Las jóvenes Sub-17 demuestran una vez más con su buen paso en el Suramericano una lección de coherencia para los directivos. Ellas, las mismas que llevaron a Colombia al Mundial de la categoría hace casi un mes llevan dos victorias en igual cantidad de partidos en el certamen disputado en Sucre (Bolivia) y siguen con su paso ejemplar luego de un valioso proceso.
Ellas tienen en sus espaldas el trabjo y estrategia de un coach que se caracteriza por su disciplina y seriedad en el momento de organizar la estrategia y en la solidaridad y respeto entre las jugadoras en la cancha. Ese valor debería ser uno que se siga con mayor frecuencia entre nuestros directivos, que muchas veces tratan de opacarse unos a otros en lugar de pensar en el beneficio de todos.
Ellas viven un proceso de crecimiento basado en un proyecto organizado, no a punta de roscas sino con planeación. Y es que cuando una ficha muestra capacidad y talento hay que dejarla sobresalir y no menospreciarla frente a otra que no da ni resultados ni unidad. Ojo directivos que no aportan, esto es clave que lo aprendan.
La Selección Colombia Sub-17 venció a Uruguay y a Ecuador y así ya clasificó a la siguiente fase, en la que espera confirmar que solo con trabajo es que se obtienen las cosas.
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