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En materia de seguridad y defensa, sin duda el arsenal y equipamiento militar es esencial. No obstante, la calidad, el uso, los objetivos y la metodología de los instrumentos son el centro de gravedad de un diseño estratégico coherente y racional.
El Salvador, en su afán por contrarrestar el crimen organizado que lo agobia de manera estructural, ha “invertido” aproximadamente 8.6 millones de dólares en la compra de aviones Cessna A-37B Dragonfly a Chile. Una adquisición que para cualquiera pareciera ser bastante lógica y que responde a un criterio de interés nacional. Pero la razón por la que Chile le vende esos aviones a El Salvador es porque no le caben en su “cuarto de san alejo”.
Chile los sacó de su parque aeronáutico por tres razones. La primera de ellas porque es un tipo de avión de vieja data, fue creado en 1960 por Estados Unidos y tuvo un interesante papel protagónico en el desenvolvimiento estratégico en la Guerra de Vietnam. La segunda, porque fue repotenciado rápidamente para dar un salto cualitativo en la operatividad aérea, y la tercera porque pasaron al retiro en el año de 2009 por nuevas adquisiciones de mayor calibre y tecnología.
Esos aviones fueron comprados y usados en su momento por las fuerzas aéreas de Colombia, Tailandia, Perú, Chile, Uruguay, honduras, Guatemala y El Salvador. Todas ellas han ido depurando y renovando su arsenal militar hasta el punto de reducir a cero su uso, con la única excepción de los salvadoreños.
En ese sentido y contra todos los pronósticos, las fuerzas militares salvadoreñas ostentan la Fuerza Aérea mejor operativa del Caribe. Pero la dinámica de defensa materializada en dicha compra de aviones militares, genera un desequilibrio de poder, no por una carrera armamentista con sus vecinos más inmediatos, sino porque habrá un desajuste tecnológico en la región frente a la lucha contra las amenazas irregulares. Los criminales al saber la vieja-nueva adquisición de San Salvador podrán burlar las interdicciones de estos aviones sencillamente porque estos aviones se fabricaron para sobrevolar regiones de espesa vegetación como las de la peiferia vietnamita, más no para los vuelos de persecución aire-tierra o aire-aire.
Así las cosas, El Salvador enfrenta un problema estratégico por comprar lo usado.
Profesor de la Facultad de Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Santo Tomás
@cesarnino4