Dilucidando las razones por las cuales algunas tonadas se nos quedan dando vueltas en la cabeza, hay que analizar el trabajo sucio que ejerce la rima. Hay canciones que fueron escritas y diseñadas como un cincel para tallar la materia gris. En el proceso investigativo, encontré una canción que representa el colmo de la rima.
* En estos días, me reportan, el blog ha tenido un problema técnico que ha hecho difícil el dejar comentarios. Ya he reportado el problema, pero me disculpo con ustedes por ello.
También, hoy, en este post, la primera entrega en una serie acerca de películas que relatan leyendas musicales. En esta edición, La leyenda de 1900, que tiene una de las escenas posiblemente más apasionantes del cine hecho en los años noventa.
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Durante un buen mes he estado condenando a quienes se suben a mi carro a escuchar una canción que me encanta, pese a su absurda sencillez y a ser una empalagosa melcocha romántica. Se trata de ‘No puedo sacarte de mi mente’, de Los Cafres, un grupo argentino de reggae, usual participante de nuestros festivales del género en Bogotá y Medellín. A veces estos amigos se me quejan y, hay que reconocerlo, tienen razón: es un reverendo sonsonete.
Creo, entonces, que el título le queda perfecto, porque el corillo es peligrosamente pegajoso.
Esto es ‘No puedo sacarte de mi mente’, de Los Cafres [ otra versión en concierto ]
En la letra [ completa aquí ], una de las canciones más reconocidas del grupo, sólo hay dos frases que no coinciden en rima consonante con el resto ("O por lo menos escuchar tu voz"… "Criatura del sol"). Excepto por esas, todo tiende a rimar con -ente o -erte… ¿Será algo excesivo? Y si es así, ¿por qué nos gusta tanto?
Creo que la rima es un elemento válido. Brinda una musicalidad a las palabras. Por eso la poesía en verso es lo que es. Además, por lo general, nuetras primeras aproximaciones musicales ocurren en medio de muchas rimas: madres y abuelas nos cantaban sonetos juguetones, sainetes y canciones de cuna que se levantan sobre la gracia de la fonética. Y en ese entonces ¡era lo máximo! Y qué decir de nuestra cultura popular, o al menos la del interior del país, en la que una gran cantidad de canciones juegan a las frases en verso. Los copleros son unos expertos matemáticos de la rima.
Pero ¿Qué tal nos la llevamos con la rima hoy en día? Hoy en día es raro encontrarse con canciones nuevas que acudan estrictamente a la rima. Es algo que se puede ver forzado si se hace mal. Se puede ver muy cursi en muchas de nuestras músicas contemporáneas, incluso las más populares.
Y bueno, es que en cierta forma, gran parte de la música de Los Cafres está embadurnada de una excelente cursilería. O si no, miren este video de ‘Tus ojos’, otra canción de los famosos cafres (me declaro seguidor de esta banda):
Andrés Calamaro ha sido una de las víctimas de esa persecución atroz contra la rima. Según dijo en una entrevista, ha sido condenado por el juego de versos explícitos de la letra de la canción ‘Te quiero igual’, de su álbum ‘Honestidad brutal’:
¿Recurso anticuado o válido? Ejemplos podemos encontrar muchos, pero qué piensan ustedes… ¿Les gustan las rimas? ¿Debe la música alejarse de la rima? Y bueno, de paso, ¿Qué tanto cuidado le ponen ustedes a las letras de las canciones? Dejen su mensaje en la cajita, mil gracias.
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Una escena para la historia: 1900 sacude el piano
Hoy comienzo una serie de breves reseñas de películas que se pueden ver por ahí y que tienen que ver con esta melomanía que nos carcome por dentro. Por supuesto, ustedes también pueden aportar sus reseñas y compartirlas con los demás lectores, enviándolas al correo cajaderesonancia (en) gmail.com.
La de hoy es una cinta de 1999, del director Giuseppe Tornatore, titulada ‘The Legend of 1900’, que cuenta la supuesta amistad que un trompetista sostuvo con quien pudo ser el mejor pianista del mundo pero no lo fue porque nunca se bajó del barco en el que vivió toda la vida. La música fue compuesta y producida por el genial Ennio Morricone.
La película está programada durante este mes y lo estuvo en el pasado en el canal HBO para Latinoamérica. Basta ver la programación del canal para encontrarla y decidirse a verla.
En la siguiente secuencia de 14 minutos, el relativamente ingenuo pianista Danny Boodman T.D. Lemon 1900 (interpretado por Tim Roth) acepta el duelo al que lo retó el pianista e ‘inventor’ del jazz Jelly Roll Morton (Clarence Williams III), en ese momento la estrella más grande del género musical. Lo mejor es ver la escena:
Aunque la película fue condenada por la crítica, pues les pareció un intento fallido de Tornatore por volver al éxito de ‘Cinema Paradiso’ pero sin lograr la química que tuvo esta producción, hay elementos muy atractivos para los melómanos en la cinta de 1999 (a punto de cumplir 10 años).
El disco de la banda sonora incluye un interesante corte que hace parte de los créditos y del trailer de la película: ‘Lost Boys Calling’ fue hecho por Roger Waters (si, "nuestro" Roger de Pink Floyd) junto a Morricone, y contó con la guitarra de Eddie Van Halen. Debo decirlo, no cuadra con la época que propone la película, pero su razón habrá tenido Morricone para agregarlo:
¿Qué tal? Esperen en la próxima entrega de esta serie, la película ‘Crossing The Bridge’.
Suerte y pulso.