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Es una condición frustrante, casi lastimera, pero supongo que de una u otra forma todos tenemos algo de "Wannabes", de querer ser alguien más. En ese momento se rompe la línea de la realidad y nos metemos en el cuerpo de alguien más.

Esta es mi lista "wannabe". Sería buenísimo que ustedes compartan la suya en los comentarios de este blog:

Ser J.S. Bach: Bueno, imagínense que uno pudiera escribir las bases más solidas de la música contemporánea. Todos los demás músicos le deberían a uno parte de su existencia. Haber sido Bach significaría haber escrito obras que se consideren patrimonio de la humanidad.

Ser Beethoven: No requiere mucha explicación. Significaría haber escrito algunas obras más populares y admiradas de la música clásica. Significaría ser también un excéntrico loco y vestirse con atuendos fuera del parámetro de lo convencional. Significaría crear un universo paralelo, o una torre de ladrillos, a donde los demás no podrían llegar.

Ser Paganini: Este es de mis favoritos. Me he imaginado siendo este violinista flaco, desgarbado y silencioso que ingresa por la puerta trasera del escenario, abre su estuche, saca su "palo de madera" y de repente se teletransporta en medio de la admiración desorbitada de un público que no puede creer lo que está viendo a tal punto que lo acusan de tener un pacto con el mismísimo diablo. Me habría gustado escribir obras que se llamaran "Caprichos" y no tener que explicarlos, sino que la gente entendiera que componía lo que se me venía en gana y los demás sólo pudieran admirarme… Ayayay, qué egocentrismo…

Ser Fred Astaire: Para poder bailar con tanta alegría y que la gente no me mirara de manera extraña. El baile de Fred, junto al de Gene Kelly, ha sido durante tanto tiempo el símbolo de la felicidad y de los buenos años…

Ser Frank Sinatra: Primero, porque me habría gustado ir de aquí a allá con ese sombrerito de ala angosta. Segundo, porque este hombre adquirió tanta admiración y poder. Es el momento en que un cantante se convierte en algo más… y comienza a tomar decisiones, e incluso a involucrarse en política (bueno, no sé, eso talvez no me llama la atención). El hecho es que este señor tenía poder.

Ser Jim Morrison: Imagínense ser un ícono generacional, ser amado por tantas mujeres antes y después de la muerte. Hay niñas que hoy en día quieren conseguirse a un hombre que se parezca a Morrison. Pero también me encantaría el haber enlazado la literatura y el rock en un mismo canto. Ah, y también me gustaría que mi tumba quedara en Pere Lachese…

Ser David Bowie: Uy, este, posiblemente más que ningun otro. ¿Por qué? Porque el llamado "camaleón del Rock" ha tenido la capacidad de reinventarse durante cuatro décadas, y en todas sienta los pilares de lo que se va a oír durante 10 años. Es simplemente increíble: El tipo se inventó el Glam, luego le dijo al Pop cómo tenía que sonar y esculpió los ochenta; volvió como un presbítero en los noventa y no ha tenido lío para mantenerse vigente y creativo en el siglo XXI ¡Qué envidia! Además, me habría gustado ser David Bowie para ser Ziggy Stardust, su alter-ego, su doble personalidad, una conversión ClarkKent-Superman en el rock.

Ser Jeff Beck: Imagínense el conformar una triada celestial con Jimi Hendrix y Eric Clapton, como los tres mejores guitarristas de la historia del rock (Guitar Player Magazine). Imagínense el tener todo ese talento en los dedos… No tener que mencionar una palabra, tan sólo abrir el estuche (como Paganini), sacar el instrumento y hacer llorar al público.

Ser cualquiera de los miembros de Radiohead: Para haber hecho parte de la única banda que se mantuvo en los noventa siendo talentosa y a la vez comercial, poder retar a la industria y sacar discos que no tenían nada de comercial sino pura experimentación heredada de los setenta. Sólo Radiohead pudo hacerlo, sus creaciones pretensiosas también vendieron y le abrieron la mente a una nueva generación. Me habría gustado ser el que abría esa puerta.

Ser Jack White: Me habría gustado fundar The White Stripes y rescatar el rock básico que se había extraviado entre tanta tecnología y tanto pop. Me encantaría subir a un escenario y, con recursos tan simples, hacer música que llamara a los "pelaos" de hoy hacia la ruta perdida.

Ah, y me habría gustado mucho ser Iggy Pop, Frank Zappa, Lou Reed o Marylin Manson para representar una contracultura que le provocara miedo a la sociedad. Ser una voz diferente, de la cual los padres de los adolescentes advirtieran "tengan cuidado, si oyen sus discos, se van a convertir en parias de la sociedad". Burlarme de un mundo descarado y ridículo que condena un disco de rock pero lanza bombas sobre países pobres. Me gustaría ser la voz disonante.

¿A ustedes quién les gustaría ser?

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PD.: Ayer respondí a Wik, un lector de este blog, con un comentario errado: Le dije que "The Wall", de Pink Floyd, sincronizaba con la película "El mago de Oz". Pues bien, fue un error porque en realidad se trata de otro disco de la banda, "Dark Side of the Moon", y la próxima semana hablaremos de ello. Mis disculpas a Wik.
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Nos vemos el lunes, suerte y pulso.

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