Con todo el tema de la remasterización de los álbumes en estudio de los Beatles, y junto al videojuego The Beatles Rock Band, una mirada a dos compilados en torno a Ringo Starr y George Harrison.
Estas son las cajas que comenzarán a circular a partir de mañana:
La de la izquierda es la edición en versión estereofónica, tomada de las cintas master originales de Apple Records. Una locura. Hicieron un proceso de recuperación y fueron calculando, punto por punto, qué había que mejorar con la tecnología de hoy en día. En algunos puntos de las cintas se acumuló una porción de polvo que fue retirada y, en algunos casos, cada detalle de la grabación que por motivo de esas tecnologías de la época se pudo registrar en el momento, no fue como tal modificado. Interesante. Hay que ver cómo fue el resultado.
Por otro lado, circulará una versión monofónica, para coleccionistas, más costosa y con un empaque que intenta emular la sensación de las bolsas de los vinilos.
Es precisamente la caja que vemos bajo este párrafo. Creo que lo que hace posible semejante fenómeno es que la música de los Beatles está cargada de atemporalidad. Le pertenece a todas las décadas. No suena añejo como oír a los Doors o a The Kinks o Iron Butterfly y saber que todos esos teclados o esa forma de interpretar el órgano o la guitarra tienen la etiqueta «años sesenta». Pero más allá de eso, la apuesta de comercializar una caja de estas en grande y no solo como una rareza para coleccionistas, y más en esta época en la que sería muy fácil bajar ilegalmente la música de los Beatles, permite pensar que nos enfrentamos a un sentido de pertenencia e identidad con los Beatles imposible de superar. ¿Es acaso los Beatles otro bien común de la casa, como el sofá o la mesa del comedor?
A todas estas, he estado en un ejercicio simpático estos días, escuchando dos selecciones retrospectivas de los trabajos en solitario de George Harrison y Ringo Starr.
La primera, titulada ‘Songs By George Harrison’, es muy buena aunque también muy obvia: comienza con ‘Got My Mind Set On You’. Es como apuntarle al gran éxito que tuvo Harrison dentro de la esfera más comercial de los años ochenta, su gran apunte radial. A mi no me emocionó eso, pese a que tengo buenos recuerdos de juventud con esa canción. Cosa contraria pasa en el transcurso del disco, cuando se introduce a las canciones del gran álbum ‘All Things Must Pass’. Por supuesto, también incluye esas inolvidables ‘My Sweet Lord’ y ‘What is Life’.
A la mitad, el disco se convierte en un nuevo viaje. Incluye cortes del último y muy aplaudido álbum ‘Brainwashed’, que se publicó 2002 gracias al esfuerzo de culminación de Jeff Lynne [para hacer memoria, es el mismo de Electric Light Orchestra]: ‘Marwa Blues’, ‘Rising Sun’ y ‘Any Road’. Suma la canción que escribió con Bob Dylan ‘I Don’t Want To Do It’. Y además, trae versiones en vivo de George Harrison en solitario de ‘While My Guitar Gently Weeps’, ‘Something’ y ‘Here Comes The Sun’, las tres hermosas.
Esta es una muestra de lo que es ‘Marwa Blues’, ese último regalo de Harrison:
Por otro lado, le doy vueltas a ‘Photograph: the Very Best of Ringo’, que requiere una atención especial. Es una completísima mirada a todos los discos del ex baterista de los Beatles.
Hablar de éxitos sería un poco extraño. Ninguna canción es en realidad un éxito, pero todas tienen el encanto vocal del «octopus garden». Hay un sarcasmo implícito en canciones como ‘I’m The Greatest’, escrita por Lennon -aquí además toca el piano y hace la voz acompañante, con George Harrison en las guitarras-.
Sin embargo, lo más simpático puede ser la versión de ‘Only You’, que grabó en 1974. Esta también tiene a John Lennon, en este caso en la guitarra acústica.
Otras canciones están cargadas de ritmo y poder, como ‘Back Off Boogaloo’ o ‘Snookeroo’ -original de Elton John y Bernard Taupin, y teniendo al mismísimo Elton en los teclados de esta versión-, pero algo le faltan para que uno se sienta involucrado. Excepto, hay que decirlo, la canción ‘Weight of the World’ -compuesta por Brian O’Doherty y Fred Velez-, de 1993, que fue tal vez lo más cercano a un éxito. Aquí la canción, con un video montado por un usuario de youtube:
Es una casualidad. Mientras escribo este post, veo en Twitter que en Radiónica están hablando de algo parecido, haciendo cuentas sobre su beatle favorito. Si me preguntaran el mío, yo debo decir que sigue siendo John Lennon, pese a todo o gracias a todo. George Harrison era el de la música más hermosa, lo que escribió paso a paso fue genial. Pero Lennon tenía el poder de transmitir ideas con capacidad de trascender. Eso es muy valioso.
El video juego Rock Band… la locura
Al mismo tiempo con la reedición, sale el videojuego. En primera instancia, uno podría pensar «bah, qué feo, convertir la música de los Beatles en una máquinita de juguete que venda millones de dólares en todo el mundo y engrose las arcas de un poco de gente». Si, sería una forma de verlo. Yo creo que hay que relajarse: el juego parece hecho con un gran respeto y amor por su música. Y si logra volver a transmitir su mensaje y su mística a gente muy joven, pues bienvenido. Así como la película ‘Across The Universe’ logró inspirar a mucha gente joven, pues un videojuego lo hará incluso con niños.
Por otro lado, es inevitable para los que crecimos con los Beatles y luego nos desentendimos para irnos a tantas otras esferas musicales, el volver a acercarnos con esta ola. Qué rico reenamorarse de nuevo con ellos.
Supongo que ya han visto la recreación animada original que hicieron para la promoción del juego, pero si no, acá está:
La corta película animada que realizó Passion Pictures deja un final que sugiere varias cosas… ¿Cómo será el final del juego? ¿Qué pasará? ¿Por qué el elefante camina hacia el fin de la meseta y el comienzo de una caída que parece sin fin? ¿Es así como acaban los Beatles en un juego animado? Hay tantas miradas posibles…
¿Quieren ver cómo es el juego? Es de locura… el blog de videojuegos 1UP!, de Alejandro Cifuentes -y además amigo resonante-, presenta esta reseña del nuevo Rock Band. Aquí, una captura del juego en acción, en pleno show de Ed Sullivan:
Apasionante.
Suerte y pulso.