Comentarios musicales, comentarios sobre logística, respuestas del organizador y algunos videitos y fotos.

Los invito a escribir sus recuerdos de la noche Soda en la casilla de comentarios; a enviar sus fotos a cajaderesonancia(at)gmail.com para que las publique en un solo Flickr y que todos la vean; a enviar los videos que suban a Youtube, Dailymotion, etc, para que hagamos una memoria gigante del evento.

***Nota: Modifico el contenido de este post del viernes 23 de noviembre para entregar el resumen del concierto del sábado y no perder los comentarios que ustedes han puesto***

—  Para oír parte del concierto en Buenos Aires, suscríbanse al podcast Picando discos –enteramente legal– cuyo capítulo del 23 de octubre es parte del concierto del 19.

Brilló Soda

Hace unos años, tuve la posibilidad de hablar con Cerati, cuando estaba con su show electrónico de laptops mezcladores Roken; en ese entonces le pregunté cuándo iba a volver al pop y el rock (aún no existía ni en las curvas el ‘Ahí vamos’), y me dijo ‘no sabría decirte, yo estoy dando vueltas de aquí para allá, y talvez mañana amaneceré queriendo hacer mucho rock’.

Esto que nos presentó Soda fue, en efecto, uno de esos giros, el más rockero que podría ocurrir, ante una luna llena que quería recibir al grupo. Talvez un momento para no repetirse… ojalá no, porque para hacer leyenda, es necesario que el milagro no se repita.

Tremendo concierto. Se trata de músicos maduros haciendo nuevamente su apuesta musical, en algunos casos con versiones más rockeras, evidenciando que hay un cambio mental obvio en el sonido pop, sin extraviar lo que era el grupo antes.

Por supuesto, el setlist pudo dejar insatisfechos a muchos: No se trató de una lista de éxitos para darle gusto exclusivamente al público, sino para darse gusto ellos mismos. Tocaron canciones que son valiosas en la biografía personal… otras que son extremadamente sentimentales… otras pegajosas:

Setlist 24 de noviembre en Bogotá

1. Juego de seducción
2. Tele-k
3. Imágenes retro
4. Texturas
5. Hombre al agua
6. En la ciudad de la furia
7. Picnic en el 4?B
8. Zoom
9. Cuando pase el temblor
10. Final caja negra
11. Corazón Delator
12. Signos
13. Sobredosis de T.V.
14. Danza rota
15. Persiana americana
16. Fue
17. En remolinos
18. Primavera 0
19. No existes
20. Sueles dejarme solo
21. (En) El séptimo dia
22. Un millón de años luz
23. De música ligera
24. Disco eterno
25. Cae el sol
26. Prófugos
27. Nada personal
28. Te hacen falta vitaminas

Gran parte de la música del grupo se muestra atemporal: escuchar ‘En la ciudad de la furia’ parece un acontecimiento nuevo, como una canción que nunca ha tenido marca ni fecha ni decada, como que ha estado ahi siempre, no se ha ido. En cambio, otras canciones se mostraban demasiado alejadas de nuestros tiempos: Hoy, ‘Tele-K’ (la segunda canción del set) suena ingenua, casi como una cancion de niños -si no fuera por la letra, claro-, pero tiene el valor de ser la ‘píldora de la melancolía’.

Talvez por eso sea excelente que el cierre venga con ‘Te hacen falta vitaminas’. Es otra píldora para el público que viene oyendo la banda desde mediados de los ochenta.

Brillantes las presentaciones de canciones como ‘Corazón delator’, ‘Signos‘, ‘Prófugos‘, en las que Cerati se desparramó en talento. Zeta y Charly, bastante alejados del público, pero entregados a su cuento. Tweety González, siempre bienvenido en Colombia, estaba en la oscuridad, y las cámaras lo registraron sólo cuando Cerati lo llamo al frente, al finalizar el concierto. Tambien estaba entre los músicos Leandro Fresco, el compañero de Cerati en las travesuras sonoras Roken y últimos trabajos en solitario.

Cerati tiene el carisma -y la pinta, obviamente- suficiente para conquistar al público una y otra vez. Lo hizo con detalles coquetos: Cambiar a Buenos Aires por Bogotá en la letra de ‘En la ciudad de la furia’; hablar de un público ‘verde como Colombia’ (por aquello de las lucecitas de publicidad del evento); por llamar hermosos y hermosas a todos, o hablar de rolos y rolas; por decirles a los colombianos que eran ‘quienes más se merecian esto’ (supongo que se refería al hecho de no haber dado en este país ningún concierto del Chau Soda, el de despedida), y otros gestos evidentes de alguien a quien le gusta agradarle a los demás.

La apertura del concierto merecía mejor atención. De Lux Club se presentó con una buena selección de sus canciones, algunas realmente buenas. En el escenario estaba un tipo duro en la historia del pop y el electro colombiano: Gonzalo de Sagarminaga. Su nombre fue mencionado en pleno toque, mientras la gente buscaba puesto en el parque y se mandaba sus primeros tragos de aguardiente. Mala cosa: merecían más crédito por lo que estaban presentando.

