Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.
En una esquina del centro de Atenas, el que fue hace unos años un lujoso hotel, abre sus puertas ahora abandonadas a los inmigrantes. Entre las ventanas polvorientas del “City Plaza” y los fantasmas que parecieran dejar la mayoría de países en crisis económica, como Grecia, se ven los niños corretear impávidos ante la angustiosa situación de sus familiares.
Allí, ya no hay tiempo para lamentaciones pues las necesidades básicas del día a día equiparan todo pensamiento. Aunque, naturalmente, los llegados de Turquía, Siria, Afganistán, Pakistán, Iraq, Palestina, Irán, Kurdistán, Etiopía, Eritrea, Somalia y hasta los mismos griegos desempleados, murmuran de vez en vez, escondidos entre los pasillos, que solo sueñan con que su situación mejore.
Sin embargo, desde que embarcaron en ese escabroso viaje, para casi todos sin retorno, en el que los coyotes del mercado negro los montaron en el hacinamiento de una mal tenida barca por poco más de 2500 €, las penurias no han cesado. Primero, muchos no contaban siquiera con que en el 2016 Grecia ya ha recibido a más de 62.000 personas en busca de asilo y refugio, lo que ha hecho que la situación sea ciertamente insostenible. Ahora, tratándose de un país que desde el 2008 está sumergido en una profunda crisis, su llegada a Europa no ha sido en absoluto como la soñaban.
Tanto así que, algunos, como el profesor de inglés sirio, Ala`a, víctima de la guerra que ha azotado a todo el país y en especial a las principales ciudades, sigue preguntándose: “cuándo llegaré a Europa”, porque para él, como para un puñado más de refugiados, con lo que se toparon en la ciudad helena no es para nada parecido a lo que les habían prometido cuando decidieron marcharse de su tierra materna, según informa a eldiario.es.
Además, según datos de la Organización de Inmigrantes de la Unión Europea, más de 8.200 personas siguen en las islas egeas, en especial los procedentes de Turquía que quedan retenidos en los centros y que con frecuencia son deportados. Siendo esto último otro de los muchos dramas de los que estas familias esperan escapar cuando salen al frío de la noche y al mar inclemente, un mar que normalmente los esconde bajo sus olas para siempre.
Sin embargo, como en todo, la historia no está en blanco y negro, porque al fin y al cabo, aun con las múltiples dificultades, el Hotel City Plaza ha sido para los más de 400 refugiados que yacen allí un atisbo de nobleza y humanidad que creían nunca más poder encontrar.
Los voluntarios llegados de todas partes del mundo, en especial de España, se tomaron este edificio a finales de 2015 para ayudar a miles de personas que vivían en condiciones denigrantes sobre carpas y asfalto, pues el dueño del Hotel, después de costosas remodelaciones para los juegos olímpicos de 2004, entró en bancarrota y abandonó el lugar. Aunque últimamente se ha dejado ver al enterarse de que su torre estaba siendo ocupada. Ahora, debe ser tenido en cuenta que según una investigación realizada por activistas de “Solidarity2refugees”, existen 4.000 edificios públicos desocupados en Atenas que podrían ser utilizados para ayudar, no solo a extranjeros sino a los miles de griegos que no tienen hogar.
Finalmente, el agrietado Hotel que a lo lejos deja ver la grandeza de una vieja época mejor, es en realidad una gran Torre de Babel en donde los infortunados huéspedes no pueden entenderse entre sí y en donde el castigo pareciera ser la injusticia que se posó sobre sus cuerpos y que ellos tienen que cargar con todo el peso del tiempo que, como siempre, apremia. En la gran Torre de Babel los hijos de la desdicha ríen estrepitosamente mientras los adultos reposan lerdos a la espera, a veces eterna, de unos papeles que certifiquen la legalidad de su existencia.
el mundo se ha fundado soportado en las espaldas de inmigrantes, en pos de mejorar sus condiciones de vida
excelente blog
Califica: