hasta hace unos días, sólo se podía ingresar como usuario beta). Ya tuvieron un colapso de servidores el día que abrieron la comunidad, pues ingresó más gente de la que esperaban. Vamos a ver qué tal les va.

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Un fin de semana con Perdita Durango

La primera vez que ví ‘Perdita Durango’, única película de Alex De la Iglesia en coproducción con estadounidenses, hace unos años (fue hecha en 1997, hace 10), no me gustó. Se trata de uno de mis directores de cine favoritos -pese a sus finales que no tienen mucho sentido- y sin embargo no me calaba mucho la película. Pero este fin de semana la volví a ver y fue diferente.

Resulta que tiene unas canciones en la banda sonora que me tintineaban desde hace unos meses. Descubrí que esta historia de violencia que se desarrolla en la frontera México-Estados Unidos fue vista por un director español a través de la música de una banda que desfiló hace unas entradas por acá: Southern Culture on the Skids. ¿Quién mejor para retratar el american way of life más campirano que esta banda?

Cuando escribí esa entrada, no tenía idea de la banda sonora de Perdita Durango, que mezcla este tipo de vainas con Los Tucanes de Tijuana (tex-mex) y Electric Playboy. Además, con la aparición estelar del blusista Screamin’ Jay Hawkins como el actor más insulso de la película, y con una mención muy simpática de Herp Albert and the Tijuana Brass, que seguro han escuchado cien veces en Melodía Estéreo.

Este es el simpático Screaming Jay Hawkins, con su interpretación famosísima del clásico I Put a Spell on you (¡genial!):

Por ende, ahora que hice este descubrimiento, quiero extenderles la invitación a melómanos y cinéfilos para que disfruten esa película de De la Iglesia. La banda sonora es excelente para describir con mucho sarcasmo ese choque cultural entre la ingenuidad estadounidense, la mística del santero caribeño Romeo Dolorosa (Javier Bardem) y el sabor de supervivencia de la zorra Perdita (Rosie Pérez).

Suerte y pulso.