El concierto de Soda fue impactante además por la aplicación de la tecnología. Si uno compara los espectáculos anteriores, que eran muy básicos porque el performance era casi que exclusivamente musical, en lo estetico este puede ser el más impactante. Asi se veían antes, en Bogotá, en 1996:

Como verán, el de antes era un espectaculo sencillo, pese a la gran calidad sonora. En cambio, las luces que se usaron en esta ocasión traspasaban toda expectativa.

Impresionante el trabajo con las cámaras. Cierto es que más de la mitad del público tuvo que ver todo el concierto en pantallas, pero por fortuna, no se trató de cámaras estáticas, sino de un gran trabajo con móviles, como debería ser la grabación de un DVD. Es evidente que se trataba de un material que luego será bien aprovechado.

El sonido tuvo algunos problemas. He oído impresiones diferentes, personas que sienten que ha sido el mejor sonido en muchos años, pero lo cierto es que la cobertura no era completa para todo el público y era claro que una columna de parlantes a la derecha (a la izquierda de los artistas) fallaba de forma intermitente, por lo que en algunas ocasiones se disipaba el sonido de guitarra y vocales de Cerati, pero no era tan evidente.

Hablé hace un rato con Juan Ospina, el organizador del concierto, quien me dijo que el grupo se va feliz: ‘ellos estan contentísimos, yo se a que se debe tanta crítica en la radio, a que yo no hice el contrato con esa empresa’… Tambien dijo ‘yo siento que hice los dos mejores conciertos del año: Soda Stereo y Roger Waters, y claro, hay gente a la que eso le duele y me atacan… vean el resultado’.

Como siempre, entra a discusión el Parque Simón Bolívar: El escenario es mucho mas largo que ancho, lo que ocasiona que sea poca gente la que esté cerca del artista, y mucha la que queda lejísimos. Por los precios que se estan pagando, los asistentes merecen mejores condiciones.

Por lo general, los conciertos masivos al aire libre se realizan para públicos en espacios más cuadrados que alargados. Intentaré demostrarlo con algunas fotos:

– Así se ve el Parque Simón Bolívar, escenario Plaza (un evento diferente):

– Esto es Lollapalooza:

– Esto es Ozzfest:

– Esto es Live 8 en el Reino Unido:

¿Ven? los escenarios son muy diferentes.

Por otro lado, la logística del concierto de Soda Stereo se vio comprometida con una serie de complicaciones:

+ La entrada estuvo desorganizada: en las puertas de las tres localidades se presentaron desórdenes en las colas. Una aplicación de mayor logística, más hombres y más capacitados, habría ayudado a que las colas permanecieran como se habían formado en un comienzo.

+ Los baños eran insuficientes: En Rock al Parque hay unas zonas abiertas, hacia el lago, en donde la gente puede caminar e incluso interactuar… cosa que en el concierto de Soda no había, supongo que para intentar controlar que la gente no se pasara de un lado al otro, pero es absurdo que se dispongan tan pocos baños para más de 40.000 personas !Por una boleta de $100.000 uno se merece un sitio donde hacer chichi!… Por una de $350.000, se merece un toilette presidencial.

+ Había mucho trago: Logística 911 debe responder por qué continúa el tráfico ilegal de aguardiente. Desde hace un tiempo, todos los conciertos tienen esta red de venta que, para funcionar de esta manera tan abierta, debe contar con el beneplácito de alguien. No es lógico que incluso todos los vendedores de aguardiente manejen la misma tarifa: evidentemente hay un pequeño cartel en eso.

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Esto fue lo que decía el post el viernes…

Yo no creo que este sea el mejor concierto del año, pero respeto a quienes sí lo piensen así (ya acerca de esta polemica hemos discutido bastante). Creo que sí será un espectáculo grato para quienes conservan en la memoria los buenos éxitos de la banda argentina que esta demostrando con semejante gira que puede ser la más influyente de Latinoamérica. Tantos años que llevamos esa tantas bandas de garaje ensayar con ‘Persiana Americana’, crecer musicalmente a punta de ensayo y error con las notas de Soda Stereo: supongo que sí podemos hablar de una fuerte influencia en los grupos actuales.

Un asunto de billete

Pero claro, no hay que tragar entero: Hay que ser conscientes de que es un concierto por dinero. La labor artística tiene muchos matices y, supongo, muchos agradecimientos para quienes la practican. Ali Farka Touré (Q.E.P.D.) afirmaba que hacía música porque fue llamado por su dios; supongo que en su momento, el compositor colombiano Miguel Durán López (tío abuelo de este blogger) escribió esas guabinas y torbellinos por amor a la música, pero lo cierto es que en todos los casos, hay una retribución al artista, y creo que Soda Stereo ha sido sincera a la hora de aceptar implícitamente que hace esto por dinero.

He oído voces contrarias. Voces que entiendo, que llaman a este evento ‘un concierto inmoral, parafraseando a Cerati’. Son opiniones respetables.

Sea como sea, esta gira si es un acontecimiento que enmarca las pasiones de mucha gente. Mueve grandes intereses, si se tiene en cuenta que en Chile hasta la presidente Michelle Bachelet tuvo que salir a mediar por una polémica acerca del uso del estadio; además, el grupo tuvo que confirmar un sexto concierto en Buenos Aires, que cerrará el tour, el 21 de diciembre.

Suerte y pulso.