Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Solo quiero compartir con ustedes una anécdota bonita que ilustra un poco uno de los muchos aspectos que componen la realidad actual de Colombia y que juegan un papel determinante en las elecciones y en el futuro del país:

Una vez vi un documental sobre una favela de Brasil que no se me olvidará jamás: un adolescente contaba con una sonrisa cómo había renunciado a empezar una vida violenta como parte de una pandilla gracias a que una vez le dieron la oportunidad de aprender a tocar un instrumento que se convirtió en la pasión de su vida y que le dio sentido a su existencia.

Ese mismo joven se dio cuenta de que había otros como él en las calles que pasaban por el duro momento por el que él había pasado alguna vez, entonces, sin tener mucho que ofrecer, empezó a reunir niños que quisieran convertirse en músicos y a conseguir instrumentos a punta de donaciones, con lo que formó una pequeña escuela de música gratuita para enseñarles a los niños a tocar distintos instrumentos y a construir sus propios sueños, una base sana para sus vidas.

Ese joven al que alguna vez alguien apartó de la violencia a través de la música decidió hacer lo mismo con otros jóvenes como él que, muy probablemente, más adelante harían lo mismo con otros más, y así continúa el ciclo…
Eso significa restarles a las pandillas para sumarle a una juventud trabajadora, apasionada y soñadora, una juventud que se convierta en el núcleo de una sociedad constructiva, justa y pacífica.

¿Preferimos matar guerrilleros, paramilitares y delincuentes ya cuando se han convertido en eso o, mejor, educar niños y apasionarlos por la vida para que no lleguen a ser hombres y mujeres violentos?

El gobierno de Álvaro Uribe logró enormes avances en Colombia. Es por eso que hay que partir de esos avances para transformar la raíz de un conflicto y para seguir creyendo en Colombia porque, colombianos, si no somos capaces de confiar en una propuesta de legalidad como la del Partido Verde, pues estamos afirmando que no creemos en el futuro de Colombia como un país de seres humanos dignos y respetuosos de los derechos humanos. En un país que no cumpla esas condiciones jamás dejará de haber guerra.

Acuérdense de mí más adelante cuando la historia de Colombia de los próximos años esté lista para ser contada.

*Una escultora que leyó mi blog OJOSDELALMA me escribió pidiéndome que le ayudara a encontrar un texto sobre cómo el arte ayuda a las sociedades en conflicto, ya que le parecía muy pertinente para este momento. Tenía toda la razón; lo busqué, lo encontré y le agradezco me haya sugerido el texto para compartirlo con ustedes. Tómense el tiempo de leerlo; hay que entender que el arte y la educación no son solo para países pacíficos como Suecia o Finlandia, sino también -y principalmente- para sociedades en conflicto que necesitan desahogarse, transformarse, evolucionar, encontrar sueños que las saquen del hueco en el que han caído:

 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3145638

www.catalinafrancor.com

Compartir post