Lost in mexican traslation: ¿Dónde comprar discos en el DF?
Y antes que nada, qué comprar, si te agarra la melomanía dura en pleno viaje. Reflejo de algo insólito: las raíces del rock mexicano parecen condenadas a un olvido al menos pasajero.
Buenas, resonantes. Me disculpo por la ausencia de varios días. He tenido que emprender un viaje a Ciudad de México (razón por la cual me perdí el concierto de Andrés Calamaro), por cosas de trabajo, pero pronto estaré en Bogotá. De hecho, me encuentro en este momento en el aeropuerto, con la idea de emprender vuelo a mi ciudad en pocas horas.
Era obvio: Acá me iba a agarrar la melomanía, altamente contraproducente contra el bolsillo. Es difícil venir a México y no salir con la maleta llena de compras, aún cuando intentas controlar los pocos dolaritos que llevas en el bolsillo. Obviamente, dulces para la familia, artesanías para la madre, y tequila para los amigos. Pero también sería inaudito no ir a una tienda en México, o a los «agácheses» de discos, a ver qué se encuentra.
Como llegué el domingo por la tarde, no alcancé a clasificar para ir a El Chopo, que es la feria de discos usados màs importante del DF, donde se reúne un montón de gente, especialmente góticos y punkeros, para emprender un intercambio.
Mi fijación era ir a las tiendas Mix-Up. Me habían dicho que era como entrar a un Virgin. Alguna vez, en París, fui a un Virgin y fue una locura, compré todo lo que pude. Pero debo decir que me llevé una mediana decepción con Mix-Up: es como un Tower o un Prodiscos. La verdad es que la oferta no era lo que esperaba. Buscaba discos muy variados, que representaran el movimiento independiente mexicano, del que, por cierto, tendremos una buena cuota en Rock al Parque: Austin TV o Los Concorde. Quería llevarme joyas reales de la producción indie mexicana. Y no las encontré en Mix-Up. En cuanto al rock internacional, no existe gran diferencia entre el estante de Mix-Up y el de Prodiscos, más allá de que pude comprar con buen precio algunos discos que en Colombia se venden carísimos, como ´Chronicles’ 1 y 2 de Creedence Clearwater Revival, la edición especial extendida de ‘Relayer’, de Yes, o ‘Cactology’, de Cactus, un disco que en Tower de Bogotá lo venden a infernales 60.000 pesos y aquí me costó 106 pesos mexicanos, algo así como 16.000 pesos colombianos.
Eso sí, encontré una pieza chèvere por 65 pesos mexicanos, algo así como 8.000 o 9.000 pesos colombianos: El disco ‘Colecciòn Avandaro Vol.2 versiones en inglès’, de Three Sould in My Mind (wiki) la banda más blues que tuvo el grandísimo enano Alex Lora. Sé que para mucha gente, Lora puede parecer un payaso o un tipo bastante desencajado y fuera de tiempo, algo así como un híbrido entre Jim Morrison y La Carabina de Ambrosio, pero yo lo considero un pionero y un verdadero rockero. Y este experimento blues que tuvo antes de El Tri es una delicia para quienes amamos el blues rock y el rock de cantina.
En el disco, vienen canciones que son puros arreglos hippiosos de Lora, canciones con tìtulos como ‘Lennon Blues’, ‘Medicine Man’, ‘Amphetamine’, ‘Where are you Mr.Devil’… ¡por puercos 8.000 pesos! Este es uno de los pioneros del rock nacional mexicano, y lo venden como el disco màs barato en la tienda. Para mí, una suerte, pero creo que para el rock mexicano, una verdadera tristeza. La misma suerte corren los discos de otro duro de la misma escena, el señor Javier Batiz.
Supongo que los mexicanos se han aburrido de ese sonido colorido y anticuado de los pioneros, pero no deberían condenarlos así. No hay nada màs intenso que entrar a la estación del Metro Balderas y recordar aquella canción del mismo nombre que escribiò Lora con El Tri.
Triste por la situaciòn, comencé a caminar por ahí, por las calles del centro de la ciudad, y me encontré con Ghandi, una tienda que, si tocara buscarle un símil en Bogotá, sería Forum. Ahí me llevé mejores impresiones.
Me compré un disco bien interesante: ‘Construcción, de La Barranca, una banda que Alfonso André (Jaguares), José Manuel Aguilera (Sangre Azteca) y Federico Fong (La sociedad de las sirvientas puercas). Se trata de un trìo de rock que ya ha grabado, si mal no estoy, tres discos muy rockeros, pero en este se lanzaron por hacer una vaina mucho màs instrumental. Aún no lo he escuchado todo, pero estoy que llego a casa a escucharlo.
En cuanto a otros sonidos, me compré uno de los muchos discos que inundan las secciones de música clásica de estas tiendas: El pianista Armando Merino, quien hace parte de la Sinfònica del Teatro de Bellas Artes del DF, pero lo chévere es que el tipo està haciendo un trabajo de rescate de las composiciones ‘cultas’ -que fea palabra- de los compositores mexicanos, asì que interpreta música que tiene mucho sabor mexicano, pero desde la academia de la virtuosidad clásica. Y generalmente son reconstrucciones de la música. Este Merino es un recreador de la historia, tanto como lo es Jordi Savall en Europa. Puede ser bien interesante el disquito que compré, titulado ‘Azulejos’… ¡pos a ver què sale, güero!
Los agácheses son otra historia. Caminando por Insurgentes, que entiendo es una Colonia o una estación o algo así, y cerca de la tienda oficial del Blue Demon, hay pequeños parques en los que se reúnen vendedores ambulantes, y entre ellos, algunos vendedores de discos. Hay algunos que venden discos de manera muy genérica, como si no supieran què es lo que están vendiendo, pero me impresionó la proliferaciòn de puestos dedicados específicamente al ska. Por unos 40 pesos mexicanos, uno se puede llevar incluso varios discos de producciòn independiente de artistas nacionales, de un cartel inmensamente grande. Es una vaina insólita. Lástima que no me guste de ska nada diferente a los Skatalites.
Bueno, espero no haberlos hecho perder mucho tiempo con este post que sólo es util si vas a México, pero què diantres. Espero que se gocen a Three Souls In My Mind.
Suerte y pulso.
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