Guillermo Moreno Rumié merece el agradecimiento del baloncesto colombiano y ojalá en sus manos se llegara cada vez a más. Por eso, el reconocimiento como un Caleño Notable en medio de la conmemoración sirve como una oportunidad para aplaudirlo de nuevo.
Y vale la pena hacerlo porque en medio del anonimato que ha sufrido el propio basquet en el país, el trabajo de este gran coach ha pasado desapercibido de manera injusta, como si muchos no supieran lo que simboliza.
En los hombros de este estratega caleño de 64 años está el único título a nivel de la historia a nivel de mayores, cuando la selección nacional femenina obtuvo el título suramericano en Cúcuta en 1984, con un equipo que se preparó y que soñó para ser campeón. Él mismo lo recuerda como un proceso de trabajo, de esos que es difícil que los directivos apoyen ahora.
Su nombre es el único que no genera discusión en el baloncesto local: algunos directivos lo habían alejado de la selección acudiendo a su edad como excusa con miras a la renovación, pero a su regreso ha sabido demostrar que su conocimiento y experiencia son necesarias para encaminar un proceso. Ojalá sea respaldado en realidad y no solo sea una simple cortina de humo.
Guillermo Moreno Rumié es referente del pasado y del futuro del baloncesto colombiano. Ojalá la arrogancia de unos pocos no enturbien su legado.
Del niño que salía a jugar en la mañana al coliseo Evangelista Mora, del adolescente que se enamoró del baloncesto bajo la instrucción de unos estadounidenses, que se capacitó en Estados Unidos, que volvió para trabajar con su entidades estatales de su región, que ha estado cerca de personajes del nivel del coach que tuvo bajo su mando a un universitario Michael Jordan, que ha dictado cientos de clínicas en la país y que aún no se cansa de enseñar, que es respetado a nivel internacional, de ese coach hasta el hombre del que hablamos ahora sencillamente se ha construido una leyenda.
He escrito varias veces sobre este coach y es difícil que me canse de hacerlo, porque lo admiro sin importar si tiene un temperamento fuerte con sus jugadores o que como cualquier ser humano pueda tener fallas y demás, pero en nombre del baloncesto nacional se merece aplausos de pie: que nunca paren sus reconocimientos ‘profe’ Moreno, porque usted es uno de los Campeones del pueblo.
Bienvenido a esta comunidad de Campeones del pueblo.
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