Sin ánimo de sonar lambón con el Distrito, y pese a la lluvia, esta fue una edición de Rock al Parque muy especial, de gran nivel. La organización de las bandas resultó muy caprichosa, tal vez Sargento García no era la mejor forma de cerrar, pero hay que entender que con semejantes palos de agua antes antes salieron a tocar. Austin TV, Bloc Party, Panteón Rococó y Babasónicos, de lo mejor que tuvo este festival.
A continuación, algunas foticos:
Resultaba imposible no rivalizar un poco con los estribillos de los conductores de las jornadas de rock al parque, cuando le deseaban «máximo respeto» a todo, incluso el agua. Si, máximo respeto a la tierra, a los árboles, a las mujeres, pero por favor… ¡No más agua! Pero con todo y las lluvias, Rock al Parque logró su cometido y sólo resultaron sacrificadas cinco bandas: Nawal, Profetas, Pornomotora, 1280 almas y El Sie7e.
Este año, la apuesta fue por el sonido rock de vanguardia: lanzarse a traer a Black Rebel Motorcycle Club, Bloc Party y Austin TV era una decisión arriesgada que vio frutos, porque dejó la sensación de que en el parque se pueden escuchar sonidos contemporáneos reales.
Eso no significa que haya sido 100% exitoso. Público hay para todo. No más había que ver cómo en el primer día, cuando tocaba una banda tan pulida como es Paradise Lost, el público empezó a pedir a gritos «Masacre – Masacre – Masacre», la banda paisa. No es mi intención demeritar a este grupo, pero sí es claro que hay una gran porción del público que va al festival con la idea de oír lo mismo de siempre y saltar las canciones que se sabe desde hace 20 años.
Un amigo me contaba que Krönos, la banda caleña, no es muy querida en su ciudad. Pero aquí debutó, después de 20 años de existencia y con el sonido heavy rock de ese entonces, y le fue muy bien. Del primer día, también brillaron Ethereal y Entropía, entre las nacionales.
Debo admitir que el cansancio me ganó en cuanto salió Masacre, yo no soy amigo de los cantantes guturales forzados, así que me fui a casa, y me quedé sin ver a Carcass que, me dicen, estuvo muy bien.
Sin embargo, del primer día, me fui feliz con haber visto a Ratos de Porâo, una agrupación mítica de Brasil que también tiene un largo trasegar musical y hasta ahora pudo venir. Gordo, el vocalista, también es gutural, pero es diferente, no es forzado, y además el canto en portugués le agrega un color espectacular a esta música. Qué bueno sonó ‘Cruxificados pelo sistema’.
Aquí algunos videítos de las tres jornadas, arrancando con Ratos de Porâo:
El segundo día fue fatídico debido a la lluvia. Pero las bandas sobrevivientes pusieron la tónica. El famoso día del reggae se redujo a la presentación de Gondwana (Chile), que estuvo bien, y al ska de Panteón Rococó, que sí se lució con una energía brutal. Eso hace que un género que hoy en día ya suena medio trasnochado en nuestro país, vuelva a gustar.
Pero entre Babasónicos y, sobre todo, Black Rebel Motorcycle Club, todos nos olvidamos del invierno. Qué buena banda la estadounidense, un rock de atmósferas pero muy eléctrico, con guitarrista y bajista que se turnan instrumentos, una gran potencia. De los argentinos, pues, de los éxitos de Putita, Pendejo e Irresponsables, saltar al nuevo Microdancing fue una buena estrategia.
De ayer, lunes, se pueden decir muchas cosas. Primero, que las dos grandes destacadas del festival, a mi modo de ver fueron Bloc Party y Austin TV. Que uno ya se lo imaginaba con la británica, pero la gran sorpresa fue la mexicana. Yo temía que un rock instrumental, sin cantante, disipara los alientos del público y se aburrieran, pero nada de eso ocurrió. Tuve el placer de charlar un rato con sus integrantes y descubrí que son unos muchachos tímidos, muy sencillos, que esconden en sus máscaras esa ingenuidad y se convierten en un show inigualable. Y el toque secreto: el contacto con el público. El haberse bajado del escenario, saltado las zonas VIP y Prensa para llegar a tocar al público real, ese que llevaba ahí tres días lavándose en agua, fue de lo mejor que pudo hacer por disipar esas estratificaciones jartas -necesarias pero jartas- de la Plaza.
Los Concorde, que estaban incompletos debido a que tuvieron que reemplazar al bajista a última hora, dieron un buen show con las pocas canciones que tienen. ‘Love is a bitch’ es tan pegajosa que era imposible no meterse en sintonía.
Sargento García dio lo suyo, pero es imposible ocultar que al terminar Bloc Party, gran parte del público se fue. En cierto momento, la salsamuffin hacía pensar que estábamos en ‘Salsa al Parque’. A decir verdad, me iba aburriendo al principio, pero luego salió a tocar una canción que está en el setlist de lo mejor de mi computador: ‘Tonite’, en versión con flauta traversa… muy bien. Luego vino ‘Los desaparecidos’ y creo que ahí se conectó todo el público. Buen cierre, pero algo fuera de foco con respecto a la energía que había puesto Bloc Party.
Creo que ahí hubo un guiño para el sargento: viene a grabar con Choc Quib Town, Nawal y Dub Killer Combo, y se vinculó al proyecto ‘Abre Sierra’, de la mano de Doctor Krápula; mientras, Bloc Party probablemente no vuelva. Entonces, Sargento se irá feliz, pero eso hizo que el ritmo del cierre fuera un poco difuso: del salto del rock indie eléctrico-electrónico a la salsamuffin hay una brecha muy amplia.
Con Bloc Party tuvimos a una banda de vanguardia en uno de sus mejores momentos, habiendo lanzado hace apenas unos días un álbum que puede estar entre los mejores del año a nivel mundial. Mejor dicho, tuvimos a los duros del paseo.
Flojos: me dio la sensación de que La Kinky Beat no logró entera comunicación con el público. Tuvo que salir después de la exitosa Austin TV, lo que la dejó posiblemente desarmada. Thermo, de México, es un rock sin mayores pretensiones para un público muy joven. Y debo decir que no me gustaron ni Barriosanto ni Delavil, pero bueno, ya es cosa de gustos.
Lo mejor: la gente se comportó a la altura. Digan lo que digan, y aún con los líos que hubo en el concierto de Judas Priest, el público bogotano y todo aquel amigo de otras ciudades que llega a estas temporadas, se puede ir con la conciencia tranquila, porque esta vaina, pese al algua, se disfrutó con creces.
¿Qué tal la pasaron ustedes? ¿Cuáles fueron sus impresiones? A los asistentes a Judas… ¿Qué tal les fue con el dios del metal?
Suerte y pulso.