Fragmentos de la vida de un mago musical que merece ser contada una y más veces, con motivo de la emisión de la película biográfica ‘The Devil & Daniel Johnston’ por Cinemax. Y de paso, qué se sabe de Mötorhead.
Pero primero…
¿Mötorhead en Bogotá? Un anuncio en su página oficial da a entender que ahora sí es oficial la visita de la mítica banda de hard rock de Lemmy Kilmister, aquella que dejó marca con ‘Ace of Spades’ y un montón de buenas canciones duras. Hace casi más de ocho meses que un empresario colombiano estaba intentando concretar al grupo pero siempre le salía el tiro por la culata. Al parecer, ahora sí es fijo, aunque con la locura de Kilmmister, uno nunca sabe en qué van a parar las cosas. Gracias Araismenrojaso, por compartir este enlace.
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Eran comienzos de los años noventa. Kurt Cobain sabía quién era un tipo de aspecto dramático de West Virginia llamado Daniel Johnston [ MySpace / página oficial ], pero Daniel no sabía quién era Kurt. Se enteró entonces de que había una gran estrella de rock que solía llevar estampada en su camiseta, para todas las entrevistas que le hacían, la imagen que Daniel había dibujado 10 años antes:
El mamarracho de un tierno sapito que parece saludar, solía ser la imagen que Daniel Johnston dibujaba en las carátulas de los cassettes que grababa con su música a sus amigos. Como no tenía forma de hacer copias, cada cassette era original en todo sentido: Daniel activaba el REC y volvía a grabar todas las canciones, y volvía a hacer el dibujito, una y otra vez, para cada copia.
Al parecer, nadie esperaba que la voz desentonada y los golpes secos al piano fueran a inspirar algo, o a salir de su círculo de amigos. Nadie lo esperaba, excepto él mismo. Ni que la grabación ‘Hi, How Are You’ se convertiría, con el tiempo, en una pieza mítica de la historia del folk estadounidense, de la movida underground y de todo lo que significaba ser un músico auténtico.
La vida de Daniel Johnston, artista abnegado no sólo por su música sino además por sus ilustraciones que hoy son un tesoro de coleccionista, pero además el ser humano preso de su esquizofrenia y de sus obsesiones con el diablo, el Capitán América, Gasparín y el afán por la muerte, un estado de constante divagación mental por lo que usualmente es comparado con Syd Barrett, es el motivo de la película ‘The Devil & Daniel Johnston’, un documental que se hizo merecedor a varios premios en el Festival Sundance 2005, y que además le dio finalmente la gloria extraviada al músico.
Si no es porque aún me encuentro en recuperación de apendicitis en casa, no habría podido descubrir la cinta en la tv, que es transmitida por estos días por el canal pago HBO Latinoamérica (próxima emisión, por Cinemax-E el 12 de febrero a las 10:45 a.m., y Cinemax-O ese mismo día, a las 2:45 p.m., según dice la página). Este es el trailer:
El trailer se queda corto, porque la película es simplemente excelente. Recoge toda la onda imaginativa de Daniel, todo el recorrido desde que comenzó a cantar frente a la grabadora, hasta el 2005 -aún está vivo-. Recrea cada paso que parecía tan inestable pero en el fondo era su rotunda convicción de que lo que hacía debía hacer historia.
Pero como su personalidad fuera de foco, así mismo parecía su talento frente al sistema. Si bien uno de sus cassettes llegó a la radio en 1983 y se convirtió en un fenómeno que llamó la atención en Estados Unidos como un freak que se robaba segundos de MTV, era mientras tanto un empleado que limpiaba mesas en McDonalds porque estaba demasiado desorbitado para ponerlo frente a la parrilla o a atender a los clientes.
Cuando salió en el canal de televisión, el gerente del restaurante se decidió a convertirlo en un atractivo del local. Pero cuando los fanáticos comenzaron a llamar a la tienda, entonces lo despidieron.
Así mismo lo trató la industria musical. Fue atractivo para las disqueras sólo cuando Cobain lo revivió con esa camiseta, y entonces grabó un disco para Atlantic, titulado ‘Fun’… que fue un fracaso comercial. Y en ese momento, lo echaron al olvido nuevamente. Y con la película, volvió a ser nuevamente atracción… quien sabe hasta cuándo.
Pero Daniel lo intentó. Estuvo una temporada en Nueva York a finales de los años ochenta gracias al soporte de los músicos de Sonic Youth, y gracias a la amistad con Jad Fair, de la agrupación Half Japanese.
En ese entonces, convencido de que había llegado el momento de la fama, conoció estudios y hasta tocó en algunas tertulias bohemias. Pero su estado siempre lo metía en problemas a él y a quienes estaban a su alrededor (en alguna ocasión arremetió contra su mánager, rompiéndole la cabeza con un tubo de hierro), a tal punto que los únicos que se comprometieron a cuidarlo toda la vida fueron sus padres.
También le obsesionaba la fama. A veces simplemente ponía a rodar algún vinilo sobre la tornamesa y empezaba a cantar sus propias letras sobre la base musical de algún disco de jazz, como en ‘Keep Pushing Joe’, que es un relato acerca de la depresión.
Este es Daniel Johnston en toda su extensión, con una de sus canciones más duras, en medio de una de sus etapas de mayores episodios de esquizofrenia… ‘It’s Spooky’:
Si uno escucha por primera vez sin mucha atención una grabación de Daniel, lo primero que debe pensar es que es una broma. Parece que su voz temblorosa y a veces fuera de tono se fuera a quebrar en media canción, en medio de las lágrimas.
Esto es ‘Devinare’, con una animación hecha por otra persona…:
Muchas de las composiciones carecen de una estructura o son simplemente ocurrencias que va soltando frente a la grabadora, pero entre esas están algunas canciones interesantísimas, con su voz desgarrada que acompaña con el piano o la guitarra, interpretadas de la manera en que lo haría una mente como la de él, por lo que los sonidos son únicos, como ‘Despair Came Knocking’ o ‘Walking the cow‘, que tiene tanta tela de los Beatles como de Pixies.
‘I had lost my mind’ es una de esas canciones que tienen una estructura medianamente convencional, por lo que se convirtió en un sencillo luego de que saliera la película, con un video hecho con sus dibujos:
Daniel también ganó fama por sus dibujos, que como los de Barrett, demuestran todas sus alucionaciones. Especialmente con el Capitán América y con Gasparín, a quienes dibujaba constantemente, además de otros personajes ficticios y figuras mutiladas que se volvieron imágenes de culto, aunque algunos piensan que se trata de una mente muy enferma. Hoy en día se hacen exposiciones con dibujos originales que convocan a mucha gente. Este es uno:
Y este se convirtió en el afiche de la película ‘The Devil & Daniel Johnston’:
Daniel ha tenido su oportunidad de volver. Los años noventa le dieron un chance para tocar sus canciones en escenarios con público en Texas y Virginia.
Su historia ha convocado a mucha gente en torno a él, especialmente después de la película. De hecho, dio una serie de conciertos en julio de 2008 junto a miembros de Yo La Tengo, Half Japanese, Sparklehouse y Teenage Fanclub por Suecia, Noruega, Escocia, Inglaterra y Dublin. Un fotógrafo captó el momento en el que tocaron en el IndigO2 y lo consignó en este álbum en Flickr.
A continuación, un fragmento de una de sus presentaciones más exitosas, que escondían de fondo el hecho fatídico de que había dejado de tomarse sus medicamentos.
Días después de esta presentación, abordo de la avioneta que conducía su padre, su esquizofrenia se manifestó y el resultado fue que la aeronave se accidentó en un bosque:
Las siguientes son las imágenes de una presentación en solitario de Daniel Johnston en The Henry Rollins Show, después del boom de la película:
Al escuchar las nuevas canciones que hay en el MySpace, da la impresión de que Johnston finalmente logró dominar a la bestia interior. Me encanta aquella en la que declara que quería parecerse tanto a los Beatles…
Suerte y pulso.